Clamores populares contra “costos políticos” en Venezuela

Aún cuando el Gobierno Bolivariano hace grandes esfuerzos por mantener el control del Estado mediante las políticas nacionales basadas en el Plan de la Patria ideado por Chávez, la GMVV, luego los CLAP y el Carnet de la Patria por Maduro, elude torpemente sin ejercer la autoridad que le confiere la ley, el tema fundamental de la estabilización económica y financiera en un marco de Guerra Económica interna y externa evidente, que ha generado una hiperinflación inducida a partir de las sanciones financieras internacionales – a petición de apátridas que están libres -, el acaparamiento, la especulación, la escasez de combustible, el remarcaje de precios y el contrabando de bienes de consumo masivo (Alimentos, medicinas, combustibles, autorepuestos; otros).

La ligereza y displicencia con la que se contesta desde el poder del Estado Nación a la burguesía venezolana, es una oportunidad de tiempo histórico, que la derecha ha sabido aprovechar al máximo, porque entre otros elementos, posee el monopolio de la producción e importación de la mayoría de esos rubros y cuenta con los medios de comunicación que pescan y generan entre la confusión, los mejores dividendos para sus propósitos: desencanto, desesperanza, despolarización, despolitización, apatía, desmovilización y hasta indisciplina política.

Los convencidos no cederán nunca ante el chantaje de una realidad económica que les golpea a diario y cada vez más, los bolsillos; escarba en estos y les consume sus salarios, sus ahorros, sus ilusiones. Los no convencidos, los desencantados, los dubitativos, los desesperanzados, los apáticos, los "indisciplinados políticos" o los escépticos, sí son proclives a la inercia, a la necesidad de escarmiento de un ala del chavismo que se niega a tomar las decisiones que son un clamor popular (Aumento del precio de la gasolina, nacionalización de la banca, nacionalización de las importaciones y exportaciones, sinceración del control cambiario, fijación de un marcador oficial sensato para la venta y compra de divisas o el desmantelamiento de las mafias inmobiliarias por ejemplo).

Ante la desesperación que pretenden y vienen logrando los sectores oligárquicos, buena parte de la población venezolana aspira a que el Gobierno Venezolano actúe contundentemente desde la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 30 de julio de 2017; pero no lo hace. El Gobierno Bolivariano, piensa que aplicar las decisiones seudo impopulares –impostergables-, tendrán un "costo político" adverso que incidirá en las elecciones presidenciales próximas. Literalmente faltan meses para consumar esa fiesta democrática según soplan los vientos en la calle; pocos meses para abrir las velas y empezar a remar hacia donde el pueblo dicta ya qué es el puerto seguro: la radicalización de la Revolución Bolivariana. Caerle a palos a PDVSA, a sus exautoridades con razones o no, en este contexto de crisis y anarquía, no ha sido una buena idea.

Dejar de escuchar los clamores populares, sus gritos desesperados, indica cierta desconexión con el pueblo venezolano aún cuando en sus bases, se sepa a qué nos enfrentamos para mantener o perder el poder político del Ejecutivo. Quienes gobiernan no deberían subestimar las piedras que el río trae desde mediados del año 2014. Inclusive en enero de 2015 debió implementarse el aumento del precio de la gasolina sin vacilaciones ni dilaciones, el del servicio eléctrico, agua, gas, los de telefonía fija y móvil y así sucesivamente hasta borrar el terco paternalismo subsidiador que termina por quebrar estrepitosamente, cualquier iniciativa pública o privada.

Irónicamente, quienes contrabandean infinidad de productos hacia Colombia (Por Cúcuta, Maicao) y hasta Brasil (Pacaraima) para desangrarnos con anuencia imperdonable, lo hacen conscientes y sistemáticamente como un instrumento de guerra, y hasta con nuestra gasolina y el diesel groseramente subsidiados. El "negocio redondo". Arrasan a un país y le sacan provecho económico a dicha destrucción (Ejemplo: las invasiones gringas. Destrucción = Robo de riquezas nacionales + Recosntrucción). Lo mismo pasa con la elusión del ataque al marcador ficticio del precio de las divisas en bolívares. El silencio e inacción contra el dólar criminal, lucha pretendida solo con aumentos salariales, cajas de comida, importación de escasas medicinas y alimentos, es a día de hoy, sospechoso.

Es tiempo de aplicar las medidas necesarias y contundentes, para detener y resolver la crisis económica estructural, connotada por un patrón cultural delincuencial de nuevo tipo, donde buena parte de la sociedad venezolana manipulada, devenida en timadora, obra contra sí misma y del país con el complemento de leña que echan al fuego de la Guerra Mediática, los medios privados de desinformación o empresas de incomunicación y publicidad de antivalores. La eternización de la "coyuntura" como campo de acción, traerá siempre un "costo político". Inclusive, desde que se asumió el Socialismo como doctrina política y la construcción de un modelo económico basado en éste, el venezolano, a partir del año 2004 ha pasado por diversos estadios de irresolución (Discurso propositivo y marco legal coherente "CRBV" con incumplimiento de proyectos autosustentables de largo aliento, para la estabilización macro y microeconómica del país).

Los clamores populares hoy luchan contra los "costos políticos" que irremediablemente tendrán que asumirse y que sin duda, incidirán en la decisión electoral que viene este año 2018. El resultado podría no ser favorable, al menos para el chavismo si la tesis imperial publicitaria del empresario burgués "exitoso" como presidente, funciona tal como en México (Fox y Peña Nieto), Paraguay (Cartes), Perú (Kuczynski) y Argentina (Macri). Ante la ausencia o carestía de alimentos, el empresario nacional ya elegido como contendor, tiene una empaquetadora que "podría llenar los anaqueles" ipso facto, en la hipotética era post-chavista. Hay que jugarse las cartas más difíciles que no solo están sobre la mesa, sino en la boca del Pueblo que impaciente espera alivio como una olla de presión.

*Periodista

israelcolina@yahoo.es



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