El "Paquetazo" socialista...

La economía existe, funciona y debe ser analizada como un sistema mundial, el capitalismo desarrolló el mercado mundial, estrechando las relaciones entre las diversas naciones como un único sistema económico. El imperialismo no ha cesado ni por un minuto de profundizar la internacionalización de la economía, a pesar de la contradicción que significa la persistencia de los estados nacionales, incluso a través de convulsiones sangrientas, como las guerras. Si bien la crisis del 29 se desencadenó en la Bolsa de Valores, al producirse un alza especulativa de todas las acciones que subían de precio día a día, pero cuyo ascenso no reflejaba ningún mayor rendimiento ni nada por el estilo. Todo el mundo se endeudaba para comprar acciones a cien y venderlas mañana a doscientos, y así fue creciendo la bola de nieve hasta que un día ese castillo de naipes se derrumbó. Las acciones cayeron y comenzaron a perder valor diariamente hasta llegar a precios bajísimos y a provocar quiebras espantosas. A diferencia de esa crisis, la actual se inicia por el lado financiero, en el mercado hipotecario, siendo en definitiva, sus causas como las define M. Sutherland: “Fácil es ver que el factor detonante esencial de la crisis, radica en la sobreproducción como resultado indeseado de la voraz competencia y aniquilación de productores en el campo de batalla del mercado, donde la avaricia y codicia premian a quien pueda destruir y tragarse (fusión y compra de empresas) a otros. La caída de la tasa de ganancia (variable clave para entender las crisis), ante la imposibilidad de realizar plusvalía, por la saturación de mercancías, se hace más evidente en esta parte depresiva del ciclo del caótico sistema, que lejos del equilibrio, es una reproducción de salvajes luchas y destrucción innecesaria. ¿Sobreproducción? -Pero si hay hambre y escasez- preguntaría algún chico de los que nunca sale en televisión. En efecto, se sobreproducen los bienes en los que se el capital se valoriza de manera extensiva, los productos en los que se capta mayor ganancia…”, a diferencia de las pasadas crisis, la actual marca el final del modelo capitalista en su forma neoliberal y de las instituciones creadas para ejercer el dominio imperial: el FMI, el BM, el BID, entre otros; iniciado en la década de los 70, cuando se concreta en su fase experimental en Chile con la dictadura de Augusto Pinochet, tras el derrocamiento de Salvador Allende por el imperialismo norteamericano, la jerarquía católica y los “demócrata” cristianos o copeyanos chilenos. Modelo que hace crisis, con el gobierno del genocida George Bush, responsable de la muerte de millones de iraquíes, y miles de afganos y palestinos, asesinados por el ejército norteamericano y sus aliados de la muerte: Inglaterra, España, Alemania, Israel, entre otros países. Nunca antes, nuestra humanidad ha sido testigo de tanta barbarie, como la observada en esta fase final del siglo XX y comienzos del XXI.

Las crisis, tienen como contraparte positiva, que permiten poner al descubierto visiones distintas para afrontarlas, por estos días los trabajadores de la Universidad Central de Venezuela tienen su asamblea anual para evaluar la gestión del Consejo de Administración de su Caja de Ahorros y Previsión Social, CAPSTUCV, que hasta mayo de 2000 fue administrada por militantes de la oposición apátrida y, cuyos resultados de tal administración fueron: la no distribución de dividendos o en caso de haberlos, muy bajos; hechos de corrupción, cuya investigación aún espera por la actuación de la Fiscalía General de la República, donde reposan las denuncias respectivas; enriquecimiento inexplicable de algunos miembros de esas juntas directivas, en fin, una Caja de Ahorros desvalorizada. En contraste, al llegar a la junta directiva un equipo de trabajo encabezado por la camarada Hilda Pino, acompañada por Venancio Hernández, Elizabeth Zerpa, Yajaira Navas, Tatiana Villegas y Teresa Navas, entre otros; con una visión revolucionaria, bolivariana, y un marcado carácter social, en su concepción de dirigir los destinos de esta institución financiera, los resultados no pueden ser más que elocuentes, un poco más de un 60% crecieron los dividendos, en relación al año anterior, a repartir entre los socios, algo así como 10,5 millardos de los viejos o 10,5 millones de bolívares fuertes; esto sin contar, el crecimiento de los créditos otorgados a los socios, convirtiéndose en una de las primeras, si no la primera, Caja de Ahorros del país, por su sólidez económica, y esto ocurre aquí en Venezuela, mientras en los EEUU, la constante es la quiebra de estas instituciones de ahorro de los trabajadores y trabajadoras norteamericanas.

