Lo que presenciamos ayer en el juego de béisbol entre Venezuela y Puerto Rico en el clásico mundial de béisbol constituye para Venezuela la peor derrota deportiva de su historia en cualquier deporte que se considere el análisis.
Tomando en consideración que en el papel, el equipo de Venezuela luce como uno de los grandes en la historia de ese deporte, el resultado de ayer no puede ser otro que lo que decimos en el párrafo anterior: la peor humillación deportiva de nuestra historia.
Que no los hagan en fútbol equipos como Argentina, Brasil, España, Uruguay y tantos otros buenos equipos, no es de extrañar pues en ese deporte nuestro nivel todavía no alcanza las exigencias del fútbol mundial.
Recientemente vimos con algo de vergüenza pero con admiración a la vez, como un venezolano era el hazme reír del campeonato mundial de esquí. El debate sobre este joven, sin embargo, no era el último lugar que ocupó en la competencia, sino la perseverancia y valentía en dar más allá de sus fuerzas y sus habilidades para participar en un deporte donde Venezuela no tiene actividad alguna.
En el béisbol, sin embargo, tenemos jugadores en grandes ligas, hechos en Venezuela, cuyos sueldos astronómicos deben rebasar con creces el presupuesto de varios estados de nuestro país. Jugadores talentosos que acumulan premios, series mundiales, récords mundiales, etc. aquí el análisis debe ser diferente al del joven aspirante a esquiador.
Con la premisa de lo anterior como base, pero sin entrar en mucho análisis del juego de ayer, que es para el olvido, quisiéramos resaltar varios aspectos que refuerzan nuestra tesis de que esta es la desgracia deportiva más grande de nuestra historia.
Primeramente, ninguno de los equipos participantes en este clásico mundial tiene el lujo de contar con El mejor pelotero activo de las Grandes Ligas y tal vez uno de los mejores en la historia del deporte, un triple coronado, campeón bate 4 veces, jugador más valioso varias veces; de contar con varios campeones de bateo de ambas ligas, con líderes de diferentes departamentos, con más de cinco jugadores ganadores de guantes de oro en repetidas ocasiones, con el mejor receptor de las Grandes Ligas en la actualidad, con jugadores que han participado en el juego de las estrellas varios años, con pitcher ganador del premio Cy Young, con un manager que está a las puertas del salón de la fama. En fin, estaríamos contando tantas otras características que apuntan a que este es uno de los mejores equipos confeccionados en line up para participar en campeonato alguno en la historia del deporte del béisbol.
Que se pierda un juego ante un rival digno como Puerto Rico, que también tiene lo suyo, no es extraño especialmente en series cortas. Pero que veamos con estupor como nuestro equipo, nuestra selección nacional vino tinto en la vitrina mundial del béisbol, jugando con la pobre calidad con que lo hizo el día de ayer, es para llamar al manager a que dé una explicación al país del porque los peloteros con la calidad que acabamos de mencionar, en el día de ayer jugaron con semejante espíritu de derrota, de capitulación y rendición colectiva. Carecían de vergüenza patriótica, carecían de la más básica y elemental noción del juego de pelota; compararlos con un equipo infantil es ofender a los niños.
Para los conocedores de este juego en Venezuela, que son muchos, todo análisis carece de lógica pues ni siquiera se les estaba pidiendo que ganaran obligatoriamente sino que jugaran al nivel al que ellos están acostumbrados.
Sencillamente no lo quisieron hacer y es allí donde viene la interrogante
¿Será esto un acto voluntario de dejarse vencer para quebrar la moral del país? ¿Será esto un acto más de anti patriotismo para incubar más descontento en la población hambrienta de buenas noticias?
Como no le encuentro una respuesta beisbolística a este bochorno que representa para mí, la peor vergüenza deportiva de la que se tenga memoria en Venezuela, me inclino a pensar sombríamente que aquí hay gato encerrado.
Alguien de la federación o de la selección que hable!!!
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