Vino tintó o Vinagre

 Venezuela, fue y sigue siendo la única nación sudamericana, en donde el futbol no es el deporte rey, en cambio el beisbol se encuentra en el primer lugar, luego el basquetbol, después el boxeo y finalmente se pelean el cuarto puesto la esgrima, volibol y el futbol.

Desde mediado del siglo pasado, un equipo extranjero nos sorprendió, querían jugar un partido amistoso, sin previo aviso y por las urgencias, nuestros jugadores utilizaron el uniforme  de la guardia nacional, de allí emprendió el sueño vinotinto. Correteábamos para que no nos goleen, años y décadas de representar el último lugar en Sudamérica. Perdíamos por goleadas, la vino tintó jugaba, y la  mayoría de los venezolanos, tímidamente los seguían, ya que la masa, estaban pendiente de la liga de beisbol o basquetbol, inclusive el futbol europeo. La vino tintó, sola, abandonada, luchaba por eliminar el sobrenombre, de ser la cenicienta de américa del sur. Cuando numerosos jugadores talentosos, llegan a la sub 17 se disipaban ya que las infraestructuras y la federación del futbol venezolana, jamás los acobijo, auxilio o mucho menos patrocino. Por otro lado las demás ligas deportivas, empiezan desde semillitas y protegido hasta llegar a la liga profesional de beisbol y basquetbol.

Cuando llegaron  los grandes técnicos a la vino tintó, los resultados iban mejorando. Todo emprendió con la llegada de Ratomir Dujkovic, con él, nuestra selección se liberó, seguíamos perdiendo feo, pero empezábamos a encajar goles, e ir al ataque. El primer grave error que cometió la federación, fue despedir al técnico yugoslavo, ya que objetaba a los jugadores de jerarquías por su avanzada edades y solo quería trabajar con jóvenes, para prepararlos a la próxima eliminatoria. Inmediatamente, el despedido, pero exitoso técnico, logro entrenar y llevar posteriormente a China, Costa Rica, EEUU y un País africano, a los siguientes mundiales de futbol.

Luego llego Pastor Isa, con el trabajo adelantado lo mejoró y le dio personalidad, después aparece Richard Páez, lo optimizo aún más y los triunfos llegaban más a menudos, el siguiente director técnico, tuvo la suerte y la oportunidad de dirigir a esta pulida  camada,  trabajada por década, Cesar Farías, no logro clasificar al mejor equipo de nuestra historia, habiendo un cupo de más, ya que Brasil era cede. La vino tintó demandaba a grito a un entrenador de renombre internacional, para domar a esta nueva y famosas generaciones, que en su mayoría juegan en el futbol extranjero.

Dólares no hay, quien mejor que el Noel san Vicente, un ex jugador y el técnico  más exitoso de nuestra liga, para dirigir a la selección. Aterrizo en la línea de vehemencia, terreno hostil, lleno de conflictos y disgustos, entre la federación y los jugadores.

 Jugamos y perdimos lo primeros cuatro partidos, luego sorprendentemente, 15 jugadores firmaron una deshonrosa carta de renuncia de la vino tintó. Podrá haber miles de motivos, diferencias o culpabilidades, pero el amor, compromiso y el respeto al uniforme, fue violado y mancillado. El principal y único error que cometió  Chita San Vicente, fue la ambición de triunfar a toda costa y pronto, lo llevo a humillarse antes los firmantes para traerlos de vuelta a la selección. Juguetearon dos partidos, logrando solo un doloroso punto.

Resumiendo los seis vergonzosos partidos de la eliminatoria, nos encajaron 17 goles, de los cuales, más del 80% de ellos fueron errores nuestro y no virtud del contario, y cuatro de estos horrores, y no errores,  fueron dudosamente y vulgarmente inadmisibles. En dos oportunidades, durante las  últimas fecha FIFA, el mismo periodista, Fernando Petrocelli, le pregunto sobre el compromiso de los jugadores con la camiseta, y lo esquivo en par de ocasiones.

Ahora bien, como dijo uno de los firmantes y exitoso jugador en la premier, no se hizo nada con sacar a San Vicente y colocar a Dudamel, ya que ellos quieren la renuncia de los dirigentes de la federación, que aún se encuentra en su legítimo compromiso. El asunto no es, si son corruptos o no, la grave situación, es la traición al uniforme, 15 renunciaron, en cambio los ineptos dirigentes de federación se mantuvieron firme, y ahora en el medio de todo eso, se encuentra uno de los mejores representantes de futbol venezolano en el exterior, Rafael Dudamel.

 Tiene dos decisiones opuesta para disipar, llamar otra vez a los renegados firmantes, para que jueguen con la camiseta que ellos repudiaron, o aferrarse a los restos que no firmaron, o a otros que jamás lo llamaron mejor aún, pujando a vuestro antigua selección juveniles y sub 21, sería una lección de por vida, a los merecedores de este uniforme.

 Prácticamente y lógicamente, estamos fuera de la eliminatoria, pero para el mundial 2022,  nuestra novedosa, trabajada y ante de todo disciplinada vinotinto, nos hará soñar otra vez. Pero como llamaste a los caballos firmantes, volveremos a perder con dudosos errores, la nueva generaciones se infectara, del malcriadez  que sufre los firmantes, la deshonra volvería, cuando el destino le obsequia nuevas diferencias, reaccionaran de la misma manera, ya que no hubo consecuencia al grave y humillante traición.   

 A Dudamel, limpie, LE SUGIERO, depure y honra al nuevo equipo, empiece a construir el renovado sueño vinotintó, en donde el respeto al uniforme sea intachable y primordial. Sabremos ser paciente y a la espera de la pronta maduración de nuestro nuevo, aguerrido y no malcriado vinotinto. Los guaraníes, charrúas y resto del mundo, tendrían que envidiar nuestra nueva, hambrienta y temidas GARRAS, vinotinto.

 



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