Y colocamos este ejemplo micro, para contrastarlo con lo macro, el Gobierno Revolucionario de Hugo Chávez versus el Gobierno apátrida de Carlos Andrés Pérez y sus políticas anticrisis, dos formas y visiones de encararla; una enmarcada en la visión neoliberal contentiva de medidas como el aumento de la gasolina, la liberación de las tasas de interés, devaluación de la moneda, libertad cambiaria, aumento del endeudamiento externo e interno, privatización de industrias básicas, reducción de la inversión social y de infraestructura, impulso a la descentralización administrativa y desmontaje del Estado Nacional, y aumento del salario mínimo en 5%, medidas conocidas por todos como el “paquete del FMI” e implementadas por AD y respaldadas por su concubino de entonces, Copei. El resultado más elocuente de estas medidas, pudimos apreciarlo el 27 de febrero de 1989 y días subsiguientes, en miles de compatriotas heridos y muertos por las balas asesinas de los organismos de seguridad del Estado y del ejército dirigido en ese entonces por Italo del Valle Alliegro, y la PM por Antonio Ledezma, Gobernador de Caracas, genocidas de nuestro pueblo. Y todavía el oposicionismo continua creyendo que dichas medidas son las mejores para paliar la crisis, como lo han dejado ver en estos días a través de sus medios de comunicación (Globoterror, Rctv, El Nazional, El Universal, La Voz).

En contraposición, el Comandante Presidente Chávez, para encarar la crisis nos anuncia una reducción presupuestaria del 6%, debido a los bajos precios de nuestro petróleo, anunciando que dicha rebaja no afectará para nada la inversión social en salud, educación, vivienda y en las misiones sociales del Gobierno Revolucionario; insistiendo en que dicha rebaja se hará, fundamentalmente, en los gastos suntuarios y altos sueldos y prebendas que gozan altos funcionarios públicos; anuncia además el Comandante Presidente, una inversión en infraestructura para los próximos 4 años por un monto de 400 mil millones de dólares, quizás la más alta en este continente y para ser ejecutada en plena crisis del capitalismo mundial, en que no hay ningún tipo de inversión; asimismo, rechaza el Comandante las propuestas opositoras, como la de Julio Borges de Primero Justicia, quien tiene cerca de un año proponiéndonos el aumento de la gasolina y sus congéneres la devaluación de la moneda; por si fuera poco, el Comandante anunció un aumento de un 20% del salario mínimo nacional, en dos partes del 10% cada una, lo que causó mucha rabia en el sector opositor, quienes pensaban que dicho aumento no ocurriría este año y ya anunciaban acciones desestabilizadoras como la del paro frustrado, de la semana pasada, que, para colmo de ellos, no hicieron más que demostrar, lo debilitado que se encuentran en el ámbito laboral, muy pocos trabajadores y trabajadoras les siguen. A estas medidas se le une, la recuperación de aeropuertos y puertos, en manos privadas, precisamente, desde aquella época en que nuestro país pasó a ser gobernado por el FMI y el BM, y los gobernantes locales, simples marionetas del poder imperial.

Capítulo aparte, merece la medida de aumentar el IVA del 9 al 12%, evidentemente, no creo que ningún venezolano o venezolana, comparta esta decisión, sobre todo si consideramos que, hace poco tiempo, hubo una reducción hacia el 9%, medida de la cual muy poco nos beneficiamos, todo lo contrario, el alto nivel especulativo existente en nuestra economía conllevó a un aumento paulatino de los precios de bienes y servicios, reflejándose éste, en los altos índices inflacionarios de los últimos años. Pensamos que, otro tipo de impuesto como el de las transacciones financieras, activos empresariales, hubiese sido preferible aplicar, antes que este impuesto altamente regresivo; que, al final, afectará sin piedad e inclemencia a los sectores de menores recursos, los más desprotegidos, afectándoles seriamente su poder de compra.

En términos generales, este conjunto de medidas, acompañadas de la voluntad firme del Comandante Presidente Chávez de avanzar al socialismo y no distraerse en diálogos de sordos, que pudiesen más bien, desviar el curso indetenible hacia una nueva sociedad, como nos sucedió ya, a la caída de Marcos Pérez Jiménez; gozan del más amplio apoyo popular, según lo reflejan las encuestas que han circulado, cercano al 71% de nuestra población o como nos diría un compatriota trabajador, contento como está por las medidas anunciadas: “como sería Venezuela hoy, sí Chávez hubiese actuado como lo está haciendo actualmente, unos años atrás…”


henryesc@yahoo.es


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Henry Escalante


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