Billetes de 100 o Cuando los tiros se les van por la culata

Al fin, a la burguesía se le va la cacería, por óptimos tiradores que hayan sido.  

 Como empresarios, fabricantes, intermediarios y financistas llevan años contrayendo pasivos laborales inducidos por ellos mismos cuando se dedican  a las subas políticas de los precios de la cesta básica  y a los de las demás mercancías forzosamente derivadas, subas que han forzado los necesarios ajustes salariales de parte del Ejecutivo nacional, tantos los ya decretados salarios mínimos como  los que obviamente faltan para balancear con justicia el valor dela cesta básica con los salarios en cuestión.

 En estas navidades confrontarán una de sus peores crisis de insolvencia ante sus numerosos acreedores, habida cuenta de que las compras que les hacen a sus proveedores suelen ser a crédito o a “contado 60 días”, por ejemplo.

 Esos acreedores les han cargado facturas infladas desde sus orígenes portuarios o fabriles. Por supuesto, como al consumidor se les han ido sus pensiones, sus becas, sus salarios ordinarios semanales y quincenales, sólo en la cobertura de la cesta alimentaria y derivados,   es muy poquito lo que les quedaría de sus aguinaldos ya que, además, la mayoría de los perjudicados, agotados sus ahorros, sus salarios y rentas ordinarias, acudieron a la venta de prendas y ante la insuficiencia continuada  de efectivo para seguir sobreviviendo-escuálidos y no escuálidos-contrajeron deudas con los agiotistas o usureros que jamás han faltado. Ahora, pues, estos mismos comerciantes confrontarían demandas, embargos, secuestros y demás oprobiosas figuras jurídicas contempladas en los mismos códigos de comercio y finanzas que la propia burguesía ha sembrado en nuestras Constituciones, y  mismas que hoy siguen rigiendo los contratos civiles y mercantiles, cuando vean que ya las navidades no serán como  tan cegata e ingenuamente esperaban.

 Como si fuera poco, ahora, recientemente, se dedicaron a la compra revaluada del billete de Bs.F 100 (120 x 100) que habían venido devaluando al máximo con miras golpistas o con  intenciones inconfesables. Pagar B.F 120 por un billete de apenas Bs.F 100 ahora se les convirtió en tremenda moneda  devaluada al  punto de que ya no podrán reciclarla ni a ese precio autoinflado y autorrevalorizado   por ellos, ni a ningún otro porque, sencillamente, el Estado Venezolano ha declarado y calificado como moneda falsa a semejante billete.

En consecuencia, como tal, inclusive, al tenedor de grandes sumas de dinero en ese tipo de billete hasta podría ser perfecta y legalmente sancionado penalmente. A todo eso damos en llamar un suceso en el que  a estos excelentes cazadores de poder político  les  ha venido saliendo los tiros por la culata.



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Manuel C. Martínez


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