Delincuencia uniformada

Resulta ya un lugar común hablar sobre estos temas y si lo hago es porque muy en el fondo, a pesar de los pesares, sigo apostando al país decente, al país que deja sonar sus pasos en la madrugada escalera abajo, presuroso para no llegar tarde al trabajo. Sigo creyendo en el país que no se come la luz. Que no se colea en las colas del banco, en ese país que es mayoría y que se resiste a que un grupo de hampones gobiernen y aprovechen las instituciones del Estado y los recursos provenientes de la renta petrolera y del bolsillo de los contribuyentes para delinquir.

La delincuencia organizada viste de uniforme de policía. Desde sus cuarteles, asalta. Planifica y ejecuta secuestros. Extorsiona y mata. Abogado en ejercicio como soy, me tocó conocer de un caso, que por lo cercano, me hizo entender de una vez por todas, de que no estamos a salvo. Que seguimos en peligro. Expuestos a que nos toque caer en manos de la policía, que lejos de protegernos nos atropella. El pasado 11 de abril de 2010, mientras el gobierno bolivariano conmemoraba la derrota del golpe del 2002, quien ahora es mi representada, MAIKRIT THAIS GOMEZ DIAZ venezolana, mayor de edad y de este domicilio, titular y portadora de la cédula de identidad N° V- 15.106.907, estando de regreso a su casa, a la altura de la Esquina de Zapatero en la parroquia La Pastora, aquí en Caracas fue interceptada por dos vehículos que de acuerdo a su relato, aderezado con su llanto, pudo ver eran de la marca Toyota, a saber modelo Yaris el primero y Machito, el segundo, ambos de color gris. Del primero de los vehículos identificado, descendieron tres (03) sujetos, trajeados de civil y sin mediar palabra o presentación de identificación alguna, la detuvieron, colocándole seguidamente una suerte de capucha de color negro en la cabeza, la cual cubrió totalmente su rostro, para luego conducirla por la fuerza hasta el segundo de los vehículos y trasladarla a un sitio desconocido. Luego de avanzar durante aproximadamente 30 minutos, ella, escuchó como se abría una puerta tipo Santamaría y se cerraba luego de que el vehículo se aparcaba. Posteriormente fue conducida por estas personas, para luego ser esposada al pie de una cama litera metálica, donde fue despojada de su teléfono celular e interrogada respecto a un ciudadano que le dijeron se llamaba JOSE SULBARAN y que según ellos era su hermano y a quien ella manifestó no conocer y con quien asegura no tener, ningún tipo de relación. Luego fue conminada por estos sujetos a ubicar a su hermano, de quien manifestaron saber que era el dueño de varias tiendas de ropa en Sabana Grande y Chacaíto y a quien le comunicaron que si quería verla nuevamente con vida y liberada, tenía que pagarles a ellos un rescate de 500.000,00 bolívares fuertes. Todo ello, a pesar de que durante ese proceso les insistió, en que no poseía bienes de fortuna, distintos a los que puede tener cualquier otra persona común y corriente, tales como enseres y unos modestos ahorros, producto de su actividad como comerciante de ropa y artículos para damas, que con ayuda de su hermano y con cierta frecuencia, compra en la Ciudad de Panamá, para luego revenderlos aquí en Caracas. Nada los calmó, como las hienas ellos seguían insistiendo sobre el rescate que tenían que pagar los familiares de la infortunada y ante su negativa, siendo ya de mañana, cuestión que pudo constatar al despuntar el alba, ya del día 12 de abril de 2010, fue nuevamente conducida por la fuerza al mismo vehículo en el que fue trasladada hasta ese lugar, para luego ser conducida hasta su casa, donde fue luego entregada por estos tres (03) sujetos, a una comisión del CICPC, quienes al solicitarle las llaves de su vivienda, las cuales no tenía en ese momento y en vista de no tener otro modo de abrir la puerta, procedieron a abrir, haciéndose de los servicios de un cerrajero, sin que mediara la respectiva orden de allanamiento, la cual les solicitó en numerosas oportunidades, sin que la misma le fuera oportunamente presentada. Abierta la puerta de la vivienda, la condujeron, siempre con el rostro cubierto, hasta el fondo de la misma, donde se encuentra una sala de baño de uso común, ya que los espacios que le sirven de morada, a ella, a su esposo y a sus tres menores hijas, forman parte de una vivienda mayor, la cual es una suerte de casa de vecindad, donde hacen vida, en calidad de inquilinos aproximadamente cinco (05) grupos familiares, en igual número de anexos, con entradas independientes, pero con áreas y servicios comunes de baño, agua potable y electricidad, entre otros. Metida en la sala de baño, dispusieron un pipote donde la sentaron, permaneciendo allí aproximadamente una (01) hora, esposada y con el rostro cubierto, lo cual fue presenciado por una de sus vecinas, quien se disponía a bañarse a esa hora de la mañana y quien al preguntarle sobre lo qué estaba pasando, fue conminada a abandonar el lugar bajo la amenaza de uno de los funcionarios que la custodiaba. Posteriormente, fue conducida al espacio que funge de sala en su vivienda. Allí le quitaron la capucha y la misma fue sustituida por una sabana de sus hijas para cubrirle el rostro. En ese momento escuchó como uno de los funcionarios le pedía a otro: “pásame el maletín”, y como luego rodaban la mesa del comedor y arreglaban sobre la misma unos paquetes que ella supone sacaron del maletín. Luego le descubrieron el rostro y comenzaron a escribir en un papel lo que supuestamente habían encontrado en el interior de la casa: un (01) koala donde supuestamente habían tres (03) paquetes de pitillos contentivos de un polvo color blanco, presuntamente cocaína y que en su conjunto sumaban un total de ciento cincuenta (150) pitillos. Cuatro (04) bolsas plásticas donde supuestamente había quinientos (500) pitillos de color rosado, distribuidos en paquetes de cincuenta (50) pitillos, para un total de dos mil (2.000) pitillos y dos (02) pasaportes, los cuales le pertenecen a ella y a su esposo. Allí, es cuando por fin le comunican que se encontraba detenida por la presunta comisión de uno de los delitos previstos y sancionados en la Ley Orgánica Contra el Tráfico Ilícito y el Consumo de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (LOCTICSEP). Posteriormente, una funcionaria le leyó sus derechos constitucionales – no sin antes pisotearlos, claro está - y luego se presentaron dos (02) personas a las que nadie en toda La Pastora conoce y a las que nunca en su vida ella había visto, las cuales le informaron, se encontraba allí en calidad de testigos. Minutos más tarde llegaron a su vivienda una gran cantidad de representantes de medios de comunicación, quienes hicieron muchas fotografías y tomas de su persona con el rostro cubierto, frente a la mesa donde se encontraba dispuesta la presunta droga, supuestamente localizada en el interior de su vivienda.

