Casi a diario hablo con mi familiares de Margarita, me comentan del tremendo deterioro de los servicios en la Isla. De hecho, este año, mi hermano murió por la falta de servicios médicos y medicamentos...Tacarigua, Macanao, Juangriego, San Juan, toda la isla vive la tragedia de los pésimos servicios, no se salva la infraestructura turistica; no me crean, pregunten a alguien que "sobrevive" en la isla, claro hablamos de la gente de pueblo, no a un enchufado, burócrata, o bolichico, hablo de la gente como nosotros.
Aunque no lo crean, le quitaron hasta el pescado al Margariteño, sólo consiguen sardina, porque el resto sale al extranjero o es vendido en Dólares.
Comprar alimentos es una tortura, además que deben cocinar con leña porque conseguir una bombona de gas es una odisea, sin mencionar los elevadísimos precios, el transporte, el efectivo, el bachaqueo y pare usted de hablar, (estoy seguro que ustedes lo saben, pero siempre es mejor mirar pa'otro lado, es más cómodo y no nos va a regañar el jefe recién encargado en materia ideológica : Pedro Carreño. ¿Eso de cambiar la realidad para que?
¿Será inaceptable? o ¿son mis estúpidas borracheras ideológicas?, no aprendo, estoy seguro que toda esta absurda malcridez, será recibida por el reducido público de amigos y camaradas, como una desviación pequeñoburguesa, o una confusión inoculada por la mefistofélica mente del Imperio, sin mencionar la raya que significa,en este momento, ponerse a darselas de crítico, además eso hay que dejarselo a la dirección del partido que sí sabe de verdad verdad lo que está pasando, no mi enfermiza manía de estar criticando, en vez de estar viendo el noticiero de la patria o VTV.
Cuando la indiferencia y la inacción conquistan el espíritu, el vacío devora la realidad, imponiendo su siniestro orden que nos llevará al caos irreversible.
Pero no importa, mejor vemos a otro lado, asistamos a congresos ideológicos del Partido, hagamos fiestas, traigamos intelectuales como el camarada Dussel, aplaudamos todo lo que hagan o digan, que los intelectuales sigan mirándose al ombligo, que los viejos y nuevos camaradas sigan la senda de la fe donde la razón y la realidad son hechos accesorios a la que solo los prosaicos acuden por despecho.
Pero "Stanno Tutti bene" como la película de Tornatore.
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