A 46 años del 23 de enero y a uno de la derrota del paro-sabotaje petrolero

Los hemos derrotado una y otra vez...y los seguiremos derrotando

A 46 años del 23 enero y a uno de la derrota del paro-sabotaje petrolero
LOS HEMOS DERROTADO UNA Y OTRA VEZ, Y LOS SEGUIREMOS DERROTANDO


Finalizado el año 2003, y después de haber derrotado reiteradamente los intentos golpistas del fascismo y del imperialismo norteamericano, iniciamos un nuevo año de lucha con la seguridad de saber que el movimiento obrero y popular tiene hoy la iniciativa política en el país.

Si una lección quedó meridianamente clara para los trabajadores y el pueblo, después de haber enfrentado el golpe fascista y artero de abril del 2002 y de haber aplastado el paro-sabotaje insurreccional contra nuestra empresa petrolera y la economía nacional, es que sólo con la movilización permanente podemos lograr nuestros objetivos en función de enfrentar a la reacción y de profundizar el proceso revolucionario.

Las victorias populares no son milagros: son el resultado de la movilización
En abril del 2002 los trabajadores y el pueblo movilizado restituímos al presidente Chávez en el poder y las libertades democráticas cercenadas violentamente por los golpistas, apelando al método que hace 46 años atrás utilizamos para dar al traste con la oprobiosa dictadura de Pérez Jiménez: la movilización consecuente en las calles. Esto no fue un milagro, ni se debió exclusivamente a los errores tácticos cometidos por los golpistas, sino la consecuencia de la lucha permanente hasta lograr el objetivo propuesto. Luego, entre diciembre de aquél año y enero del 2003, logramos una nueva victoria contra la oposición golpista de la Coordinadora Democrática y el imperialismo, aplastando con la lucha unitaria de los trabajadores petroleros, las comunidades organizadas y sectores de la Fuerza Armada Nacional, el intento de estrangulamiento de nuestra economía mediante el sabotaje a PDVSA. La lucha y la movilización del bravo pueblo venezolano se expresaron de forma heroica en la organización de las comunidades populares para la distribución del gas; en la lucha tenaz de las madres y los trabajadores por la reapertura de las escuelas, y en la defensa de una de las más caras conquistas democráticas de los venezolanos: el derecho a la educación gratuita para nuestros hijos, y en el apoyo solidario de las comunidades populares organizadas a los trabajadores petroleros en la titánica tarea de poner a funcionar a la empresa petrolera. Llenaderos de gasolina, refinerías, muelles para la exportación del crudo, y otras instalaciones petroleras, fueron testigos de la lucha encarnizada, a veces física, otras veces apelando a la inteligencia para echar a andar sofisticados equipos electrónicos e informáticos, de los trabajadores petroleros y de los luchadores populares, con el apoyo de muchos oficiales y soldados de la FAN.

Fábricas tomadas: lucha de los trabajadores contra el cierre de empresas
Después del paro-sabotaje petrolero, los empresarios golpistas trataron de hacer caer sobre los hombros de los trabajadores las consecuencias negativas del paro en sus ganancias. Estos inescrupulosos, amparados en la impunidad reinante en el país, y en la presencia de elementos contrarrevolucionarios en las inspectorías del trabajo y otras instituciones estatales, se dieron a la tarea de cerrar fraudulentamente sus empresas argumentando pérdidas ocasionadas por un paro que ellos mismos promovieron y financiaron. Ante esto, los trabajadores respondieron nuevamente, al igual que los petroleros y las comunidades organizadas, con la lucha y la movilización, tomando las fábricas cerradas como medio de lograr garantizar el derecho al trabajo, sus salarios caídos, sus prestaciones y demás reivindicaciones económicas. Pepsi Cola, Plásticos Vinílicos, Venepal, Industrias Textiles Fénix, Constructora Nacional de Válvulas (CNV), Industrial de Perfumes Cristine Carol, son ejemplo de esta lucha.

La lucha de los trabajadores también se manifiesta en el enfrentamiento de los trabajadores a las direcciones sindicales burocráticas y patronales, y en la construcción de una nueva central que se constituya en herramienta clasista de lucha de los trabajadores: la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela, la cual nace en lucha abierta con el cascarón burocrático y golpista de la CTV, otrora bastión obrero de Acción Democrática.

Crisis en la base social del golpismo y en la Coordinadora Democrática
Como consecuencia de los triunfos antes mencionados, se ha producido una gran desmoralización en el seno de la base social de los golpistas: los sectores de la clase media urbana, lo cual ha ido acompañado de serias divergencias y divisiones al interior de la Coordinadora Democrática. Mientras que por otra parte, los trabajadores y el pueblo retenemos la iniciativa y la clara disposición a seguir movilizándonos, tal como se evidenció de las gigantescas marchas de agosto y diciembre del pasado año. Pero todo lo anterior no debe generar un sentimiento triunfalista entre los trabajadores. Aún los golpistas siguen libres gracias a la impunidad institucionalizada en el país por el TSJ y los planteamientos de negociación hechos por el gobierno después del golpe del 2002 y del paro petrolero. Mientras no liquidemos política y económicamente a los políticos, empresarios y militares golpistas, éstos y el imperialismo mantendrán una “espada de Damocles” sobre nuestras cabezas y el proceso revolucionario penderá de un hilo.

