Amigo Rafael Lacava, detrás del “Carro de Drácula” deben ir los serenateros

Como una muestra de la efectividad del ya popularizado "carro de Drácula", fundamentalmente en las comunidades donde delincuencia está haciendo más estragos, se tiene que ir más allá de la acción policial y todo el procedimiento judicial respectivo. Para el éxito estratégico de esta iniciativa gubernamental como primera acción antidelictiva que ha de ser secundada por los habitantes, tienen que ser tomando los espacios comunales inmediatamente, para ello se debe dejar una huella bien profunda que toque los cimientos sociales existentes, permitiendo así evitar la reaparición de semillas delincuenciales que comienzan desde bien jóvenes.

Cómo lograrlo? Me permito referir una experiencia práctica vivida en la Comunidad del Barrio Central de Valencia, comunidad que viene siendo azotada por malhechores casi desde su fundación hace más de 50 años; es bueno resaltar que allí han habido combates permanentes entre delincuentes de varias generaciones y categorías v/s los habitantes y sus vanguardias organizadas, eso sí, sin ayuda gubernamental, más bien, por el contrario, las políticas represivas de los gobiernos de turno no fueron otra que caza de lo/as líderes/as revolucionario/as del pueblo.

En esta comunidad por allá en los años 95-96, bajo el gobierno del viejo Salas Rômer y su macabra sonrisa enchaquetada, fue asesinado el dirigente deportivo y militante revolucionario Omar Niño, a quien conocimos bajo el seudónimo de El Guaro. Siendo un hombre bien querido y comprometido por la comunidad de toda la Candelaria, muere de la manera más vil y cobarde tal como acostumbra hacerlo la desalmada delincuencia.

Sin embargo, la muerte de El Guaro no pasó a ser otra lamentable pérdida como las tantas otras en manos de la delincuencia; esta generó una tamaña indignación colectiva que tras comprender el significado de la pérdida de este hijo del pueblo, en fracciones de segundo se transformó en organización y acción popular. Bastó el llamado de la vanguardia que encarnaron entre otro/as hombres y mujeres, Carlos Briceño "el Catire Kunfú", Efraín Ruiz "Chicho", Aníbal Vásquez y Arturo Guevara "el Profe" para que en asambleas populares se dispusiera las acciones ejemplarizantes contra los asesinos, sus aguantadores y las guaridas. Una vez trasladado el cadáver de El Guaro a la ciudad de Barquisimeto, una poblada conformada por la gran mayoría de los habitantes del Barrio Central, convirtiendo la indignación sentida en furia para otro combate, se presentó a la casa del malandro que disparó la bala asesina, el resultado, no quedó bloque sobre bloque de la casa, pues se trataba de una familia alcahueta que se alimentaba de las fechorías de este azote del barrio y otras zonas aledañas; no satisfecha la rabia colectiva la poblada se dirigió a otra vivienda igual guarida malandros, donde se sintió el mismo efecto contundente de la comunidad. Estas acciones permitieron una altísima moralización de los habitantes en general, lo que llevó a que el resto de los delincuentes pusieran sus barbas en remojo o se autoexiliaran.

La organización comunitaria fue tan precisa y pertinente que recibió el respaldo del resto de las comunidades aledañas, que igual estaban y lamentablemente siguen azotas por la delincuencia y en consecuencia se profundizaron otras acciones posteriores, salieron las brigadas civiles de seguridad y defensa por cuadras que se encargarían de desplegarse y montar guardias mediante rondas nocturnas armadas con todo, sí con todo, lo que se llegaba para ser empuñado por las manos justicieras del pueblo y para que los malandros agazapados lo supieran. La brigada de seguridad y defensa comunitaria acompañadas por la/os habitantes en colectivo se dirigió a las casas de otros malandros conocidos y sus familias aguantadoras para advertirles lo que les pasaría ante cualquier acto delictivo de ellos. De igual manera se realizaron asambleas ordinarias y extraordinarias para los respectivos balances diarios o semanales. Se crearon comisiones se seguridad para la difusión y propaganda, de logística, de intercambio con otras comunidades, asimismo se conformó la comisión de amigos del barrio Central, de la cual formamos parte estudiantes universitarios de la época.

Una de las comisiones que tuvo realce fue la comisión de cultura, propuesta en homenaje al Guaro, pues, este mártir del pueblo dedicó bastante de su tiempo a esta actividad con niño/as y jóvenes con la intención de alejarlos de la delincuencia. De esta comisión de cultura salió la idea de rescatar la serenata en el barrio como una muestra para expresar la nueva sensación de seguridad y tranquilidad que reaparecía en el barrio Central, pues, desde décadas atrás no se escuchaba a un grupo serenatero en alguna ventana del barrio Central, como estoy seguro sigue pasando en las comunidades, me atrevo a afirmarlo, en todo el país; enseguida se aprobó y se propuso buscar las personas de mayor edad para llevarles en regalo "UN MUJER ABRE TU VENTANA" o "ESTAS SON LAS MAÑANITAS" entre otras tantas nuevas y buenas canciones de este género. La experiencia fue tan oportuna y llena de alegría que de inmediato se convirtió en una serenata para todas las cuadras donde se dejaban escuchaban las hermosas canciones a la luz de la luna, claro, los malandros se habían encargado de correr a los serenateros.

Por esta, entre otras razones, amigo gobernador de Carabobo, es que se hace bastante pertinente y pronto, que detrás del "Carro de Drácula" vayan para que se queden LO/AS SERENATERO/AS, para ello me permito invitarlo para que venga personalmente a cantar a la Urb. La Isabelica de Valencia, aquí tenemos malo/as malandro/as y bueno/as músico/as.



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Gustavo C Vásquez


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