Pedagogía en Economía Política

Nos han derrotado más por la ignorancia y el engaño que por la fuerza (“Pateando la escalera”)

ICuánta razón la de El Libertador cuando sentenció que "nos habían derrotado más por la ignorancia que por la fuerza". Hasta el día de hoy, y lo difunden los prolegómenos del "capitalismo salvaje", aunque esta expresión les repugna, tanto Inglaterra como Holanda durante la segunda década del siglo XX, y a partir de 1923 EE.UU en su arremetida con las petroleras de Rockefeller, Morgan, y compañía, la explotación del petróleo venezolano corrió a cargo, primero, de la Royal Dutch-Shell (que diversificaba su imperio mundial) y la Pan American, adquirida en 1925 por la Standard de Indiana. A su vez, ésta vendió sus activos extranjeros a la Standard de Jersey en 1932. Venezuela pasó de producir 1,4 millones de barriles en 1921(3.836 b/d), a 137 millones en 1929 (375.342b/d), lo que le colocaba como segundo mayor productor mundial. Casi toda su producción se destinaba a EEUU, y el petróleo llegó a representar el 76% de los ingresos por exportación del país.

"Nuestros" economistas ortodoxos: José Guerra, Ricardo Haussman, Moisés Naim, José Manuel Puente, Luis Mata Mollejas, entre otros, que son los que más suenan en los mass media del país y en los otros medios que atacan el modelo nacionalista a favor de las grandes mayorías secularmente relegadas que se quiere implantar en el país; ellos, que claman por medidas de ajuste al tenor del FMI, del BM y del BID, donde esas mayorías serían las más golpeadas al unísono que los programas sociales, defienden el liberalismo a ultranza, porque al decir de ellos, el "proteccionismo" es sinónimo de atraso, de modelos superados, de economías obsoletas. Pues, no es así.

II

Lo que queremos destacar en estas notas es que las condiciones que prevalecieron en la obtención de las concesiones petroleras entre 2010 y 1943, y luego en 1956 y 1957, fueron mediante el engaño y la mentira. Expliquemos por qué. Consiguieron la exoneración de los aranceles de aduana para la importación de herramientas, plantas y equipos para la industria petrolera, además de otros productos que ingresaban al territorio venezolano subrepticiamente. El engaño consistió en hacer creer a las autoridades venezolanas que ellos –Inglaterra, Holanda, EE.UU- habían alcanzado su desarrollo mediante la aplicación de políticas del famoso laiseez faire laissez passe de Adam Smith, es decir, la práctica de la libre empresa, de mercado y bajos aranceles, cuando en verdad lo habían alcanzado con la aplicación del más estricto "proteccionismo", traducido éste en elevados aranceles de importación y exportación, así como otras medidas de similar naturaleza(Ha-Joon Chang, 2011: 56-57)[2][i].

III

Antes de obtener las concesiones con Pérez Jiménez, las petroleras conservaban 5,9 millones de hectáreas, de las cuales sólo tenían probadas 322.794 hectáreas: apenas 5,47 por ciento. Al terminar el año 1957, incluidas las concesiones otorgadas por la dictadura, poseían 6,7 millones de hectáreas y un área probada de 421.849 hectáreas, es decir, apenas el 6,30 por ciento de las concesiones, y aun de ese pequeño porcentaje una cuarta parte no estaba sometido a explotación. Esta referencia es apenas una muy pequeña muestra de la avaricia de las compañías (Pérez Alfonzo, 1967: 54)[3][ii]Veamos algunos pasajes señalados por Chang en su obra cumbre "Pateando la escalera. El desarrollo estratégico en una perspectiva histórica"[4]: "El liderazgo tecnológico británico – que permitió el vuelco a un régimen de librecambio – se había logrado" (…) luego de la aplicación de elevadas y duraderas barreras arancelarias" (Chang, 2011: 46). También es importante mencionar que la liberalización total de la economía británica, ocurrida a mediados del siglo XIX – y de la cual la liberalización del comercio constituyó sólo una parte-, fue un asunto muy controlado y supervisado por el Estado, y que no se logró a partir del enfoque de laissez-faire.

