Las mujeres y los hombres de mí época, alguna vez tuvieron que oír ese bolero de Celio González que este bolerista entonaba nada más y nada menos que con la Sonora Matancera. Bueno para sacarse del pecho un guayabo.
El bolero que ya no se oye, tiene como título: Amor sin esperanza. Parte de su letra dice: Amor sin esperanza ese el mío/Te espero sin saber porque razón/Si te llamo no respondes/Si te busco nunca te puedo encontrar.
Tuve una ilusión y un amor sin esperanza con un carrito popular: Orinoquia. Lo buscaba y no podía encontrarlo. Este martes en la mañana, entendí con el recuerdo de este bolero y de la frase: Te busco y no te puedo encontrar, la razón de no poder adquirir un carrito popular.
Cuando lo veo circular por las calles y avenidas, inmediatamente pienso en Celio González y su “Amor sin esperanza”.
Este martes en la mañana, me cuenta un amigo y querido profesor, que a su vez se lo oyó a un amigo en común que conocí en el PCV en la década de los ochentas, que por lo menos en Anzoátegui; el mecanismo para acceder a una oportunidad de un carrito de estos regulados, supone un requisito imposible por lo menos para mi. El requisito en Anzoátegui es más o menos: 90-60-90. O sea aquellas como unas puyas y brotadas y más abajo y por la parte trasera del cuerpo, aquello, eso que ahora estas pensando, debe estar bien “abombadíto”.Rendondito pues.
Claro, después que oí lo que este amigo profesor me contó, que se lo oyó a un amigo común, volví acordarme de Celio González y de ese “Amor sin esperanza”. En Anzoátegui se hizo una penúltima distribución y fue exclusivamente para 90-60-90.
No soy una carajita plástica ni con una geografía corporal 90-60-90. Puro cuero y aquellas; o sea la que te conté, con una caídas como la del Salto del Ángel. Casi me llegan al maruto y con esa “geografía corporal” (“cualidades” físicas), no puedo optar por un carrito popular en Anzoátegui porque esos están reservados para puro culi…. que estén cerca de los 90.
Supe luego, que hasta algunos diputados del Consejo Legislativo, que me consta no tienen para movilizarse, no entraron en la adjudicación y formaron su lío. Las camaradas que forman parte de ese cuerpo son muy lindas como mujeres, pero tienen una belleza cuyos valores no cabe en la cabeza de los funcionarios que tienen el control de la distribución de estos carritos. No saben apreciar la belleza humana. Estos señores (¿Camaradas?) no son budistas sino carnívoros. Les encanta carne con plástico y por eso se babean. Para ellos, la belleza no es mental.
Ahí tiene la UBCH (vanguardia) un tema para que hagan una contraloría social y vean quienes han recibido los carritos populares (Orinoquia) en Anzoátegui y cuando vean la lista, si logran verla, pidan que les muestren las fotos de cada las beneficiarias. Notaran que las preferencias en esta penúltima distribución fue para puros cuerpos y culi… 90-60-90
