Lo que la crisis se llevó

Toda pérdida causa dolor. Y no sé si esa frase es de un precepto médico, un diagnostico psicológico o de un tango de Gardel, hoy versionado en salsa erótica o lo que sería peor: en un reggaetón. Lo que cierto es que crisis económica por la que atravesamos, resultado de causas que ya ni vale la pena mencionar, se llevó consigo muchas cosas que hoy añoramos, recordamos con nostalgia y de algunas de las cuales ni siquiera hemos salido del luto reglamentario, lo que significa que aun las lloramos. He aquí una pequeña lista de ellas:

1.- La celebración de cumpleaños: antes los celebramos y hasta por partida doble; es decir, te picaban una torta en el trabajo y otra en tu casa. Y la celebración para algunos duraba hasta tres días de bonche, baile, tragos, brindis y hasta un viaje a la playa salía. La celebración del primer añito de cualquier niño de este país era un fiestón obligado, con piñata, cotillones y hasta payasos. Y eran dos fiestas: la de los niños y la de los adultos. Y qué decir de los 15 años de las muchachas de la casa: eso era en un club, con cuadrilla de baile y traje formal, exigencia esta ultima que ponía a todos los muchachos del barrio a correr por un flux prestado. Hoy eso no existe: los precios tan solo de las tortas son inalcanzables y sobrepasan por mucho el salario quincenal de un trabajador que gane sueldo mínimo. De esas fiestas solo queda el recuerdo.

2.- Las vacaciones: y hablo de las vacaciones de verdad, no la de los raspa-cupos corresponsables de la quiebra del país. Hablo de las vacaciones familiares, donde todos, hasta la abuela, se iban a cualquier ciudad de Venezuela (generalmente su ciudad de origen) a pasar unos días largos de asueto con familiares y amigos. ¿Que vivo en Valencia pero soy de Coro? Pues para allá nos íbamos todos, hasta el gato, a pasar carnavales, o Semana Santa, o Navidades. Y como se disfrutaban esos días: paseos, tragos, cajas de cerveza, sancochos, chinchorro, playas, ríos. Uno se llevaba unos reales, gastaba, disfrutaba y todavía quedaba algo para el regreso.

3.- Los estrenos escolares: padres venezolanos que no le compraran uniforme nuevo a los muchachos al inicio de cada año escolar eran pero muy raros. Y no importaba el estado del anterior uniforme, podía estar muy nuevo o conservado pero si el muchacho pasaba de grado o año, ahí venía su uniforme nuevo y completico. Era una tradición y un estimulo, que junto a los útiles y el bolso nuevo, animaban al muchacho a iniciar el nuevo año escolar.

4.- Los desayunos en la calle: es que el venezolano siempre fue grosero para comer; no bastaba haber tomado café en casa acompañado de una arepa de perico: si se atravesaban unas buenas empanadas en la calle nos comíamos dos junto a una malta y un refresco. Y si andábamos acompañados la pregunta era obligada: Chamo (o Chama)… ¿Quieres una empanadita? Porque esa era una característica nuestra: la solidaridad. ¡Como nos gustaba brindar a los amigos! Y aun nos gusta, pero… ¿Con que culo se sienta la cucaracha?

5.- Las navidades: no hay navidades sin estrenos, sin hallacas, sin Ponche Crema, sin Niño Jesús, sin intercambio de regalos, sin bochinche, sin fiestas, sin pintar la casa (que ya eso era una fiesta y un bochinche). Sin todo eso Diciembre es un mes más del calendario. Las familias y los amigos se reunirán y tal vez se tomen algo, pero sin alegría y rememorando tiempos pasados. Las utilidades y aguinaldos alcanzaran para cubrir la alimentación familiar del mes y para comprarle algo al más pequeñito de la casa. Lo demás, incluida la alegría, se lo llevó la crisis.

6.- Los kilos de más: que todo el mundo ha perdido peso en Venezuela es un hecho público y notorio. La sola disminución drástica y casi que repentina de azúcar y aceite (por solo nombrar dos rubros alimenticios) ha hecho que bajemos de peso considerablemente. Incluso alguien pudiera decir que ahora tenemos una dieta más sana, lo cual sería verdad si no fuera porque también hemos disminuido y casi que eliminado el consumo de carnes, pollo y pescado. Esto ha hecho que mucho gordo y gorda que andaba por ahí hoy luzca un cuerpo esbelto y sano. Y eso es bueno. Pero hay infinidad de hombres, mujeres y niños de este país que andan flacos, famélicos y desnutridos. Y eso es muy grave.

7.- Los amores furtivos: novias escondidas, amantes ocasionales, amantes fijas, bochinches… en fin, las infidelidades en todas sus variantes han sido inevitablemente borradas por la crisis. Y es que con los costos actuales es imposible una "escapada" sin que se afecte el presupuesto familiar y que la "cuaima" no lo note. Saque Ud. la cuenta: si un chocolate (detalle mínimo para una "novia" furtiva) cuesta un ojo de la cara, imaginen el costo de una cena, unos tragos y un hotel. ¡Imposible!. Por lo tanto y hasta que lleguen tiempo mejores, la práctica de la fidelidad absoluta será obligatoria.

Esta es solo una lista corta y somera de las cosas que la crisis se ha llevado, aunque en realidad son muchas más. ¿Y qué nos ha traído? Tristeza y desesperanza, por ahora. Y es que hasta las ganas de hacer el amor se van con esta terrible situación económica que atravesamos. Y ojo, eso lo sé por boca de amigos y amigas que me lo han comentado; NO es mi caso!!



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Jose Gregorio Blanco

Lic Dirigente del PSUV Analista político.

 jgblancocorona@yahoo.com      @josegblancoc

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