Finalizado este supuesto procedimiento, es trasladada a la sede del CICPC, ubicada en la Av. Urdaneta, para luego ser transferida a la sede de la División de Aprehensiones del mencionado cuerpo policial, ubicada en la urbanización El Rosal, Municipio Chacao, del Estado Miranda, desde donde fue trasladada al Palacio de Justicia de la Ciudad de Caracas, el día 13 de abril de 2010, donde aproximadamente a las cinco (05) de la tarde es presentada en calidad de imputada ante el Tribunal 34° de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, a cargo de la Jueza Deyanhara González Seijo y cuya presentación estuvo a cargo de la Fiscal 36° del Área Metropolitana de Caracas, Dra. Martha Guerrero.

En la celebración de la mencionada audiencia, debidamente asistida por este servidor, y posterior a la intervención de la representación fiscal, relató lo acontecido y por decisión de la Juez de marras, fue beneficiada por una medida cautelar sustitutiva de libertad, conforme a lo preceptuado en el artículo 256 numerales 3° y 8° del Código Orgánico Procesal Penal, cuyos extremos cumplió al presentar los fiadores exigidos, mediante diligencia realizada por la defensa, el día 16 de abril de 2010, y que hoy por hoy le permiten que la averiguación continué estando en libertad y bajo régimen de presentación en el tribunal ya mencionado.

Todo ello motivó que denunciáramos a esos funcionarios ante la Fiscalía Superior del Área Metropolitana de Caracas y ante varios medios de comunicación, que en el marco del fulano dispositivo de seguridad bicentenario, se encargaron de lincharla moralmente mediante un juicio mediático, solo porque fue valiente y tuvo mucha pero mucha suerte de que estos delincuentes de uniforme, de chapa y pistola, no la mataran por no acceder a su solicitud de piches 500 millones. Así las cosas, el Presidente sigue insistiendo en el inminente peligro que corremos de ser invadidos por el Imperio y la Fiscal General de la República empeñada en averiguar quién mató a Simón Bolívar, mientras a los ciudadanos se nos va la vida, entre hampones y policías, que en estos tiempos y estando como están las cosas, son la misma vaina.


rubenvillafa@hotmail.es


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Rubén Villafañe


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