En Monte Carmelo estado Lara, el socialismo no está perdido

La revolución bolivariana es para muchos, la oportunidad histórica de romper con patrones de dominación impuestos por la lógica de un sistema, que se encarga de negar el potencial que existe en la organización popular, en la acción decidida de un pueblo por librarse de imposturas, codificadas culturalmente y normalizadas políticamente en campañas interminables, que promueven el reino de dios en la tierra, que anuncian sistemas inclusivos, y la felicidad, derivada del reparto, como herencia propia de hijos de un país rico, que languidece en las promesas no cumplidas y en las esperanzas rotas de quienes se han cansado de esperar por mejores tiempos, sin considerar que la única salida a cualquier dificultad o crisis, es el trabajo creador de relaciones de autonomía y gobernabilidad en el territorio.

"La gobernabilidad no se relaciona solamente con la estabilidad política de un sistema. También aborda procesos de cambio social y de control de la economía, que deben estar enmarcados por un propósito democratizador que le permita a la mayoría de la población participar de los beneficios resultantes de esos procesos" (Ungar). Esto parece comprenderlo muy bien los habitantes de Monte Carmelo en el estado Lara, quienes, con su herencia genética de luchas y organización, demuestran una vez más a los teóricos de la revolución, que la posibilidad cierta de ser libres, radica en la identificación del potencial, y en la estrategia que considere la idiosincrasia del pueblo como insumo fundamental de los planes.

Desde que comenzamos el ascenso por el pie de monte andino, luego de dar vuelta en la entrada a Quibor, ocurre una transformación radical en el paisaje, el clima, los colores, las calles, las casas y la gente, que contrasta con lo que habíamos observado a lo largo del viaje por la variante o circunvalación que rodea a Barquisimeto, da la impresión de ir subiendo en una espiral interminable en la que cada vuelta ofrece a la vista excelsos paisajes, magníficas vistas y espeluznantes precipicios, montañas que emergen, como gigantes que observan, moles imperturbables que despliegan todo su esplendor para dar la bienvenida y asombrar a quienes llegan a visitar con espíritu incrédulo, o con aires de sabelotodo.

Cargados de expectativas, con intenciones de aportar, no teníamos en nuestro itinerario, ni siquiera asomo de ir a enseñar, en el más justo de los casos, queríamos complementar, amalgamar teoría y praxis, investigar, mezclarnos con la realidad para palparla, para vivirla en una especie de intercambio silencioso, captar esas energías que subyacen en una práctica ancestral: amor por la naturaleza y equilibrio en el uso de los recursos existentes, identificar la carga espiritual que determina un modo de vida y que caracteriza las relaciones entre los miembros de una comunidad y su entorno, eso que los lleva a compartir objetivos comunes y a construir métodos para transmitir valores, que resistan los embates de la modernidad, y el ataque permanente de los medios por distorsionar la esencia cultural y la fuerza, que para un pueblo consciente representa la comprensión de cada fenómeno y el aporte individual de cada sujeto para preservar lo que somos: pueblo noble y libre, que ha ganado su independencia en mil batallas y regado con sangre los caminos de la historia, y sigue dispuesto a hacer lo propio por mantener esa condición.

Cada habitante de Monte Carmelo, se convierte en un protagonista genuino de su historia, con experiencias que demuestran la intención, de plegarse a cada intento de hacer revolución, saben muy bien lo que tienen, lo valoran y lo defienden con denuedo, han aprendido en la práctica diaria, la importancia del esfuerzo colectivo, de la iniciativa económica y los principios cooperativos, del desarrollo de las ideas para enfrentar los cambios, sin perder la esencia de su cultura y su gentilicio.

Quizás fue corto el tiempo de la visita, para tener noción más amplia del sistema de relaciones que conforma el modo de vida de sus habitantes y sustentar nuestros criterios e interpretaciones, pero pudimos compartir con gente que de manera cotidiana asume el reto de vivir de su trabajo, de crear vínculos que perpetúan su herencia y referencian su identidad, que brindan en sus expresiones más genuinas, la confianza para compartir, apertura para conocer y hacernos sentir como uno más de allí, muchos son los elementos que podemos enumerar para caracterizar la hermandad y la espiritualidad que se percibe en cada relato, la noción de poder solo se concibe en el plano colectivo desde el aporte individual, el hecho democrático está en la consulta permanente y la revolución se hace a diario con sentido común.

Los sentimientos como parte de nuestra condición humana, integran nuestra percepción y agudiza los sentidos, eso nos lleva a percibir, olores, colores y sabores, a ver en el cielo de Monte Carmelo, un tapiz azul oscuro en el que se derraman estrellas y luceros en cascada indetenible, a entender; en el lenguaje de la brisa un mensaje de sosiego, y en los sonidos de la noche, el rumor de resistencias y clamores, de hombres y mujeres que marcaron el camino, por donde hoy transitamos, quienes en compromiso con la vida, vamos tratando de impedir, que nos desvíen de la ruta de la paz.

