Hablando claro

El millón de cajas

Se dice así de sencillo, tranquilazo, cómodamente sentado o parado, sin ninguna pena, sin chispa de vergüenza. Se dice como un tubazo. Claro que es noticia, pero esa no es la noticia. La noticia es que... ¿Cómo carajo puede suceder que se pierdan, de un sólo zipotazo, un millón de cajas del CLAP, y que nadie se haya dado cuenta? Eso no cabe en cabeza de nadie. No es basurita.

Se hace tremendo "descubrimiento" y se lanza la noticia ante el pueblo hambriento. ¿Cuántas cajas se habrán robado desde que comenzó la distribución? ¿Será que aquí la ceguera puede más que cualquier otro interés? Esa noticia "bomba" está llena de noticias. La otra noticia es el fracaso de un programa tan necesario manejado por ineptos y ladrones.

Nadie, absolutamente nadie, puede decir que allí se actuó sin conocimiento de ladrones revolución adentro. Esos que son imprescindibles en el gobierno. Esos que están a la caza de un "ponme donde aiga" para enriquecerse en un dos por tres. Donde esté un ladrón, un corrupto, un paracaidista, un bandido, tiene cargo seguro. Donde esté un honesto, pulcro, capaz, de gerencia comprobada, ese no tiene cabida. Prueba fehaciente, lo que pasa en Anzoátegui desde 2013.

Se dice así, sin titubeos, se le saca la madre a los ladrones, pero ¿quién pone allí a los ladrones? ¿Quién les da el garrote? ¿Quién recomienda? Los periódicos pueden abrir con una noticia de ese tipo o peores todos los días. Yates de políticos, vehículos lujosos, una "hembra" "tetona" en cada brazo, fincas, apartamentos, regalías a las jevas, ¿de dónde sacan ese dinero? ¿De sueldo? ¿Cuánto ganan mensual?

El programa de alimentos, especialmente los CLAP, ha sido la mejor forma de un enriquecimiento rapidito. Que lo digan ahora es otra cosa, pero eso viene sucediendo en cada barrio, en cada urbanización, en cada sector; en casi todos los sectores se mira el fracaso. Meses y meses sin llegar un grano de arroz.

Pero volvamos al millón que se robaron en mil gandolas y nadie vio. Ëchele lápiz. Son 25 mil millones al bolsillo del mafioso a 25 mil bolívares. Si las venden a 200 mil, allí entra al morral de la desgracia, por transferencia, porque esa la moda, la minucia de 200 mil millones que le sacan del estómago al pueblo que ya lo tiene pegao del espinazo.

Las mafias no están solo en los CLAP; están en la harina, la azúcar, la pasta, el arroz, la leche, la crema dental. Es decir, no hay nada y a la vez hay de todo. Los mafiosos dueños de todo. El millón de CLAP no es noticia, la noticia es ¿dónde están las mafias enquistadas? Están en las narices del gobierno.

Por ahí andan las víctimas, larguruchos, esqueléticos, macilentos, escuálidos, amarillos y jipatos hechos unos capachos, mientras los ladrones andan purulitos a costillas del gobierno, barriga llena. La noticia no es tanto el millón de cajas. La noticia es que a quien ubican ladrones y corruptos, y echan a la basura a gente decente, a chavistas, a revolucionarios, a los capaces y honestos, con solvencia moral y gerencia comprobada.

Los disfraces del chavismo y paracaidistas han tenido el tupé de nombrar chef de cocina en la institución, para que les haga la comida a ellos mismos, a las esposas y esposos, a los hijos, dentro y pago por la misma institución, y los trabajadores como mesoneras y mesoneros. Ëchenme un cuento mejor que ese, pues.



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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