Trincheras de Ideas

La calculada histeria de Ezequiel Zamora

La carta final de la contrarrevolución en esta etapa para subvertir el orden político, cercano como está el desenlace del resultado del conteo de las firmas para solicitar el revocatorio presidencial, sin dudas es ese caballo de Troya dentro del CNE que se llama Ezequiel Zamora. Mover esa pieza de su ajedrez siniestro y subversivo es estratégico y vital porque es una de las últimas cartas que le quedan para tratar de detener, torcer o alterar lo que ya todos saben: que no habrá revocatorio presidencial porque el 70% de las firmas son fraudulentas de diversas maneras: firmas de fallecidos, firmas con cédulas clonadas a otros ciudadanos, personas que firmaron hasta seis veces, firmas tomadas de listados bancarios igual que cuando el firmazo, personas obligadas a firmar con el chantaje de perder su trabajo, personas que firmaron engañadas sin saber que lo hacían contra el Presidente Chávez, menores de edad que firmaron, ciudadanos que firmaron sin estar inscritos en el Registro Electoral Permanente, ciudadanos extranjeros, sobre todo europeos, que firmaron.

Cuando salga a la luz –como pronto sucederá, pues el Comando Ayacucho y el Gobierno trabajan aceleradamente en eso– el altísimo volumen de irregularidades cometidas por la mal llamada oposición, con nombres y apellidos y datos para llenar un libro entero, se confirmará con pruebas irrefutables lo afirmado por Chávez cuando, mes y medio atrás, dijo que la contrarrevolución había cometido un megafraude.

Eso lo saben los bate quebrados que dirigen la colcha de retazos que es la (des) coordinadora (anti) democrática y el universo de grupos y grupúsculos –incluida la agencia fachada de la CIA que es SUMATE. ¿No van a saberlo si ellos planificaron el monstruoso fraude, no lo iniciaron el segundo o tercer día cuando vieron que nadie iba a firmar, sino desde muchos meses atrás, igual a como planificaron el golpe desde un año de anticipación por lo menos? Pero, pillos como son, deshonestos inveterados, mentirosos de siete suelas, creyeron que la mayoría de los rectores del CNE eran manejables, comprables o susceptibles de corromper, al menos que “pasaran por debajo de la mesa” los millones de firmas falsas o fraudulentas, que se hicieran los locos y anunciaran el llamado a revocatorio.

La histeria, los gritos, el desplante de Ezequiel Zamora ante unas declaraciones del dirigente bolivariano Diosdado Cabello y de la lideresa popular Lina Ron, fueron el pretexto para que Zamora aparentara perder totalmente la compostura, la sindéresis y a grito pelado amenazara con renunciar él y los demás rectores ¿? y querer arrastrar al cuerpo a una crisis por las “agresiones” de Cabello, para generar el caos buscando una intervención ex   terna. Un teatro fríamente calculado cuyos objetivos siniestros ya los conocemos.

La desproporción de las declaraciones, el tratar de crear un conflicto público en el seno del CNE, la evidente y burda manipulación de la situación política y el tratar de agudizar una crisis artificial, no es la primera de este cuadro de la contrarrevolución dentro del CNE, una semana o diez días atrás trató de crear un conflicto poniendo en tela de juicio la seriedad y pulcritud del proceso de revisión de las firmas, pero pronto fue controlado. Ahora arremete de nuevo, hace acusaciones a diestra y siniestra y su calculado ataque de histeria expresa la desesperación que mantiene en vilo a la contrarrevolución porque saben que no van para el baile, es decir, que no habrá referéndum revocatorio presidencial. Al parecer la contrarrevolución quemó a este político de pacotilla.

(9-02-04)
caracola@cantv.net


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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