Peligro en el “buen provecho”

La alteración de los alimentos no es un concepto nuevo. Por generaciones el ser humano ha demostrado su habilidad en la materia; casi siempre damos por descontado que los alimentos se hallan en buenas condiciones.

¿A quien no le gusta que le digan buen provecho? Si usted tiene la oportunidad de comer 3 veces al día, según la revista Test, cuando cumpla 70 años habrá consumido más de 76600 comidas, eso supondría ingerir: unos 10000 huevos, 100 sacos de papas, 3 reses, 2 ovejas, otros 2 cochinos, 5000 barras de pan, 130 sacos de arroz. Pero si tan solo una de esas comidas contuviera una sustancia nociva podríamos contraer una enfermedad grave.

¿Cómo tener confianza en la ética y moral de las trasnacionales alimentarias y biológicas que controlan el 33% de la soberanía alimentaria por los países involucrados en el mundo, si cada vez que hay una epidemia como la AH1N1 la gente teme una manipulación para favorecer proyectos farmacéuticos, biológicos y alimentarios?

Las enfermedades producidas por los alimentos afectan todos los años al 15% de los ingleses. En 1980 una remesa de aceite adulterado mato a 1000 españoles y afecto gravemente a más de 20000. En Bélgica, 1999 la población se alarmo cuando se entero que la carne de ave o corral, huevos, queso, leche, mantequilla, lácteos, podrían estar contaminados con una sustancia toxica denominada dioxina. Y, hace poco en Inglaterra el mundo quedo consternado por los casos de encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas. Inmediatamente después se produjo un brote de fiebre aftosa a punto de irradiarse por todo el mundo, requirió el exterminio de millones de cabezas de ganado, ovejas, cerdos, cabras.

Ya para ese año 1999, se investigo nuevamente diversas tecnologías usadas como. La irradiación de alimentos o el empleo de la ingeniería genética. Averiguar si esas técnicas mejoran o adulteran nuestros alimentos, se preguntaba la Comisión Europea. La industria alimentaria ha ideado numerosos procedimientos para transformarlos, ya sea para mejorar el sabor o el color o para lograr mas uniformidad y mejor conservación, así pues, todos nos hemos acostumbrado a comer productos que han sufrido diversas alteraciones.

En 1916 Suecia, experimento con la irradiación de alimentos, después 38 naciones aprobaron exponer algunos alimentos como. Papas, maíz, las frutas, carne, manifiestan que la irradiación elimina la mayoría de bacterias, insectos y parásitos, reduciendo el riesgo de contraer enfermedades o para aumentar el tiempo de conservación de los alimentos. El modernismo actual según la revista Test conduce a que la persona de término medio dedique 10-15 minutos al desayuno, 30-40 minutos al almuerzo y cena, así, los alimentos precocidos gustan a la gente porque se conservan. En el 2002 la OMS publico un estudio realizado por una comisión técnica internacional, concluyo que tales alimentos no llevan peligro alguno.

Desde 1950 los antibióticos suministrados a los cerdos, aves de corral y reses vacuna con el propósito de reducir el riesgo de enfermedades y con el fin de acelerar el crecimiento se agregaron hormonas, según se afirma, las hormonas y los antibióticos protegen a los animales de las infecciones y hacen mas rentable la ganadería intensiva, que no se traduce en una baja de precios que beneficie al consumidor.

Un informe del Comité Económico y Social de las Comunidades Europeas dijo: Hay riesgo de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos que infecten al ser humano como. La salmonella y la compylobacter, pueden causar graves enfermedades humanas a través de la cadena alimentaria.

En el 2000 un equipo de científicos de EEUU, Brasil, México, Canadá, Inglaterra, China, India, y otras naciones en vías de desarrollo investigaron el pro y los contras de la tecnología transgénica en la alimentación y su amplio campo de acción sin “observar efectos adversos para la salud humana”. Para la fecha existían mas de 30 millones de hectáreas de cultivos transgénicos, actualmente hay más de 110 millones de hectáreas transgénicas cultivadas por más de 12 millones de agricultores. La proyección para el 2015 según el servicio internacional para la adquisición de agro biotecnologías (ISAAA) es de 200 millones de cultivos transgénicos con más de 20 millones de agricultores en 40 países. Asia y África representan el mayor crecimiento en agricultura transgénica con un 194% en los últimos 4 años. ESTAN ENVENENANDO EL MUNDO CON AGROTOXICOS.

MOSANTO, DUPONT, BAYER, DOW, SINGENTA, BASF, son las mayores comercializadoras de agrotóxicos para la tecnología transgénica, a su vez son los propietarios de la tecnología TRIATOR y semillas suicidas que conquistan el mundo ampliando los cultivos de soya, maíz, caña, y de arroz, enorme mercado este ultimo con mas de 260 millones de cultivadores especialmente en Asia; horizonte calamitoso para la contaminación de la tierra y de la vida.

No obstante en muchos lugares los transgénicos generan desconfianza. A millones simplemente este tipo de alimentos no nos gusta. La OMS admite que no se conocen bien los peligros ni la toxicidad de la mayoría de los pesticidas. Lo que si se sabe es que estos pasan de un eslabón a otro en la cadena alimenticia. Los animales se alimentan de vegetación contaminada con pesticidas y nosotros comemos esos animales.

El otro aspecto es la dependencia de los mercados internacionales, destruyendo la soberanía alimentaria de las naciones favoreciendo la seguridad alimentaria mediante propietarios privados en toda la cadena alimenticia hasta la distribución en supermercados en las ciudades, por los mismos que subsidian la agricultura intensiva con enormes cantidades, con los cuales los campesinos de naciones subdesarrolladas no pueden competir en precios, produciéndose el abandono del campo, tierras que caen en manos de las trasnacionales disfrazadas de ONG. El numero de agricultores se ha reducido en dos terceras partes afirma la FAO.

Así los gastos de producción se triplicaron y las ganancias cayeron en un 25% promedio favoreciendo los productos transgénicos cuyo coste colateral a la salud humana y animal se desconoce o esta convenientemente manipulado. Lo cierto es que, cada vez hay más epidemias de fiebre producida desde los animales desde finales de los 90 y muchísima más contaminación de tierras y recursos hídricos por los pesticidas utilizados en la agricultura extensiva transgénica.

Mike Jacobsen de la universidad de Iowa, afirma que el avance de los transgénicos y los monos cultivos para los biocombustibles, también transgénicos, afecta en la crisis que afecta a la comunidad mundial rural.


rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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