La extraña navidad en que comer pernil nos volvió capitalistas

Aunque el título es rimbombante y tal vez pueda insultar a más de uno, lo que pretendo es que sea irreverente. Esto no es un ataque a nuestra revolución de la cual me siento parte doliente, es una crítica que surge desdé las catacumbas de nuestro pueblo y de la que el fulano pernil es sólo un elemento más de una cadena de desencuentros de políticas erradas que nos han traído hasta aquí.

Hace unas semanas el camarada Mario Silva, abrió su programa pidiendo: "ni un puto dólar más para los empresarios apátridas", la primera conclusión y la más obvia es: nosotros (la revolución) seguimos financiando a quienes nos están haciendo esta guerra tan despiadada? Si tal cosa es cierta, quien adjudica ese dinero y que intereses hay detrás de eso? Somos en realidad tan pendejos que le damos herramientas y recursos a quienes no quieren sacar del juego.

Debo confesar que yo de economía se muy poco, pero el sentido común me dice que a un tipo que esta señalado de ladrón y saboteador yo no le puedo seguir dando plata.

Como tampoco puedo prometer lo que se que no voy a poder cumplir, hace ya muchos meses que nuestro gobierno prometió aquella lista de los cincuenta, era una regulación de cincuenta artículos de la cesta básica, para paliar y contrarrestar la guerra económica que nos aflige y nos tiene rodilla en tierra resistiendo.

O la bolsa del clap ( bendecida bolsa de alimentos que nos sustentan y de la que estoy muy agradecido con nuestro gobierno porque se el esfuerzo que se hace para que llegue) pero que no llega todos los meses como afirman y afirman cada vez que pueden por los medios de comunicación.

Nuestra revolución y nuestro pueblo ah demostrado ser lo suficientemente capaz y leal para que se le hablé claro y sin demagogias cuarto republicanas.

Que no se cumplen y generan frustración.

La guerra económica nos ahoga cada día más, el alza salvaje y galopante de los precios nos irrita, angustia y nos desespera.
Y para más INRI el silencio y la falta de acción del gobierno nos desconcierta, nos hace sentir desamparados y huérfanos en este aquelarre neoliberal.

Necesitamos planes de acción concretos, para contrarrestar tan feroz embestida, necesitamos y exigimos voces claras que expliquen sin ambigüedades que es lo que esta pasando. ( es un clamor popular).

Se necesita un plan razonado y coherente que nos saque de esta coyuntura y al que todos a una apoyemos y aupemos, no basta con pedirnos que aguantemos la embestida, nosotros ( pueblo) debemos de ser parte de la solución, pero de una solución real, que acabe de una vez por todas con este desenfreno, ya basta de improvisar y poner trapos de agua tibia sobre la herida.

Nos jugamos el sueño hermoso de nuestro Comandante, la revolución y la supervivencia de la especie humana.
Volviendo al pernil, punto de partida de esta humilde reflexión, hay una matriz más que mediática, denigrante dentro de nuestras filas en el que catalogamos a nuestros camaradas de traidores, imperialistas, clientelistas, etc...( insultivo todo esto) por el hecho de reclamar algo que el mismo gobierno en su improvisación prometió.

Hasta hace unas horas que seguí la novela de los fulanos perniles, la cosa estaba más o menos así:

Los perniles que estaban represados en la Guaira, no pudieron entrar por Paraguachón (edo. Zulia) porque el gobierno de Colombia no le dio la gana de que pasaran, así que el embajador de Portugal desmintió las declaraciones del camarada Freddy Bernal, que dijo que el gobierno de Portugal tenía saboteados los perniles, porque según el embajador, Portugal no vende perniles a ningún país y menos a Venezuela porque aún le debe unos perniles del año pasado o el anterior...  Luego comentamos el próximo capítulo.

Lo cierto es que la improvisación y la falta de una explicación clara del asunto crea estos entuertos.
(será que este Enero sí comenzaremos a criar los Cochinitos para diciembre del otro año y no tendremos que depender de terceros)

Siendo objetivos nuestra constitución nos garantiza el derecho a la alimentación, por lo tanto nuestro gobierno debe velar porque tal premisa se cumpla, ergo la exigencia de algo que el propio gobierno prometió, es genuina y carente de todo elemento conspirativo.
Un kilo de cualquier carne que se busque al día de hoy, pasa sobrado los ciento cuarenta mil bolívares, (y me estoy quedando corto) por lo tanto no creo que el pernil este diciembre sea un lujo sino más bien una necesidad, es la búsqueda de una proteína inalcanzable en el mercado privado.

Los que piden que se salga a protestarle a los privados en vez de exigirle al gobierno que aplique las leyes que nos rigen (y de la cual el gobierno es garante de su cumplimiento ante nosotros), creyendo que con tal fervor le hacen un favor a la revolución, les recuerdo que el pueblo es sabio, nuestro gobierno es un gobierno de paz, y con esos llamados más bien se le podría hacer el tan ansiado favor que espera el imperialismo y sus satélites de la derecha nacional, pues quien garantiza que ante el atropello y la burla constante de los comerciantes, tales manifestaciones no se salgan de su cauce.

Comer pernil en este diciembre no nos convierte en capitalistas, ni en querer vivir sin carencias, ni nos hace menos revolucionarios, y aunque los estudios científicos afirmen que los niños no necesitan leche para crecer sanos, nuestro imaginario colectivo sabe que tal premisa es mentira y que si la necesitan...

Querer vivir bien, sin carencias no es malo como (mal) piensan algunos camaradas nostálgicos.

Uno de los axiomas de nuestra revolución dice: "La mayor suma de felicidad posible para el pueblo".

danielance2016@gmail.com
 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1540 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas