23 Mayo 2018 - A las cuatro de la tarde, un gentío comienza a formar filas a lo largo de la avenida México, cerca de Bellas Artes, en las adyacencias de las dos paradas para tomar las busetas hacia Las Adjuntas y la redoma de Antímano.

Desde allí parten las unidades hacia esas dos populosas zonas del oeste capitalino. Una buseta embarca pasajeros con destino a Las Adjuntas, mientras que otra espera detrás para cargar hacia la redoma. En la puerta del bus, un colector malencarado cobra el pasaje en siete mil bolívares por persona. Una irregularidad a todas luces, toda vez que el pasaje urbano oficialmente en Caracas es de dos mil bolívares.

Los usuarios pagan dócilmente la cantidad y suben al bus esquivando a un sujeto que, en medio del pasillo, no da tregua a la paz ofreciendo a todo gañote cuanta golosina existe en el mercado, incluyendo “los exóticos chocolates de la fábrica de Willy Wonka”.

—Yo prefiero irme en esta camionetica porque va directo. El pasaje es caro, pero qué vamos a hacer… El Metro a esta hora es una locura: gente empujando, un calorón ante la falta de aire acondicionado y retrasos. ¡No, que va mijo, mejor me voy aquí, soltó resignada María Quijada, una empleada doméstica que vive en Antímano y trabaja cerca del Crema Paraíso de San Bernardino.

Cuenta que los dueños de la casa donde labora le giran efectivo diariamente para costear los gastos de pasajes que están “carísimos”. “Al llegar a la redoma me toca tomar un yip para subir a la parte alta, pago seis mil bolívares. Esa ruta también está crítica. Los choferes dicen que solo hay tres rústicos prestando el servicio, porque muchos se han dañado, los roban mucho y la calle tiene full huecos”, contó Quijada, al tiempo que contabilizó su gasto diario en 30 mil bolos solo en los pasajes.

La Baralt es un hervidero

A las cuatro y media comienza el retorno a casa desde el centro de Caracas en la concurrida avenida Baralt. En la esquina de Pedrera se arremolinan quienes vuelven a La Pastora, mientras que en la esquina La Gorda se juntan los que van a El Paraíso, La Vega, Montalbán, entre otros sectores.

Los viajeros coincidieron en que el lunes y este martes se vieron más unidades prestando servicio, en comparación con el domingo 20, día de las elecciones.

—El domingo no se conseguía una buseta en las avenidas. Yo salí de mi casa en El Guarataro a pie y me dirigí a la Unidad Educativa Nacional Ecuador, en la avenida San Martín, a votar, contó Juan Carlos Cortez, un vecino de la parroquia San Juan, que se encontraba en la Baralt esperando camioneta para regresar a su hogar.

En la avenida Urdaneta, a la altura de la plaza Candelaria, se observó ayer una cantidad generosa de buses que cubrían las rutas desde el centro hacia Chacaíto y viceversa. A las cuatro de la tarde, los usuarios se apresuraban a abordarlas, porque –según dijeron– luego de las seis de la tarde “desaparecen del mapa”.

En el Tuy y Vargas no mejora nada

A partir del domingo 20 de mayo, en los Valles del Tuy (Miranda) y en el estado Vargas la falta de transporte tiende a agudizarse. Los usuarios de ambas regiones reportaron que en los terminales terrestres no se observaron busetas privadas trabajando lunes y martes. La demanda de los usuarios fue cubierta en ambas zonas por las unidades de Sitssa.

Maduro: se quitarán permisos

En torno a este tema, el presidente de la República, Nicolás Maduro, fue enfático ayer en su discurso, momentos después de ser proclamado Presidente de la República para el período 2019-2025 en el Consejo Nacional Electoral: “El que no pueda prestar el servicio de transporte, se le quita el permiso y se le entrega a un consejo comunal”, señaló ante un grupo de personalidades que lo acompañaban.

Esta advertencia fue también una especie de orden para las comunidades organizadas y para las autoridades locales y regionales, quienes fueron instadas por el dignatario a tomar medidas, toda vez que muchos de los dueños de buses privados –inclusive los propietarios de las unidades Yutong, que fueron financiadas por el Estado venezolano– se han negado a prestar el servicio de transporte, alegando carestía de insumos básicos como baterías y cauchos, entre otras excusas. Además, se han dado a la tarea de cobrar las tarifas de pasaje por encima de lo estipulado en la Gaceta Oficial.