Referéndum y elecciones: la política contrarrevolucionaria del imperialismo
Ahora, nos encontramos ante la posibilidad de que se realicen referéndum revocatorios, y con toda seguridad, procesos electorales a mediados y fines de año. El 2003 concluyó con la recolección de firmas para iniciar procesos referendarios. La oposición fascista no logró recoger las firmas a pesar de que pusieron nuevamente en evidencia sus métodos chapuceros organizando un gran fraude.

Es importante para el movimiento obrero y popular comprender la etapa de la lucha en que estamos entrando.
1. En primer término, llegamos a los “firmazos” porque a la oposición y al imperialismo no les quedó más remedio, después de sufrir reiteradas derrotadas a manos de los trabajadores. No pudieron mediante la violencia quebrar la tenaz resistencia del movimiento obrero y popular y ahora apelan al recurso de la “contrarrevolución democrática”; ahora pretenden revestirse de demócratas para intentar revocar al Presidente como forma de liquidar el proceso revolucionario.
2. Por otra parte, hemos llegado hasta la situación actual como consecuencia de las victorias populares, no como una imposición del golpismo y de los imperialistas, pero debemos tener claro que el terreno electoral, el terreno del voto y de las firmas, no es el ámbito natural de las masas movilizadas, por el contrario, es donde la burguesía y sus partidos (AD, COPEI, MAS, Primero Justicia, etc.) tienen más experiencia y recursos. Cuentan con elementos infiltrados en el CNE y demás instituciones estatales; poseen los medios de comunicación, así como una larga tradición en armar tracalerías y fraudes, y en hacer efectivo el lema adeco de “acta mata voto”. De allí que estemos en una situación contradictoria y altamente peligrosa, ya que ahora la lucha se traslada al ámbito de la legalidad burguesa que es el de ellos, no el nuestro, que es el de la movilización y la lucha. Sin embargo, los hemos derrotados una y otra vez en todos los terrenos y los volveremos a derrotar ahora electoralmente.
3. Debe estar meridianamente claro para los trabajadores que nuevamente hemos derrotado a la oposición golpista. Estos no lograron reunir las firmas para solicitar el revocatorio contra Chávez, sin embargo, con el apoyo del imperialismo y los medios de comunicación, van seguir presionando, trataran de chantajear y descalificar al CNE; desatarán una campaña de mentiras y calumnias tratando de hacer ver que Chávez no quiere el referéndum; intentarán generar una matriz de opinión haciendo creer que se cometió fraude. Ya las declaraciones de Condolleeza Rice y Roger Noriega apuntan en esa dirección, así como el cacerolazo convocado recientemente por la CTV y las declaraciones de Julio Borges presionando al CNE.

A profundizar el proceso revolucionario
Ahora nos toca continuar la profundización del proceso revolucionario mediante la consolidación y extensión de conquistas democráticas como Barrio Adentro, Misión Robinson, Sucre, Ribas, etc., las cuales se lograron gracias a la lucha de los trabajadores y el pueblo y a la derrota del paro-sabotaje petrolero. Debemos poner en práctica los aspectos más avanzados y progresivos de las leyes habilitantes; apoyar las luchas de los trabajadores que aún mantienen las fábricas tomadas, como es el caso de Cristine Carol y Constructora Nacional de Válvulas; profundizar la “revolución democrática” que los trabajadores desarrollan en muchas empresas contra antiguos sindicatos patronales y burocráticos en función de dotarse de sindicatos clasistas que con métodos democráticos y apoyándose en la movilización y la solidaridad de clase, impulsen las luchas de los trabajadores, y simultáneamente consolidar y extender la influencia de la UNT a todo el país y a los sectores laborales donde aún no tiene presencia, en la tarea de construir una gran central obrera clasista y democrática.
En PDVSA se han logrado avances significativos gracias a la lucha de los trabajadores petroleros y a la derrota propinada a los meritócratas golpistas, sin embargo, aún nuestra empresa petrolera no es plenamente del pueblo. Esta tarea es impostergable, y para ello es necesario propiciar un debate amplio y democrático entre los trabajadores petroleros y las comunidades organizadas sobre la política a desarrollar, así como sobre la organización interna de la empresa y la necesidad de lograr un mayor control por parte de los petroleros en el funcionamiento de PDVSA, para ello es fundamental realizar una Constituyente Petrolera que posibilite la refundación de la industria entregándole a los trabajadores, con el apoyo de las comunidades y las FAN, el control sobre la empresa, tal como se manifestó en los días del paro, particularmente en las refinerías de El Palito y Puerto La Cruz.

Por otra parte, a los trabajadores y a las organizaciones populares nos toca acabar con la impunidad, revocar a los diputados golpistas y llevar a la cárcel a todos los que han cometido delitos contra el pueblo e intentaron acabar con las libertades democráticas, tanto en abril del 2002 como en el paro petrolero. Estos son los mismos que ahora desfachatadamente invocan la Constitución e intentan liquidar el proceso revolucionario revocando a Chávez, mediante el fraude en la recolección de firmas. La lucha contra la impunidad se inscribe ahora en el castigo a los culpables de delitos electorales, plasmado en la monumental estafa que organizaron para, contra viento y marea, imponernos un referéndum a todas luces fraudulento, con un “firmazo” montado con un CNE paralelo (Súmate); donde una misma persona firmó varias veces y en lugares distintos; con cédulas clonadas; con muertos y menores de edad firmando.

Prof. Miguel Angel Hernández Arvelo. Coordinador de Extensión de la Escuela de Sociología de la UCV. Miembro de la dirección nacional de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR)


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Prof. Miguel Angel Hernández Arvelo. Opción de Izquierda Revolucionaria

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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