Ahora si el candidato pierde, va directo a nutritivo cambur

Uno lo viene viendo desde hace algunos años. Y uno no sabe a razón de certeza, si es que no se le ha puesto lo que se le tiene que poner a la conquista definitiva de algunas posiciones que con terquedad la derecha posee. Lo del estado Miranda ya es un lastre del que las fuerzas socialistas no han podido salir. Pero los candidatos perdedores en seguidita suben a altas posiciones de gobierno. Así cualquiera. Los tres últimos candidatos a la Alcaldía Mayor que perdieron con la derecha entronizada desde hace años en la Gran Caracas, Peña inclusive, después de Barreto, fueron a parar casi de inmediato a altas posiciones de gobierno.

Y cuando no se vislumbra alguna posición que cuadre con el candidato perdedor o no se quiera mover a algún sobre protegido compañero de gobierno, entonces se ha tomado la manía de inventarle un cargo. El caso del ex candidato Villegas es patético en este tema. Porque ya al potro le salió lo suyo. Y no se han podido cuadrar a Pérez Pírela. Con razón un viejo compañero maracucho decía en tono de broma pero con alguna sensatez, que ojalá al gobierno no se le ocurriera nombrar un protector del Puente sobre el Lago o del Relámpago de Catatumbo o de los Milagros de la Chinita porque verían con asentimiento la figura de ex candidato a la alcaldía de Maracaibo. Y ahora esas actitudes gubernamentales se han desparramado aguas abajo entre las instancias de los poderes públicos más cercanas a las comunidades.

No hay candidato a diputado nacional, regional o a alcalde que ya perdedor, no sea enseguida impulsado por entidades del partido socialista a posiciones de gobierno. Parece notarse en extraña excepción, que tan solo Winston Vallenilla no ha podido montarse y lo decapitaron más bien de la Lotería del Táchira. Y en todas estas acciones hay que ser comedido. Porque si no la dinámica democrática de la revolución se paraliza. Todos estos temas deben ser debatidos en el próximo congreso del partido que ya ha sido anunciado por el presidente. Bajo un principio democrático de participación. Donde ese mesianismo-caciquismo de patas cortas que empieza a conformarse en algunas regiones pueda ser descabezado.

Si los conductores de la revolución no caen en cuenta que en su propio vocablo, revolución implica el cambio en el tiempo de hombres y circunstancias que permitan el avance de los pueblos hacia su redención ancestral, entonces estamos arando en el mar.


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Neri La Cruz


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