El privilegio otorgado a los Colegios Profesionales tiene que terminar

Todavía existen personas que recuerdan como se respetaba algún mensaje dado a conocer por la asociación venezolana de periodistas, médicos, abogados, ingenieros, etc., etc. Esas personas evocan como eran admiradas las directivas de esos gremios por estar ellas integradas por gente saturada de calidad humana, así como también la inmensa mayoría de los afiliados que constituían cada una de esas asociaciones; total, que resulta del cielo a la tierra la comparación de aquellas dignas agrupaciones con los ahora corrompidos Colegios de Profesionales. ¿Qué hacen los Colegios con el Código de Ética Profesional respectivo y la Ley específica a cada especialidad? Es público y notorio que en la actualidad esos instrumentos solo sirven para consumar represalias contra miembros que no están de acuerdo con las ejecutorias de las directivas de turno, siendo así como les son levantados expedientes amañados que luego pasan al Tribunal Disciplinario para que los condenen y les impidan ejercer su profesión; conculcándoles el derecho al trabajo.

Observen, por ejemplo, como el Colegio de Médicos del Estado Carabobo a través de su Tribunal Disciplinario actúa como si fuera un Supra Organismo de Justicia, manejando y aplicando la Ley del Ejercicio de la Medicina con un desparpajo inaudito, dictando condenas que luego son ratificadas por el Tribunal Disciplinario de la Federación Medica Venezolana, como si fuera éste una instancia superior que simula ser otro Tribunal Supremo de Justicia de la República, decretando la sentencia como definitiva y firme. Todo ésto no es más que una burda distorsión de la Justicia, es una parodia, es una mofa, por lo que es necesario que se opere un cambio; pues este país no puede seguir manteniendo los vicios permitidos en la Cuarta República. No, no. Venezuela no se merece tener unas instituciones gremiales que patrocinan y aceptan la decadencia de los sagrados valores morales de sus integrantes y por tales razones el Estado debe intervenir en auxilio de la decencia; el Estado tiene la obligación de velar por el engrandecimiento integral de la patria y de sus ciudadanos.

He aquí la narración de dos casos manejados con groseros procedimientos. Hace algún tiempo sucedió que un joven médico fue condenado por el Colegio de Médicos del Estado Carabobo con la privación de sus derechos profesionales por dos (2) años; motivado a la desobediencia de una línea política que le fue impartida por un funcionario activista del partido PROVE. Ahora es una profesional que por no aceptar las ideas desquiciadas de un superior jerárquico le montan un expediente identificado como el TDFMV Nº 113, por el cual le condenan privándole de sus derechos profesionales por un lapso de dos (2) años; y ello es anunciado en un aviso sin fecha emanado del COLEGIO DE MEDICOS DEL EDO. CARABOBO. TRIBUNAL DISCIPLINARIO. Publicado en una de las páginas de un diario de la ciudad de Valencia el día Domingo 12 de Agosto de 2.007.

Dense cuenta de cómo estos dos profesionales de la medicina fueron sometido al desprecio público por asuntos meramente políticos y/o personales, claro, el Colegio solo hará referencia en cada expediente de alguna falta o delito cometido en el ejercicio de la profesión por aquellos dos afiliados; y serán los directivos del Colegio quienes calificarán y decidirán sobre la cuestión. Ahora bien, aparte de la delicada licencia concedida por los gobiernos de la Cuarta República a los COLEGIOS PROFESIONALES, impartir justicia tal como si fueran tribunales pertenecientes al Poder Judicial, existe una peculiaridad con el Colegio de Abogados, éste fue autorizado por sus protectores para cobrar un impuesto y que esa recaudación se enterada en sus propias y particulares arcas gremiales. Compruébelo usted mismo al introducir un documento en las Notarías y Registros Públicos del país, allí se le obligará a pagar dos impuestos, uno al sector privado, Colegio de Abogados, y el otro al sector público, Gobierno Nacional, y también podrá informarse de que en esas dependencias gubernamentales el Colegio de Abogados disfruta gratuitamente de oficinas, muebles, útiles de escritorios; y sus empleados hacer uso ilimitado de los servicios. Sin duda que, así, así, así no se gobierna; basta ya de favoritismos y claudicaciones.


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José M. Ameliach N.


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