El error de Alan García

La matanza de indígenas y policías ocurrida hace un par de días en la selva amazónica del vecino Perú, pudo haberse evitado, si el presidente de ese país, en lugar de indios buenos e inocentes, como los catalogó en un mensaje a la nación el día de hoy, los hubiera considerado como ciudadanos peruanos, con todos sus deberes y derechos, y hubiese consultado con ellos, dialogado y utilizado sus profundos conocimientos de la región, y de sus propias condiciones de habitantes originarios de la Amazonía, antes de emitir los decretos que llevaron al fatal desenlace.

En efecto, después de la atroz matanza que cobró innumerables vidas de ambos bandos, el gobierno peruano llama al diálogo entre las partes y promete, si es necesario, revisar algunos aspectos de los decretos emitidos con la finalidad de cumplir algunos requisitos exigidos en el tratado de libre comercio con Estados Unidos, que afectan a los indígenas en cuestión. Tarde piaste pajarito, como diría el filósofo aquel.

Parece que los gobernantes de muchos países, incluidos algunos desarrollados, no vieran los cambios que operan en las sociedades que dirigen, especialmente los que se agitan en el seno de las comunidades mas pobres, mas despreciadas y más olvidadas de Latinoamérica. Los hemos enseñado a leer y a escribir, les hemos facilitado computadoras, les hemos dicho que ellos también son ciudadanos con deberes y derechos, los hemos incorporado al voto, los hemos incluido en nuestras constituciones, pero a la hora de la verdad no los tomamos en cuenta cuando se trata de decidir sobre sus propias vidas.

Si Alan García, hubiese tomado en consideración a estos indígenas y oído lo que tenían que decir sus líderes, no estuviésemos lamentando la tragedia ocurrida.

En Venezuela pareciera que algo como esto comienza a sucederr, se le ha vendido al pueblo la loable idea de la participación de todos los ciudadanos en las decisiones políticas, sociales y económicas que el país debe enfrentar cada día. A través de los medios de comunicación públicos y privados se le ha dicho al pueblo que tiene derecho a la protesta, a ser consultado, a se oído; que existe una constitución que ellos mismos se dieron, que debe ser respetada, que todos somos iguales ante la ley; pero a la hora de la verdad, solo unos pocos toman las decisiones trascendentales, y es casi nada lo que se le consulta verdaderamente al pueblo. Y por sobre todo se ignoran sus protestas y se disfrazan sus manifestaciones, de las cuales muchos se aprovechan en beneficio de sus propios intereses políticos.

Hoy lunes, en la ya tradicionales ruedas de prensa de los partidos políticos, el vocero del Partido Comunista de Venezuela, aliado incondicional de las actuales políticas del gobierno venezolano, declaró que tienen noticias sobre presiones a los empleados públicos para que se inscriban en el partido oficialista, mientras el vocero de Patria Para Todos, otro aliado del gobierno, advertía sobre el error de construir el socialismo sin escuchar a los demás. Es entonces que estamos cayendo en el error de Alan García y definitivamente consideramos que toda disidencia es traición y que no vamos a oír a los demás? O es que le vamos a dar la razón a los duros del gobierno y de la oposición que, se han enfrascado en una pelea que nos puede llevar al desastre; es hora que dejemos de creer que todo lo que dicen en los papeles de mandinga, en la hojilla y en Globovisión es nuestra Biblia. No hemos llegado al punto de no retorno hay tiempo de enmendar algunos errores antes de que sea tarde y la sombra de Alan García nos alcance.

cjcarpio44@hotmail.com


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Carlos Carpio


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