Venezuela y gran parte de América Latina se encuentra consternada por la muerte violenta de quien fuera embajadora de nuestro país y cuando digo embajadora no lo digo a titulo político, porque todos hemos conocido la trayectoria artística de esta joven venezolana que puso en alto el nombre de Venezuela, cuando participó en representación de nuestro país en  un certamen de belleza y luego cruzó las fronteras como actriz de arte dramático.

Antes que nada mis respetos para sus familiares por la desaparición física de esta joven que, antes que un personaje público era hija, hermana, y madre de una niña de apenas 5 años que tendrá que vivir con el recuerdo de haber visto morir a sus padres de manos asesinas, que se han ido formando a través de los tiempos amparados por un sistema corrompido, y de una descomposición social desbordada en donde los valores y los principios están quedando en segundo lugar

Como bien lo dijo el señor Jorge Acosta Carles en su artículo, (Perdón por lo que voy a decir) nosotros somos contribuyentes principales en la descomposición social que día a día se incrementa, es muy fácil juzgar a los gobiernos y más en estos momentos, por los males que nosotros mismos comenzamos en nuestros hogares, cualquier palabra que se me ocurra el artículo escrito por él, ya lo dice todo,en muchas oportunidades hemos visto culpar al gobierno  presidido primero por Hugo Chávez, ahora, por Nicolás Maduro que ha sido el responsable de la delincuencia desbordada y todos deberíamos reflexionar sobre este tema, ya que la mayoría de nosotros hemos crecido cuidándonos de este flagelo y nuestros abuelos comentan la inseguridad de la época de ellos, que en estos momentos se han sofisticado es cierto  también la tecnología se ha hecho más y más moderna, ya no matan con una quijada de burro como Caín a Abel, que fue el primer crimen que tuvo la humanidad, en estos momentos el internet y la televisión son los  principales enemigos de los jóvenes cuando por no atenderlos en casa los dejamos ir, a distraerse a un cyber sin ningún tipo de asesoramiento o restricción .o los dejamos ver las películas sangrientas y violentas que más que distracción son malas lecciones que son recibidas por estos jóvenes en el momento más vulnerable de su vida.

Por otra parte es lamentable que sea el fallecimiento de una figura del espectáculo la que haga entrar en razón o tomar conciencia al  Sr. Henrique Capriles de que se deben tomar medidas en conjunto para luchar por la paz y la vida, cuando el Estado que el gobierna es el Estado según los reportes, más peligroso del país, y día a día caen personas inocentes a manos del hampa, mientras la policía a su cargo brilla por su ausencia en los sitios que se le requiere. El gobierno nacional lleva años invitándolo a unirse como personaje político con funciones importantes a su cargo y hasta ahora sólo se ha encargado de mantener una retórica ofensiva y de desconocimiento al presidente de la República y todo lo que huela a revolución.Bienvenido sea el diálogo y el acercamiento de Capriles a Miraflores siempre y cuando venga a dar su aporte positivo y no a buscar enfrentamientos en la boca del Lobo, como quien dice a atacar desde adentro, ya que él manifiesta en sus declaraciones, que se pongan las cartas sobre la mesa y se haga un debate con honestidad, más que un debate de quien es el mejor, el país necesita aportes y soluciones respetándose las diferencias ideológicas,pero que se unifiquen las ideas y las pongan en práctica que no se queden solo en un yo cumplí con ir, él también habla que ojalá dios ilumine a los que tienen la principal responsabilidad, cuando la palabra correcta viniendo de él, sería tenemos la principal responsabilidad. Pareciera que todavía le cuesta entender que el Estado Miranda no tiene  un gobierno paralelo, que las decisiones tomadas por el gobierno central también abarcan a ese Estado y a esta gente que dice representar pero que se niega a gobernar como gobierno regional.

Lamento si mi visión de esta iniciativa es reaccionaria, pero la historia y los hechos ocurridos durante todos estos años a muchos nos ha hecho perder la fe y sobre todo la confianza.

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