Sigamos el ejemplo de Corea del Norte

Hace, exactamente, 30 años tuvimos el privilegio de visitar, conocer y desde entonces sentirnos eternamente agradecidos de haber recibido, en esos hermosos y lejanos lugares, las enseñanzas, inspiradas en su lider y protector, Kim Il Sung, sobre la Idea Juche. Misma que, no tengo dudas, es la verdadera "bomba atómica" que guia, orienta y abre camino de esperanzas a la humanidad a través el ejemplo de lucha tesonero y cotidiano que nos regala el glorioso pueblo de la República Popular Democrática de Corea.


De Corea del Norte hemos escrito en otras oportunidades y varios articulistas de Aporrea se han referido al tema. Bien vale la pena documentarse, con rigor y profundidad, sobre la "realidad real" de la peninsula coreana. Medios internacionales de comunicación se han encargado de satanizar y tergiversar la realidad de ese pueblo que es ejemplo de: laboriosidad, organización socio productiva, creatividad, disciplina, respeto a la naturaleza, lealtad a sus lideres y a su historia patria. Pais de elevados niveles en materia de educación, recreación, salud y, sobre todo: DIGNIDAD. A pesar de no contar con elevados recursos económicos y materiales como los nuestros. Por eso es un ejemplo a seguir, aunque algunas cosas sean contrarias al ideal de sociedad que deseamos.

Ver nuestro articulo, "China, Venezuela y Corea del Norte no se doblegan", en: www.aporrea.org/ideologia/a26587.html

Sobre Corea del Norte debemos volver a escribir en otra oportunidad. Por ahora, deseo compartir con ustedes este mensaje, que acabo de recibir en un grupo de whatsaap, de una intervención de Ernesto Che Guevara, luego de una visita a Corea en 1960, que refleja, ya para esa época, la proyección de la experiencia coreana de construir el socialismo con su estilo, respetando sus tradiciones culturales y su historia. Adaptando y recreando el conocimiento científico y la teoría marxista, leninista y maoísta, a su realidad y necesidades: La IDEA JUCHE.

Razón tenia el entrenador de la selección de beisbol coreano, un cubano que conocimos en uno de los tantos y bien equipados Centros de Salud en la RPDK: "si los cubanos tuviéramos un décimo de la disciplina, voluntad y capacidad de trabajo, de los coreanos del norte, seríamos una potencia mundial".

Por eso el Che quedó impactado en 1960:

"De los países socialistas que visitamos personalmente, Corea es uno de los más extraordinarios. Quizás es el que nos impresionara más de todos ellos. Tiene solamente diez millones de habitantes y tiene el tamaño de Cuba, poquito menos, unos ciento diez mil kilómetros cuadrados. La misma extensión territorial que la parte sur de Corea, pero la mitad de habitantes, fue asolado por una guerra tan fantásticamente destructiva que de sus ciudades no quedó nada, y cuando uno dice nada, es nada. Es como los pequeños poblados de guano que Merob Sosa y Sánchez Mosquera y esa gente quemaba aquí, y de los cuales no quedaban nada más que cenizas. Así quedó, por ejemplo, Pyonyang, que es una ciudad de un millón de habitantes. Hoy no se ve un solo resto de toda aquella destrucción, todo es nuevo. El único recuerdo que queda es, en todos los caminos, en todas las carreteras, y en todas las vías férreas, los huecos de las bombas que caían unas al lado de otras.
Ellos me mostraron muchas de las fábricas, todas ellas reconstruidas y otras hechas nuevas, y cada fábrica de esas había soportado entre 30 y 50 mil bombas. Si nosotros nos hacemos una idea de lo que eran 10 ó 12 bombas tiradas alrededor nuestro en la Sierra, que significaba un bombardeo terrible, y había que tener su dosis de valor para aguantar esas bombas, ¡lo que significaban 30 mil bombas tiradas en un espacio de tierra, a veces menor que una caballería!
Corea del Norte salió de la guerra sin una industria en pie, sin una casa en pie, hasta sin animales. En una época en que la superioridad aérea de los norteamericanos era tan grande, y ya no tenía qué cosa destruir, los aviadores se divertían matando bueyes, matando lo que encontraban. Era, pues, una verdadera orgía de muerte lo que se cernió sobre Corea del Norte durante dos años solamente. En el tercer año aparecieron los Mig-15 y ya la cosa cambió. Pero esos dos años de guerra significaron, quizás, la destrucción sistemática más bárbara que se ha hecho.
Todo lo que se pueda contar de Corea parece mentira. Por ejemplo, en las fotografías se ven gentes con el odio, ese odio de los pueblos cuando llega a la parte más profunda del ser, que se ve en las fotos de cuevas donde se meten 200, 300 y 400 niños, de una edad de 3 ó 4 años, se asesinan allí con fuego y otras veces con gas. Los descuartizamientos de las gentes, matar a mujeres embarazadas a bayonetazos para hacerle salir el hijo de las entrañas, quemar heridos con lanzallamas… Las cosas más inhumanas que pueda imaginar la mente fueron realizadas por el ejército norteamericano de ocupación. Y llegó casi hasta el confín de Corea con China, y ocupó, en un momento dado, casi todo el país. Sumado a eso que en la retirada lo destruían todo, podemos decir que Corea del Norte es un país que se hizo de muertes. Naturalmente, recibió la ayuda de los países socialistas, sobre todo la ayuda de la Unión Soviética, en una forma generosa y amplísima.
Pero lo que más impresiona es el espíritu de ese pueblo. Es un pueblo que salió de todo esto tras una dominación japonesa de treinta años, de una lucha violenta contra la dominación japonesa, sin tener siquiera un alfabeto. Es decir, que era de los pueblos más atrasados del mundo en ese sentido. Hoy tiene una literatura y una cultura nacionales, y un orden nacional y un desarrollo ilimitado, prácticamente, de la cultura. Tienen enseñanza secundaria, que allá es hasta el noveno grado, obligatoria para todo el mundo.
Tiene en toda la industria el problema que ojalá nosotros tuviéramos hoy -que tendremos dentro de 2 o 3 años-, que es el problema de la falta de mano de obra. Corea está mecanizando aceleradamente toda la agricultura para lograr mano de obra y poder realizar sus planes, y también está preparándose para llevar a los hermanos de Corea del Sur el producto de fábricas de tejidos y otras, para ayudarlos a sobrellevar el peso de la dominación colonial norteamericana.
Es, realmente, el ejemplo de un país que gracias a un sistema y a dirigentes extraordinarios, como es el mariscal Kim II Sung, ha podido salir de las desgracias más grandes para ser hoy un país industrializado. Corea del Norte podría ser para cualquiera aquí en Cuba, el símbolo de uno de los tantos países atrasados del Asia. Sin embargo, nosotros le vendemos un azúcar semi elaborado como es el azúcar crudo, y otros productos aún sin elaborar, como es el henequén, y ellos nos venden tornos fresadores, toda clase de maquinaria, maquinaria de minas, es decir, productos que necesitan una alta capacidad técnica para producirlos. Por eso es uno de los países que nos entusiasma más"

A casi 60 años de estas palabras del Che y de nuestra propia experiencia personal, asi como de lo que podemos filtrar de la información verdadera y no tergiversada de la RPDK, no hay tutia: Corea es paradigma de sociedad humanizada y organizada a seguir. Promovamos viajes turísticos, encuentros culturales y deportivos e incluso militares, pensando en garantizar la PAZ en el planeta tierra.



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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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