IV

Luego de numerosas citas de carácter histórico, Chang refiere que debe destacarse que Inglaterra adoptó el libre comercio con una penosa lentitud: 84 años transcurridos desde la publicación de La riqueza de las naciones hasta el presupuesto de Gladstone de 1860; 31 años desde Waterloo hasta la victoria ritual de 1846. Con todo y lo brevemente señalado hasta ahora, el régimen de libre comercio no duró mucho tiempo. Para la década de 1880 algunos fabricantes británicos con problemas de operación demandaban protección. A principios del siglo XX la reintroducción del proteccionismo fue uno de los temas más candentes de la política británica, puesto que el país estaban a perdiendo rápidamente su ventaja competitiva frente a Estado Unidos y Alemania.

El más afamado historiador de la economía de la postguerra, el francés Paul Bairoch (1930-1999), afirma que el más ferviente seguidor de Inglaterra, Estados Unidos, lo denominó en un momento dado como "el país natal y bastión del proteccionismo moderno", hecho éste que rara vez se reconoce en la literatura moderna, especialmente en la que proviene de Estados Unidos. Un historiador económico muy informado, como Clive Trebilcock, autoridad reconocida en el tema de la Revolución Industrial europea, sostuvo, al comentar la introducción de aranceles en 1879 en Alemania, que éstos se propagaban por todo el mundo, incluso en "(…) la América del Libre Comercio", apreciación falsa, de toda falsedad, como lo han demostrado los hechos históricos (Chang: 47).

V

Desde que se iniciaron los estudios formales de economía en Venezuela (1938), los economistas hemos vivido bajo el engaño del supuesto "libre comercio, libertad de empresa, libertad de mercado, libre cambio del signo monetario". Se ha manejado la economía venezolana y de toda América Latina con los ojos vendados. Los "prohombres" de la economía de estos países forjados en Harvard, Yale, Nueva York, Boston, Chicago, Los Ángeles, Londres, la Complutense, La Sorbona, han actuado erróneamente. Los ensayos adelantados en Venezuela bajo la égida del FMI, el BM y el BID, han devenido en el más rotundo de los fracasos. Basta con pasearse por las estadísticas del BCV de las décadas de 1970, 1980 y 1990, observar los indicadores macro y microeconómicos, los saldos de la balanza de pagos, el comportamiento del PIB, del PIB per cápita, las tasas de desempleo, de la pobreza y la miseria y productividad industrial, de los logros "malogrados" de la manufactura de la CVG, de las matrículas de estudio en sus respectivas ramas y sus deserciones, los indicadores de salud y muy específicamente de la morbilidad.

Esos indicadores constituyen muestra fehaciente de que la economía ortodoxa, esa del libre cambio, del rechazo al proteccionismo, no es la vía. Sí lo es poner orden, control, corrección, rectificación en la conducción de la Economía Política del Estado venezolano. Así lo demuestra en sus investigaciones, plasmadas en su libro "pateando la escalera", Ha-Joon Chang.

 


 

[1] Miembro de N° de la Academia de Ciencias Económicas del estado Zulia.

 

 

 

 

 

 


 

[i] [i] Ha-Joon Chang, nacido en Corea del Sur en 1963 (53 años), es uno de los economistas heterodoxos más destacados del mundo, especializado en la economía del desarrollo. Trabaja dentro del paradigma de la nueva economía institucional. Chang es uno de los economistas más citados en la literatura de la economía del desarrollo, especialmente en artículos y libros que son críticos del neoliberalismo. Instruido en la Universidad de Cambridge, donde actualmente trabaja como conferenciante, Chang es el autor de varios influyentes libros, entre ellos Retirar la escalera. También ha sido consultor del Banco Mundial y del Banco Europeo de Inversiones así como de Oxfam y varias agencias de Naciones Unidas. Es miembro del Center for Economic and Policy Research de Washington D.C. . También es conocido como inspirador de las ideas económicas del actual presidente del Ecuador, Rafael Correa.

 

 

[ii] [ii] Pérez Alfonzo, Juan Pablo. 1967. El Pentágono Petrolero. Ediciones Revista Política. Caracas.

[ii] El libro de Chang tiene un objetivo preciso definido en su título y subtítulo, a saber: que no se trata de generar un producto "demostrativo" para el simple gozo y despliegue de "la reflexión", sino de provocar ideas y valoraciones que sirvan a la política práctica de instituciones y de gobiernos diversos. El círculo práctico y reflexivo en cuestión no tiene entonces desperdicio. Sirve entonces este texto muy directamente y de manera expresa a diseñadores de políticas (legisladores, funcionarios públicos, planificadores del desarrollo, etcétera), así como a los profesores, investigadores y estudiantes de economía de Venezuela y otros países de habla hispana.

 

 



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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