Justo en la mitad del período iniciado con la asunción al poder ejecutivo del Presidente Chávez y ahora en febrero próximo.
Los salarios de la industria petrolera y petroquímica rondaban los 4.000 USDA mensuales para profesionales con quince años de experiencia laboral. Los márgenes de ganancia comercial en Venezuela nunca habían sido tan altos, salvo excepciones importantes en la IV República.
Fueron diez años de bonanza petrolera que partió con un barril de petróleo en siete USDA, recuerdan? Justo en el 2008 el petróleo alcanzó su máximo precio superando los 120 USDA el barril para luego comenzar a caer sin frenos.
El 2008 arrancó con la llamada Reconversión Monetaria quitándole tres ceros a los miles producto de la misma guerra inflacionaria de hoy solo que habiendo poder adquisitivo, pasó relativamente desapercibida o a nadie le importó.
Debemos reconocer que la Revolución Bolivariana no resolvió el problema económico estructural del país, pero no podemos culparla pues ella no vino a resolver tal problema. No llegó para ello, escrito y dicho mil veces está.
La revolución bolivariana llegó iniciando el SXXI para garantizar inclusión, igualdad de oportunidades y sobretodo la redistribución equitativa de la renta (petrolera), la que fuere, buena o mala, mucha o poca.
Ahora, veinte años después, aún con el discreto encanto de los precios petroleros al alza, a medio camino entre 7 y 120 USDA/barril y, el injerto de monedas digitales en la economía nacional (que conste que no estoy nombrando el Petro), sabemos que una revolución para la redistribucion equitativa de la renta, es como una enorme tramo del peregrinaje nacional lleno de minas enterradas de alto calibre.
Nuestras capacidades de producción en la diversidad, multirentabilidad y la atención de multimercados sigue siendo mínima mientras que la población estrictamente crece exponencialmente en número y en exigencias tecnológicas.
Todos los venezolanos necesitamos rehacer la visión dentro de la revolución, sin olvidar la esencia política bolivariana.
¿Cómo puede ser nuestra querida Nación para los periodos 2019-2025-2031 cuando apenas se esperan 120 USDA por barril para el año 2025?
Más nunca volveremos a ver los venezolanos la bonanza petrolera perejimenista ni cuarta republicana, más nunca por diversas razones entre ellas demográficas, tecnológicas y energéticas.
En consecuencia, me pregunto ¿Dónde están y que hacen ahora, los partidos políticos venezolanos que se precian de ser progresistas, de liderar los mejores pensadores, de ostentar los mejores estrategas?
Venezuela no tiene más tiempo para seguir creyendo en superhéroes globales, ni con capas rojas ni anfibios de treinta metros de altura, negociando entre ellos y nosotros en medio.