¿Guerra? No estamos preparados para lo que puede venir en el planeta

Venezuela nunca ha estado preparada para una verdadera crisis internacional, en especial una nueva gran guerra, pero hoy está peor que nunca. Hay quienes ven una nueva guerra mundial entre las grandes potencias como una oportunidad para vender petróleo y materias primas a altos precios y/o a crédito para ser cobradas en el futuro próximo con grandes ventajas, pero la verdad es que las condiciones, en especial tecnológicas han cambiado de manera importante desde la segunda guerra mundial e incluso desde la llamada guerra del golfo y las consecuencias para nuestro país de seguro serían catastróficas.

Algunos imaginan un tercera guerra mundial entre superpotencias sentados cómodamente frente al televisor o la computadora y observando imágenes como las de las guerras del golfo, de Líbia o de Siria, pero las superpotencias económicas y militares una vez escalado el conflicto que de seguro pasará de escaramuzas a guerra abierta en muy poco tiempo, no van a guerrear sin utilizar su más avanzada y destructiva tecnología tratando de sorprender y tomar desprevenido al otro. Por otra parte, los objetivos militares prioritarios de las armas nucleares y demás armas de destrucción masiva no serán los soldados de a pie, serán los grandes centros de producción y de desarrollo de tecnologías, todo aquello que provoque un colapso total en el enemigo y que corte la logística de posteriores posibles tropas invasoras. Los misiles capaces de alcanzar satélites no son cuento ni se limitarán a los satélites espías o a satélites caza-satélites, toda comunicación, toda TIC de la que se sirva el enemigo deberá ser destruida, las industrias desbastadas, la producción de alimentos reducida al mínimo. Este tipo de guerras serán para ganar o morir de manera masiva, olvídense de operaciones quirúrgicas, no será una guerra asimétrica donde los grandes pueden darse lujos y pavonear frente a los pequeños.

Es cierto que las armas nucleares y el desarrollo de nuevas tecnologías militares de destrucción masiva han tenido por ahora una carácter disuasivo, a veces muy muy disuasivo-demostrativo como las empleadas contra Japón de manera "experimental", pero ese "por ahora" sabemos lo que puede significar, el planeta está lleno de líderes y lidercitos psicópatas, a los que nada importa la vida de los demás, muchos gozan con la corrupción generalizada, gozan con genocidios, financian mercenarios y terroristas y sueñan con liderizar y ganar guerras nucleares que además del gozo como el que experimentó Nerón quemando a Roma, su propia ciudad, suponen que les retribuirá con poder o dominación absoluta de tipo político, económico y militar. Si observamos la situación internacional actual, una gran guerra entre superpotencias no es algo que está fuera de las posibilidades, es una posibilidad con un valor de probabilidad que se ha incrementado últimamente; tal vez por el temor que despiertan ese tipo de armas y las posibles sorpresas de tecnologías secretas, ese valor sigue siendo bajo si se analiza más profundamente, pero que un país no tome acciones preventivas y que más bien se empeñe en incrementar los riesgos, es como mínimo imperdonable, más si cuenta o ha contado con los recursos necesarios.

Un muy probable escenario a presentarse en caso de una gran guerra – Sin tomar en cuenta un posible invierno nuclear-- tendría las siguientes características: 1. Genocidios en y alrededor de las grandes ciudades, centros de investigación y desarrollo tecnológico, complejos de industrias tecnológicas, grandes complejos militares, industrias de alimentos y sistemas de producción agrícola además de contaminación radioactiva. 2. Destrucción de infraestructura de esos complejos tecnológicos y sistemas de producción en general. 3. Con la muerte de los trabajadores, científicos, ingenieros y técnicos, y la destrucción física de los complejos industriales y de investigación se condena a una recuperación de las capacidades productivas de esos países a largo y muy largo plazo. 4. Caen las capacidades de exportación e importación de esos países y con ello los suministros a países dependientes como el nuestro y disminuyen las exportaciones de materias primas, el rentismo agudiza la miseria. 5. Las TIC dependientes de la Internet quedan en gran parte o totalmente inoperantes por destrucción de satélites y empresas de hardware, así como las plataformas que brindan servicios en la red y permiten mantener información en La Nube; recordemos que existen además tecnologías militares para "achicharrar" equipos electrónicos de manera masiva. 6. Muchos equipos, maquinarias y herramientas de países dependientes como el nuestro dejarán de tener utilidad al no contar con sus insumos, repuestos o con equipos y herramientas complementarios para funcionar (cualquier similitud con la situación actual en Venezuela es solo coincidencia). 7. No se tratará de la situación generada por la destrucción de un país atacado con armas nucleares, la OTAN y sus aliados está compuesta por los principales países capitalistas industrializados, y de la otra parte, Rusia, China y sus aliados son también grandes potencias tecnológicas e industriales y países de gran extensión y población, no será uno o dos países implicados; actualmente los misiles nucleares de alcance continental o los desplegados a través de plataformas móviles aéreas, terrestres o marítimas ya tienen objetivos asignados con accionamiento automático dependiendo de las condiciones en que los países son atacados, no será una o dos bombas las detonadas. 8. El hambre se escribirá así: HAMBRE, ENFERMEDADES y MUERTE en todo el planeta. Países como Venezuela, sin capacidades endógenas la pasarán peor.

¿Qué ha pasado con tantas iniciativas en este sentido ordenadas por Chávez para desarrollar nuestra seguridad y soberanía integrales? ¿Qué hemos hecho y estamos haciendo por la seguridad y soberanía y para prevenir contingencias como la de una gran guerra entre potencias o catástrofes naturales de impacto global? La respuesta es sencilla: ROBAR. Desde luego, no todos hemos robado, pero el robo al país es más generalizado que nunca, hasta le han justificado con retorcidos análisis políticos-ideológicos. Todos los intentos (y creo que no exagero) de desarrollo de nuestras propias capacidades y uso de nuestros propios recursos han sido en la práctica saboteados de manera indirecta o directa, la corrupción lo arropó y entorpeció todo; se impusieron conceptos de desarrollo endógeno manipulados para justificar su abandono como el caso de plantear que el desarrollo endógeno no es viable porque siempre se requiere de materias primas, insumos y tecnologías de otros países (así lo escuché, palabras más o palabras menos, de una entrevista que Vanessa Davies hacía a un "experto" en desarrollo) como si el concepto de desarrollo endógeno implica o es sinónimo de desarrollo aislado. Se ridiculizaron y colocaron como enemigos a los investigadores y profesionales; en toda revolución se debe cuestionar y revisar todo, pero lo que aquí se ha venido haciendo en materia de ciencia, tecnología y educación es lo más parecido a aplicar una política para reducir al mínimo o eliminar nuestras capacidades de desarrollo integral. El robo, la corrupción, ha sido lo más cercano a prevenir (ingenuamente) lo que podría ocurrir tras una gran guerra, un grupito de criminales ladrones guardando fortunas o invirtiendo en otros países, "asegurando" individualmente sus futuros de lujo, el problema es que en esos países las cosas pueden ponerse peores que aquí gracias a las nuevas tecnologías militares y a la irracionalidad de los enfermos por poder.

 

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Íñigo Narvaiza


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