Venezuela, un desafío para quienes deciden quedarse

2 Nov. 2019 - "Yo no me voy", respondieron algunos venezolanos a Sputnik al preguntarles si tenían planes de emigrar: para la mayoría de ellos, permanecer en este país se convirtió en un reto personal, en medio de constantes pugnas políticas y una crisis económica sin precedentes.

"Yo me quedó aquí porque tengo mi casa, mis hijos están estudiando y, aun cuando todo está difícil, he decidido quedarme y hacer mi vida aquí, aunque tenga que lidiar con tantas despedidas y reinventarme cada vez que algo pasa", dijo Miguel Tovar, un ingeniero de 49 años, dedicado al sector inmobiliario.

Venezuela entró en hiperinflación en noviembre de 2017; desde entonces la población, que ya venía afectada por la escasez de alimentos y medicamentos que se agudizó a partir de 2015, tuvo que acostumbrarse al aumento constante de precios y la pulverización de salarios y ahorros.

La inseguridad, otro de los graves problemas que afronta este país, dejó de estar en primer plano, y los titulares de la prensa comenzaron a centrarse en la crisis económica, política y humanitaria.

Además desde 2013, en esta nación petrolera se registran períodos de intensas protestas que terminan con numerosas víctimas fatales, entre manifestantes, transeúntes y funcionarios de seguridad.

Para Mauricio Delgado, quien posee un taller de latonería y pintura, "esos momentos han sido críticos", porque los clientes de su negocio caen y se agudizan la hiperinflación e incluso la inseguridad.

"Pero, aunque eso pase, no sé por qué, pero no me quiero ir; toda mi familia se ha ido y los extraño, pero para mí sentir que sigo aquí y aunque ya no tengo el mismo estilo de vida de antes no vivo tan mal, es como un gran logro personal", dijo.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anunció en junio que más de cuatro millones de personas habían dejado Venezuela desde 2014, huyendo de la crisis.

Acnur advirtió el pasado 28 de noviembre que para 2020 el éxodo venezolano podría llegar a 6,5 millones de personas, lo que representa más del 20% de la población total.

Los que deciden irse explican que lo que más los motiva es la situación económica.

"Yo tengo dos hijos, y realmente ya no me alcanzaba ni para pagar sus colegios y no los voy a cambiar a uno público, o para comprar comida; por eso compre pasajes con la decisión de irme el lunes; claro también pienso en la inseguridad, que nunca hay agua, que se va la luz, pero lo que más me preocupa es el dinero, no puedo permitirme que un día mis hijos no tengan que comer", señaló Mildred Agostini de 32 años.

El diputado opositor Freddy Valera señaló que quienes se quedan a pesar de que afrontan situaciones económicas difíciles, tienen la esperanza de revertir las penurias.

"Es absolutamente respetable, quienes quieren irse del país por la situación que estamos viviendo, que no tienes garantía de salud, medicina, hospitalización, pero también es respetable la decisión de quedarse (…) quienes nos estamos quedando estamos convencidos de que hay que recuperar el país, la democracia, la economía", expuso.

El constituyente Carlos López desestimó las cifras de Acnur y las calificó de manipulación, al tiempo que reconoció que la hiperinflación "ha destrozado el salario" de los trabajadores, pero aseguró que esto ocurre por motivos políticos.

"En Venezuela tenemos el salario destrozado por la hiperinflación, pero por una causa política, que es la manipulación del bolívar venezolano, del dólar, para efecto de generar ese ataque contra los ingresos diarios de los trabajadores", dijo.

El Gobierno ha aplicado programas sociales, como el que distribuye alimentos subsidiados, que son efectivos para la población en medio de la crisis, según López.

Además, hay otros factores como una educación universitaria pública y una privada con un costo inferior al de otros países, aseguró.

Manuel Sánchez, estudiante de ingeniería de 21 años, explicó a Sputnik que en el exterior no podría costear sus estudios, por lo que hasta no concluir su carrera no tiene proyectos de irse del país.

"Aquí mis padres pueden pagarme los estudios, pese a que el semestre pasó de costar 100 a 1.000 dólares en solo tres años; ellos ganan en dólares y pueden pagarlo, pero muchos de mis compañeros si se han ido porque no pueden pagarlo y no confían en la calidad de algunas escuelas públicas, y en las que son buenas, como la Universidad Central (de Venezuela), los maestros viven en paro, así que no les quedó otra", agregó.

Para el sociólogo Ramón Piñango, con especializaciones la Universidad de Chicago y doctorado en educación en la de Harvard, muchos venezolanos sienten que permanecer en el país es un acto de resistencia, pero deben ser personas capaces de sobrellevar el riesgo.

"Quien se queda en este momento por decisión, y no porque no puede irse, es gente que es capaz de adaptarse al riesgo y es capaz de vivir en incertidumbre, pero también hay un gran número de ciudadanos que no es capaz de hacer frente a eso", agregó.

Piñango explicó que para algunos se ha convertido en una decisión de vivir la historia de su país, y se han plantado el reto de quedarse, como quien compite en una carrera de obstáculos.

Los que no caen en lo que definió como "efecto contagio" de emigrar porque todos sus allegados lo han hecho, se encuentran con vacantes profesionales y en el sector comercial y aprovechan esas oportunidades.

Entre los seguidores del Gobierno, quedarse es una forma de plantar cara a Estados Unidos, que ha puesto varias tandas de sanciones a Venezuela, y demostrar que siguen firmes.

Mientras, para quienes se oponen al presidente Nicolás Maduro, permanecer representa no entregarle el país al Gobierno.


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La fuente original de este documento es:
Sputniknews (https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201911021089191253-venezuela-un-desafio-para-quienes-deciden-quedarse/)



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