El peligroso juego de ampararse en lo militar

La fracción dominante en el gobierno cae con frecuencia preocupante en la solución de fuerza. Frente a la delincuencia inventó el OLP, pensaron que con la fuerza resolverían un problema que surge en las entrañas de la injusticia social capitalista y ya sabemos del fracaso de esa vía: uno de sus mayores "logros" fue liberar los demonios dentro de los cuerpos represivos y elevar la psicología fascista en la población civil que acepta la represión brutal con la excusa de que son delincuentes, "nohumanos".

Ahora la fracción dominante enfrenta un grave descalabro político, una tragedia: optó por el pragmatismo, por el oportunismo, se alejó del Socialismo, cayó en los brazos de los empresarios capitalistas -hasta para el gabinete los llevaron-, puso sus anhelos en las buenas intenciones de los capitalistas y fracasó. El país, intoxicado de ética egoísta, de moral capitalistas, se le fue de las manos, el gobierno se debilitó, ya no tiene nada que ofrecer a los capitalistas y está perdiendo la batalla con sus gemelos de la burguesía opositora, que se le viene encima, arrincona a un gobierno que perdió la mayoría y lo que es definitorio perdió el proyecto espiritual, está vacío, sin alma.

El gobierno carece de recursos para resolver el drama político que vive: el pragmatismo se le agotó, no tiene recursos materiales, se alejó de Chávez, incineró el Plan de la Patria, dio puerta franca al reformismo y ahora cosecha su inconsecuencia. Ya no sabe a dónde ir, todos los inventos le fracasan. Siente el terror de la agonía y la culpa.

En esta situación debemos estar pendientes de cuál solución buscarán los pensantes del gobierno. Veamos las señales:

Elias Jaua declara: la dirigencia opositora "ha escogido el camino de la lucha armada"

Es grave lo que dice Jaua, pero démosle el beneficio de la duda, quizá lo hace sin saber muy bien lo que dice, sin percatarse de las consecuencias. ¿Fue una declaración a la ligera? No nos preocupemos, eso no pasará de allí.

Pero más adelante el General Padrino, declara: "Hago un llamado al país, sobre todo a aquellos que con careta llaman a manifestaciones pacíficas, pero tienen un brazo armado para la insurrección armada".

Y ya tenemos razones para alertarnos, no se trata de la declaración de un político, es ahora el máximo representante de la fuerza el que habla de insurgencia armada.

Y por si esto no fuera suficiente, Diosdado llama a organizar en las UBCH con batallones, escuadras, etc. para enfrentar la insurgencia, en lugar a llamarlos a fortalecer la ideología, la formación, teórica a fortalecerse la ética revolucionaria, el humanismo, a recordar que el apresto ideológico, antecede, domina al apresto material.

¿Por qué lo hacen, cuáles serán las consecuencias?.

El gobierno escogió de nuevo el camino de la fuerza. Calificar a la oposición de "insurgencia armada" es precipitado y nos coloca en un paisaje, no ya de la bufa guerra económica, sino en la posibilidad de una represión mayor, una represión militar que no sabemos dónde va a llegar. Malos vientos soplan cuando los militares retoman en sus manos, como en el pasado, la solución violenta, represiva de los problemas políticos desvirtuando las enseñanzas de Chávez que impregnó de humanismo a lo militar.

La ola, puede arrasar a todo lo que disienta, sea de derecha o revolucionario, puede llegar a los nefastos teatros de operaciones, recordemos Yumare, a los "caídos en combates", a los tribunales militares, a las crueldades del cono sur.

Alerta personalidades como José Vicente que vivieron y enfrentaron con valentía estas desviaciones de la fuerza militar, allí está Lovera, Fabricio recordando el terror, que hoy se asoma; alerta la Fiscal, el Defensor, hay que evitar que la bestia crezca alimentada por el silencio.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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