El Alfa y el Omega de la crisis

Es común ver en los medios de comunicación y las redes sociales, como las personas se encuentran constantemente señalando los supuestos responsables de la crisis económica que vive el país, la gama de acusados pertenecen a un solo enfoque: el tema político, culpables como Nicolás Maduro la encabezan, seguido por supuesto de los dirigentes de la oposición, y Donald Trump, donde cada uno de ellos se defienden ante tales acusaciones, lo mejor posible como políticos que son. Pero dejando a un lado las emociones y siendo pragmático en el análisis, el origen de la recesión que vive Venezuela no está relacionado únicamente con el aspecto político, sino que confluyen otros factores, el primero es la dependencia económica de las exportaciones de materia prima: El Petróleo, tenemos un modelo rentista.

Como es bien sabido, en el momento en que las economías de nuestros grandes compradores de Petróleo dejan de crecer, comienza a disminuir la demanda energética utilizada en sus procesos productivos, y con ello nuestros ingresos, ahora contamos con menos divisas para cubrir los grandes gastos del país, y como Venezuela tiene escasa producción de bienes y servicios, lo que consumimos prácticamente en su totalidad es importado, tendremos además de un Producto Interno Bruto deprimido, un déficit en la Balanza de Pago. Por lo antes expuesto, la teoría económica señala que es inminente la aplicación de medidas de estabilización económica, que implica la racionalización del gasto público, la privatización de los servicios y empresas en manos del Estado, elevación de los impuestos, aumento del precio de la gasolina, entre otros, pero estas medidas resultan odiosas para la población.

Sin duda alguna, la solución radica en que reduzcamos la vulnerabilidad de nuestra economía, generando producción nacional que permitan cubrir en gran parte nuestra demanda y diversificar las exportaciones. Pero desde el año 1830, fecha en que nace la República de Venezuela hasta nuestros días, siempre hemos tenido una economía dependiente de la exportación de materia prima: Cacao, Café, Petróleo y ahora los minerales existentes en el Arco Minero, ante este planteamiento cabe la pregunta: cuántos gobiernos de diferentes tendencias han pasado desde el año 1830 hasta la fecha?, Y alguno de esos gobiernos han logrado diversificar nuestra producción y las exportaciones? como si lo han hecho los países vecinos: Colombia y Brasil. La respuesta es NO, pero algo si es innegable: planes nacionales para diversificar la producción y las exportaciones han existido. Entonces qué pasa? Aquí entra en juego el segundo responsable: la formación cultural del venezolano.

Es así, que cuando nos preguntamos cómo es un venezolano, lo primero que se nos viene a la mente es: alegre; jovial; solidario y trabajador; aunque algunos digan que somos flojos, basta con plantarse en cualquier parada de Guarenas, Guatire, La Guaira, Los Teques, etc a las 5:00 am y observarán el río de gente que se dirigen a sus trabajos, sin embargo NO tenemos arraigado en nuestra formación cultura el concepto de emprendimiento, que no es más que optar por una actitud y aptitud que nos permita comenzar un proyecto productivo en base a nuestras ideas y oportunidades, tendemos a ser trabajadores dependientes, que aspiramos un buen cargo y esperamos una jubilación, quedando así a merced de un pequeño grupo que se encuentran arraigados al gusto de tener y ejercer el poder; aunque sea en el pequeño espacio donde se desenvuelven (trabajo, hogar, comunidad etc), y que sin ánimos de herir susceptibilidades, tienen mentalidad extractiva, pues acuñan frases como: "Cuánto hay pá eso?", " A mí que pongan donde hay" "Yo te la muevo que tengo palanca ahí, yo conozco a fulanito" y por eso realizan actividades que destruyen fuertemente a nuestro pueblo, como es la corrupción, el bachaqueo de alimentos, medicinas y hasta del efectivo, entre otros, situación que nos hace como país tocar fondo, además de deformar nuestros valores y gentilicio.

Es importante destacar, que el Estado venezolano se ha caracterizado por tener una política de distribución de las riquezas, y eso no está mal, lo importante es que esa distribución sea para invertirla en procesos productivos en nuestro país, generar riqueza y no para reforzar conductas consumistas. Ante la fase recesiva que actualmente experimenta nuestra economía, sólo tenemos dos opciones, o nos vamos del país o nos quedamos en él, y a mi criterio lo mejor es quedarse, pues no hay país más hermoso que Venezuela, además en época de crisis surgen los emprendimientos que en la etapa ascendentes de la economía se consolidaran, hay que sortear vicisitudes, es cierto, pero el venezolano ha demostrado que tiene potencial para serlo, "que no se nos muere el muchacho chiquito", ósea que ímpetu lo poseemos, lo necesario es cambiar nuestra mentalidad, seamos consumidores racionales, emprendedores, vibrar en positivo, la riqueza no está en lo que nos hace falta, está en lo que ya tenemos como personas, somos ricos por naturaleza por ser creación de Dios, tenemos potencial y creatividad, centrémonos en poner en marcha nuestros emprendimientos constructivos, en trabajar para diversificar nuestra economía, olvidemos que la responsabilidad económica radica únicamente en el gobierno, enfoquémonos en lo que es noticia, y apartémonos del ruido que generan los medios y las redes, el cual lo único que genera es paralizarnos o cargarnos de negatividad, recordemos que los ciclos económicos están conformados por la etapa ascendente, el auge, la fase descendente o recesión y la crisis o depresión, por lo que resulta vital identificar en cada una de ellas las oportunidades de negocios.

Considero que la economía venezolana se encuentra en la etapa de depresión, es decir tocó fondo, eso es una buena noticia, porque significa que está próxima la fase de recuperación o ascenso, la cual se estima para el año 2019, cuya manifestación será el incremento sostenido de los precios del Petróleo. Desde 1830 hasta nuestros días, Venezuela ha experimentado seis crisis económicas, de diferentes intensidades, y de todas se ha recuperado, lo importante es el aprendizaje que nos deja, pongamos fin a la economía exportadora de materia prima, y para ello es necesario asumir nuestro papel protagónico como sociedad.

 

*Economista especialista en Banca, Finanza, Investigación, Docencia y Marketing Digital

 

 lymvisionintegral@gmail.com



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