Ha sido tan positiva la experiencia, que muchos conceptos se resignifican y cobran una dimensión inusitada para quienes estamos en rol de investigadores del socialismo bolivariano, en el proceso de construcción de un marco teórico para la revolución venezolana, nos topamos de frente con sus propios antecedentes, con el aporte del pueblo llano, en estrecha vinculación con el desarrollo de la humanidad, liberando así a los individuos de la brutal restricción que impone la interpretación determinista, y la necesidad histórica como aspecto vital para la valoración de las relaciones, evaluadas de una manera radicalmente diferente de quienes con intención ideológica interesada, tratan de atribuirle un sentido mecánico al acto de liberación que se da en el mismo momento en que las definiciones surgen de la apropiación del hecho intelectual en tanto práctica cotidiana y colectiva.

Franzuly, América, Juan José y Juan Ramón, Gaudy, Abigail, Narcisa, Carmen, Luz y Omar, nombres comunes de hombres y mujeres que nos demuestran en su estrecha vinculación con la tierra, la posibilidad real de establecer un sistema de valores, apropiados a su potencialidad de grupo social, desarrollado e intensificado mediante la intervención de los individuos como sujetos sociales, cumpliendo cada quien un rol, que no ha sido impuesto, sino que es resultado de una herencia ancestral de resistencia y lucha por ser, por tener, por hacer y por querer.

Habrá que ir más seguido a Monte Carmelo, y con espíritu comprensivo compartir su cotidianidad, para tener mejores perspectivas de la utilidad de las giras de instrucción, previstas en el pensum del curso para difusores y difusoras del socialismo bolivariano, impartido por el Centro de Formación Ideológica (CFI), del cual formamos parte, reconocer en la labor del profesor William Izarra y quienes desde su voluntad, se sienten en compromiso permanente de aportar elementos, que hagan viable la construcción del socialismo venezolano, con características nuestras, con el componente histórico de haber construido una noción de libertad en combate permanente contra la dominación y la mentira, contra la alienación y los falsos profetas,

Es correcto afirmar, que esta experiencia ha movido energías, que obligan a estar fraguando planes para un próximo encuentro con una realidad que no tiene espacio en los medios y no es objeto de estudio por parte del movimiento popular, que debe tener en Monte Carmelo, un referente preciso de lucha y liberación, de control del territorio y de autogobierno, todo ello como proceso social e histórico, que ha producido y está produciendo situaciones muy favorables para comprender en la energía morfo genética, el deseo de superación por parte del individuo y del colectivo, de un sistema, que agotado en sus controles, intenta negar la irrupción de alternativas surgidas de la propia voluntad del pueblo,

En la bitácora de viaje, teníamos previsto la visita a la comuna El Maizal, esta vez no pudimos, pero nos queda; la inquietud de conocer también esa iniciativa, que da rostro a un proceso que marcha paralelo a la oficialización de los criterios, que con voz propia; va generando códigos de lo nuevo, en medio de tácticas que desconocen y desvalorizan la propuesta política del poder popular organizado, de construir autogobiernos que logren articular una fuerza capaz de provocar el cambio de estructura necesario, que se adecue a las demandas de estos tiempos y a las expectativas generadas por un proceso de transformación en marcha.

Creo que los objetivos fueron alcanzados por el grupo y los compromisos deben honrarse con la seriedad del caso, difundir, comunicar, socializar, contribuir a que los niveles de conciencia se eleven, en la medida que la valoración de la experiencia, sea punto de partida para generar espíritu de cuerpo, para ser útiles en la tarea de autoformarnos de manera colectiva, en ese sentido agradezco al universo, la conspiración permanente para encontrar a mis iguales, por sentir la gratificación de aceptar a cada quien en su personalidad y entender que la revolución es posible si estamos acompañados.

Gracias a todos mis compañeros de curso, a quienes fueron capaces de soportar las conversas trasnochadoras, a quienes en su actitud me hicieron ver lo diverso, y a los más jóvenes, que con disposición y respeto compartieron criterios y revelaron contradicciones, que las comprendemos como el motor del aprendizaje, a esas personas, que por afinidad espontanea, estimulan a seguir creyendo que otro mundo es posible, a quienes en esa hermosa compañía, se convirtieron en animadores, consejeros y ayudantes, en líderes y guías, en madres padres y hermanos, a quienes en Monte Carmelo, me hicieron entender porque, el socialismo no está perdido.

Comunicador Popular

franco__rivas@hotmail.com



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Henry Franco

Comunicador popular. Miembro del Colectivo Radiofónico de Petare y de la emisora Al son del 23 en Caracas

 ccdresistencia9960@gmail.com

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