Delincuencia ataviada de escasez

Es indignante que la mayoría de los mortales vayamos de supermercado en supermercado y de bodega en bodega buscando algún producto, topándonos con la cruda realidad de que por más esfuerzo que se haga no se encuentra dicho producto. Se presentan casos de personas que viven en Maturín, que por casualidad tienen un amigo o familiar en Coro, en Mérida, en Turén o en Bobures, y si en esas lejanas tierras aparece el producto, entonces el amigo o familiar, que vive bien lejos, le hace el favor de enviar una cierta cantidad para paliar la necesidad por unos días.

       Definitivamente no entiendo cómo es posible que haya algunos productos de la cesta básica desaparecidos y que en cualquier esquina existan unos individuos vendiendo dichos productos con un sobreprecio que va desde el 250% al  300%.  Este es el caso de la leche en polvo en sus diferentes presentaciones, del aceite comestible y de cuanto producto se desaparece de los anaqueles de los supermercados, de los PDVALES, de los Mercales y sitos afines. Me cuesta entender cómo se estafa impunemente a diario al pueblo y que los entes gubernamentales encargados de velar por su salud mental y por su salud “bolsillezca” no hagan nada por evitar este robo diario del cual es objeto.

       Si mal no recuerdo, para la época que este tema salió a flote por primera vez, los ladrones que viven de encarecer los productos, justificaron su delito diciendo que esa era la forma de ganarse la vida, que era así como podían llevarles el sustento a sus familiares.  ¡Coño!.  Pero es que detrás de estos distribuidores ambulantes existe toda una mafia de acaparadores, comerciantes y empresarios o tal vez infiltrados de los mismos PDVALES o en Mercales que son los que le facilitan la mercancía a estos delincuentes de esquina, mal llamados buhoneros.  ¡Ojo!,  no estoy en contra de los trabajadores de la economía informal, ni en contra de la buhonería, lo que me arrecha es que a diario el pueblo tenga que verse obligado a comprar los productos con sobre precio, porque, supuestamente, “no se consigue” y que el muchachito espere en la casa llorando por la falta de su tetero o que no haya aceite con que freír un huevo. 

       Será  posible que no exista alguien, algún organismo del gobierno que le de un parao a esta modalidad de especulación y robo a luz pública,  Seré posible que las estafas de todas índoles y conocidas por todo el mundo, ya sea con repuestos para vehículos, alimentos de la cesta diaria, carros y con cualquier vaina que a uno se le ocurra comprar, campeen a lo largo y ancho de todo el  país y nadie haga nada. ¿Es que no hay a quien le duela que al pueblo lo jodan?,  ¿Es que no hay alguien que se arreche porque a diario jodan a la gente?.  Porque de ser así, tampoco se deben maltratar o malponer a los ladrones que especulan con el sector de la construcción o a los delincuentes que asaltan a los venezolanos que quieren comprarse un carro o cualquiera otra vaina que le guste. Tampoco a estos delincuentes y ladrones debe criticárseles, ni expropiárseles sus bienes, llámense apartamentos, casas o carros acaparados, vendidos con “sobre sobre sobre precio”, ya que ellos también se están ganando el sustento de sus familiares, y es así, robando y asaltando a la gente, que pueden mantener su núcleo familiar.  Al pobre Zuluaga  deberían regresarles sus “Toyoticas” y a tantos otros deberían regresarles sus Banquitos y Casas de Bolsas, porque esos pobres seres ahora no deben tener como mantener sus familiares. Tampoco deberían penalizarse a los banqueros prófugos, ni a  los jueces corruptos,  porque ellos también están trabajando, y a su modo, esa es la manera de ganarse el sustento diario de sus familiares.

       Señores, robo es robo, indistintamente de los matices con que se ejecute.  Igual roba el seudo buhonero que vende la leche o el aceite con sobre precio que el que acapara casitas,  apartamenticos o carritos para después sacarlos a la venta con unos  precios que ni la madre de ellos mismos puede pagar.

       Ya basta que diaria e impunemente se robe al pueblo a luz publica, es hora  de apresar  a estos distribuidores de productos escasos, quitarles la mercancía  y obligarlos a hablar para llegar hasta los acaparadores y delincuentes  mayores que les facilitan  la mercancía.  El pueblo esta arrecho por esta burla de no encontrar los productos en ninguna parte, mientras más adelante, en cualquier esquina los estén vendiendo con sobre precio y para colmo, con una sonrisa de oreja a oreja y el consabido “Si  quieres no lo compres, eso es lo que vale o anda a comprarlo a otra parte.   En función de lo anterior, no nos debe extrañar entonces que en cualquier momento este mismo pueblo tome venganza por sus propias manos y cuelguen por las bolas a estos desarmados que a diario lo asaltan sin ninguna contemplación. 

       Se ha dado el caso que hasta las mismas fuerzas públicas custodian a estos delincuentes, la otra vez unos tipos tenían un camión repleto de leche y aceite, mientras unos policías custodiaban la cola de compradores para que todo se desarrollara sin problemas, para que nadie se coleara y si a alguien se le ocurría colearse, protestar o simplemente tener un mal pensamiento en la cola,  era execrado  y mal visto,  y por supuesto,  no alcanzaba comprar el tan deseado pote de leche y  el litro de aceite, no se le  permitía comprar,  o mejor dicho,  perdía la oportunidad de ser atracado con los productos que distribuían esos delincuentes casi como haciéndole un favor a la población porque estaban escasos y no los iba a encontrar en otra parte.

       También se ha dado el caso de aquellos ladrones mal llamados buhoneros, que cuando saben que llegó leche o cualquier producto desaparecido a los Bicentenario, a cualquier  supermercado o a PDVAL, y que están vendiendo de dos articulo por persona, estos desgraciados van a hacer las colas y se llevan a los hijos, a la madre y a cualquier vecino que puedan arrastrar a comprar el producto para después revender una cuadra mas adelante.  En una oportunidad sorprendí a un desvergonzado de estos desenterrando a la abuela y a unas tías que tenían años de muertas para llevarlas a comprar unos potes de leche en un establecimiento de unos chinos que queda cerca del cementerio.

       Señores del gobierno responsables de velar por la salud económica del pueblo, señores encargados de velar por la salud adquisitiva de los venezolanos, acaben de una buena vez con estos ladrones de oficio que revenden los productos con el 250% ó  300% de sobreprecio y colaboren para que la capacidad adquisitiva del venezolano no se desmejore cada día. 
 

     PATRIA SOCIALISMO O MUERTE…  ESTAMOS VENCIENDO

     CON CHÁVEZ TODO, SIN CHÁVEZ NADA. 

torcatizw@gmail.com



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William Torcátiz

Ingeniero, Poeta, Musico, Chavista. Analista Mayor de Conformación y Seguimiento de Empresas Mixtas Internacionales de PDVSA.

 torcatizw@yahoo.com      @torcatizw

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