Del país profundo: Los calipsos de Lourdes Basanta

“Orinoco al norte, Brasil por el sur, Esequibo al este, Colombia al oeste, ese es el cuadrante de nuestra Guayana y toda esa tierra, toda esa tierra es venezolana…”. Buena hija de la patria esta María Lourdes Basanta que escribe una canción para insurgir contra las pretensiones colonialistas de limitar su territorio. Se inspira en el sentido de pertenencia a una nación, en la integridad venezolana de la pequeña isla de Anacoco situada al norte del río Cuyuní, en sus coordenadas y compone el calipso Guayana Es. “Guayana es tierra, oro, hierro y mujer, ven a mi Guayana y verás lo que ya yo sé”. Guayana también es Anacoco. Lourdes, popularmente nombrada como Lulú Basanta, había nacido en la población de El Callao el 24 de febrero de 1932 y fallece un domingo 28 de noviembre del año 2010. Mucho le conocimos y le admiramos. Un día me dijo:“Sabes cómo empecé yo a cantar calipso, sabes, porque mi mamá para poder disfrutar del calipso me traía y me colocaba cerca de los músicos y me decía, si te quitas de allí te llevo para la casa, y entonces se hizo costumbre en mí ir tanto a aquello que de repente empecé a cantar sin darme cuenta y empecé a componer mis propios calipsos. En aquello estaban metidas mi bisabuela, mi abuela, mi mamá, toda la familia metida en esto y andaba uno también…”. Lourdes Basanta habría escuchado repetidas veces a la negra Isidora Agnes explicar lo que siempre nos explicaba a todos: “El Calipso es mío, el Calipso es de El Callao y eso es lo que le gusta a Venezuela, porque Venezuela es una mezcla de blancos, de negros de indios y así Bolívar la bautizó” La negra Isidora y ella representarían en El Callao la expresión de lo exacto en el impecable trato de las madamas que se fueron fundiendo con el oro. “La madama es una palabra media francés media inglés, pero los correcto es madame que quiere decir señora y se ponían aquel traje tan bonito, porque la señora rica se vestía con mucha pomposidad, pero la persona pobre se compraba su tela barata y se ponía su traje, y lo esponjaba y tenía la particularidad de embellecer mucho su fondo, es allí donde está todo el lujo de la madama, por eso la madama recoge el traje para poder lucir su fondo y sabe ponerse muy bien el paño en la cabeza, porque las señoras que tenían dinero siempre usaban un sombrero elegante, un sombrero de medio lado, pero la madama pobre no podía comprarlo, entonces almidonaba muy bien ese paño para darle la forma que quisiera sobre su cabeza, allí está la coquetería de la madama y el secreto del paño almidonado de manera que tome el vuelo que quiera darle y pueda lucir mejor que el sombrero más caro…”. Cuando muere la madama Lucila Isidora Agnes, a quien se conoce más bien como la Negra Isidora, el 5 de marzo de 1986, Lourdes Basanta pierde una parte de su vida, pierde a la madrina, pierde a la madre que era de todo un pueblo, pero la revive con un calipso, “Isidora, Isidora, Isidora Callao Calipso Queen” . Aquella canción de Lourdes Basanta no tardó demasiado tiempo en ser interpretada en todos los rincones del país atada a los carnavales de El Callao para recordar siempre a la hija de mayor fama de aquella población donde había nacido un 8 de agosto de 1923. Para no olvidarla nunca también se creó la misa de los veteranos en la iglesia de la Virgen del Carmen donde es recordada cada año. “La comparsa de los veteranos es el mismo grupo que bailó Calipso con la Negra Isidora, entre los pocos que quedamos están Kenton St’Bernard, Carlos Small, Miguelina Conde, Lucía Andrade entre muchos otros de una gran cantidad de personas que compartieron con Isidora y se han ido sumando otros, saliendo a bailar y a cantar los domingos después de misa, porque como nos enseñó Isidora, había que estar con la iglesia para que Dios estuviera con nosotros y aquello resultaba a alegre y triste al mismo tiempo” Lourdes recorre con nosotros toda la ejercitada comparsa de un domingo de carnaval y más allá de las seductoras madamas que resultan la energía principal de la fiesta nos va describiendo en el itinerario de costumbres la particularidad de cada personaje: “El trabajo del diablo es cuidar la comparsa, siempre a uno desde pequeño lo asustan con el diablo porque existe el bien y existe el mal y al diablo se le teme, por eso nadie se sobrepasa cuando ve esos hombres trajeados de diablos con sus látigos en las manos, al diablo se añade el medio pinto que es una representación de la montaña salvaje, de aquel africano que nunca salía de su refugio porque le tenía miedo a la comunidad, a la sociedad, pero de repente tenía hambre, necesitaba comer y la única forma que tenía era el uso de la sorpresa, así asustaba a las personas que le daban algún tipo de ayuda para apartarlo, por eso sale de madrugada desde cualquier parte y te impresiona tanto que tú algo le das, luego tenemos en la comparsa al minero, porque los mineros son los activos del pueblo y dedicado a ellos tenemos uno de los calipsos más viejos que es el Body Man Down, donde se hace la representación del minero, la vida pobre y desesperada del minero que anda en la búsqueda del oro, y es por eso que el Calipso en una muestra tanto de la alegría como del dolor.” De la extendida amistad con Lourdes Basanta partió esta conversación un día de carnaval del año 1992.
Lourdes Basanta. 1982
Credito: Rafael Salvatore


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Benito Irady

Escritor y estudioso de las tradiciones populares. Actualmente representa a Venezuela ante la Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y preside la Fundación Centro de la Diversidad Cultural con sede en Caracas.

 irady.j@gmail.com

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