De nuevo la contrarrevolución con palabrerío de izquierda

Nota de Aporrea: El autor se refiere al artículo "El Neo-caudillismo", autor Francisco Sierra Corrales
http://www.aporrea.org/ideologia/a68171.html
Al leer el artículo "El neo-caudillismo", de un contrarrevolucionario que se expresa a través de Aporrea, me vino a la mente el "modus operandis" de la CIA y de sus agentes locales en los países periféricos. Según ellos, hay que hacer todo lo posible para evitar que las mayorías populares actúen de forma organizada. Hay que impedir que líderes no identificados con los tradicionales intereses de las oligarquías y del imperialismo (que en el fondo son los mismos) logren galvanizar las fuerzas de las mayorías para desarrollar proyectos que busquen transformar la sociedad en beneficio de los más pobres.

Una de las cosas a hacer es reforzar en las capas medias los innumerables prejuicios antipueblo que les fueron inculcados durante décadas y décadas a través del aparato ideológico permanentemente a servicio de los poderosos: los medios de comunicación de masas, las iglesias, las escuelas, etc. Pero solo esto no basta. También es preciso generar zozobra entre los que, por motivaciones ideológicas, estarían naturalmente propensos a apoyar las luchas antioligárquicas y antiimperialistas. Hay que encontrar maneras de alejar de su base de apoyo a los líderes populares que se destaquen. Es entonces cuando aparecen los autotitulados "revolucionarios de verdad", los que tienen la "ideología correcta" y conocen muy bien "el camino a seguir", esos para quienes los líderes que conducen las luchas concretas de ahora no pasan de "oportunistas", de "derechistas disfrazados", de meros "aprovechadores de la buena fe de la gente humilde", etc. El objetivo, claro está, es mantener una quinta columna actuando directamente en el seno de las fuerzas progresistas y, con eso, minar su vigor.

Esta es una práctica muy común y recurrente. Si queremos observar un ejemplo actual fuera de Venezuela, basta poner un poquito de atención a lo que anda pasando en Nicaragua. Allí, el gran estorbo a los deseos de la oligarquía y del imperialismo son el FSLN y su principal líder, Daniel Ortega. Como sería imposible aislarlos tan solo por la derecha, hay que buscar desacreditarlos también entre las fuerzas de izquierda. Es entonces cuando entra en escena el MRS y su palabrerío de izquierda, a veces, incluso de extrema izquierda.

En un primer momento, el MRS declara que se opone al FSLN y a Daniel Ortega porque estos han traicionado los ideales revolucionarios, que ha decidido pactar con los políticos liberales, que ha hecho una alianza con el derechista Arnoldo Alemán, que han abandonado los intereses de los pobres, etc. Aunque en Nicaragua esto no tuvo ningún efecto práctico, sí lo tuvo en sectores de la intelectualidad progresista en otros países.

Sin embargo, no hubo que esperar mucho para que la cosa se aclarara. En las recientes elecciones municipales de Nicaragua, el MRS participó codo a codo con los dos principales partidos de las oligarquías pro-imperialistas, PLC y ALN. Sus dirigentes se abrazaron (literalmente) con Arnoldo Alemán y la "rata" Montealegre (el principal agente de los yankis en Nicaragua) y trataron a toda costa de derrotar las fuerzas populares encabezadas por el FSLN. La consigna era "Todos contra Ortega". No funcionó. Sufrieron una aplastante derrota. De 146 municipalidades, el FSLN ganó 105. Solo les restaba el viejo y repetitivo cuento del "FRAUDE".

En Venezuela, el histórico espíritu de rebeldía del pueblo se ha hecho presente en innumerables oportunidades. Una de las más recientes e importantes fue durante el Caracazo. No obstante todo este vigor, sus resultados nunca pudieron ser canalizados a un movimiento transformador que, de veras, apuntara hacia una sociedad distinta. Las explosiones sociales venían y se iban, pero los cimientos de la estructura oligárquica permanecían intactos. Y entonces llegó Chávez.

Fue solo después de la llegada de Chávez a la escena política que las mayorías populares pasaron a actuar con objetivos de transformación social declarados y deseados. Por una cuestión de evolución histórica, no había ninguna estructura real de las fuerzas populares que pudiera cohesionarlas. El único factor aglutinador era la figura de Hugo Chávez. Digo era, pero todavía sigue siéndolo en gran medida. Todos sabemos que sin la fuerza de la presencia de Chávez, actualmente y quizás por un buen rato, les sería mucho más fácil a los oligarcas retomar por completo el poder político que han perdido. De ahí que hay que centrar fuego contra la figura del Comandante. Este debe ser el blanco principal. Y no hay que atacarlo nada más que por la derecha. Hay que poner a los "revolucionarios de verdad" a escribir y divulgar sus tesis sobre el "neo-caudillismo" que nos amenaza, a repetir mil y tantas veces que hay que romper con el liderazgo de Chávez para construir una "revolución de verdad". Pero lo que en realidad están tratando de lograr es devolverles a los oligarcas y al imperialismo el control total de las riquezas de Venezuela. Ellos saben muy bien que para alcanzar sus objetivos, hay que salir de Chávez ya.

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Jair de Souza


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