¿Quién garantiza que el 30 de julio vamos a votar?

¿Qué le pasa al Estado Venezolano? Cualquiera podría pensar que luce débil e incapaz para enfrentar el alzamiento de un grupo de desquiciados que no aman a su patria y que no les importa entregarla en bandeja de plata al imperialismo estadounidense. Las últimas embestidas de la derecha radical han puesto, según observadores, entre la espada y la pared al Estado, al someter a los habitantes de nuestro país a los peores actos de violencia y terrorismo, donde se manifiesta una indefensión que atenta contra la integridad física de los ciudadanos. Todo parece indicar que no basta con el llamado a la paz que se hacen a cada momento voceros del gobierno, sino se tomen medidas severas contra quienes desean tumbar al gobierno revolucionario.

El Estado Venezolano pareciera incapaz de proteger a sus ciudadanos. Ni siquiera puede garantizar el libre tránsito por las calles, avenidas y autopistas. Los venezolanos y venezolanas tenemos el derecho de ir a nuestros puestos de trabajo. Tenemos el derecho de acudir a un centro hospitalario, o ir a pasear a su centro comercial, ir a un cine, o simplemente pasear por donde se nos plazca, a la hora que queramos. Tenemos derecho a eso y a mucho más.

Pero vivimos en un Estado flojo, inoperante y cansado. Dentro de ese estado dicen que opera una revolución. ¿Eso es verdad? ¿Qué revolución que se estime a sí misma permite que un grupo violento haga lo que le dé la gana con nosotros y con nuestro país. ¡Carajo!, donde están las leyes que conforman este Estado. ¿Fue un fraude la Constitución del 99? ¿O quienes están llamado a hacerla cumplir tienen miedo? No puede ser que el país quede de pronto en manos de grupos de gente desquiciada que somete a los habitantes de la patria de Bolívar y Chávez a los más deplorables actos de violencia y terrorismo. Mientras los voceros del gobierno sólo tienen cifradas las esperanzas en la Constituyente que dicen será elegida el 30 de julio.

Ayer se puso en ejecución un globo de ensayo intensificando los llamados trancazos. Más horas. Más violencia. Más furiosos, y, por ende, más sangres en las calles, muertes y frustraciones. ¿Qué explosivo se usó en Altamira donde varios Guardias Nacionales resultaron quemados y heridos? Eso fue un aviso de lo que puede venir en los próximos días. Ahora tengo mis dudas de que el evento electoral pautado para el 30 de julio se pueda realizar en sana paz.

Para ese día, está en la mente de los violentos, que el trancazo sea general. Sin horas de cierre, con más violencia, más cruento y sin que nadie lo puede evitar. Lo que paso ayer sólo es botón comparado con lo que pueda desarrollarse durante estas semanas. Pregunto: ¿qué hacemos, entonces, los venezolanos y venezolanas que estamos entusiasmados con el acto electoral del 30 de julio?

¡Carajo!, no quiero pensar que no tengamos quien nos defienda ante estos locos que pretenden cogerse al país. Quiero pensar que estoy soñando. Soñar no cuesta nada. Pero sí cuesta despertar con ecos de disparos y gritos, sin poder hacer nada… ¿Será verdad que faltan 19 días para las elecciones?



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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