Su contenido demuestra que no basta tener una forma humana para ser humanos.
La verdad es que nuestra especie puede contener, y de hecho contiene, tanto monstruos como santos.
Necesitamos recobrar, camaradas, el aliento luego de tan horrendas imágenes. Permítanme, pues, una reflexión que tal vez ayude a consolar y fortalecer nuestro espíritu, a re-ubicarnos y a redoblar nuestra fuerza —tan necesaria a nuestra inmensa lucha—.
Es esta:
Ni siquiera lo que llamamos "la humanidad" (o el mundo) puede ser englobado dentro del "Humanismo" (filosofía de los derechos humanos), pues hay ejemplares de nuestra especie, como vemos, que no presentan ningún rasgo de lo comúnmente conocido como "humano" (esto es, un conjunto de cualidades relativas al comportamiento del individuo, las cuales colocan a éste en directa situación de compromiso frente a ciertos principios morales). Por lo tanto, no todos los miembros de la especie pueden reclamarse depositarios de dichos derechos humanos.
El Humanismo no es una filosofía de la ingenuidad, antes bien es una posición deliberada, meditada, asumida, de lucha en defensa de sólo ciertos miembros de la especie, al tiempo que de lucha por la erradicación de otros miembros de la especie.
¡Basta de hipocresías!
Digámos qué es en realidad el humanismo: ¡una guerra permanente contra la bestialidad humana!
xavierpad@gmail.com