Destruyendo nuestro alimento

Un plato de arroz, de papas o de manzanas no nos llama mucho la atención, si vivimos donde abundan y sabemos que es fácil adquirirlos, si dispones de una gran variedad. Pero la diversidad actual es mucho menor que la de un siglo atrás.

Entre 1804 y 1900 se cultivaban en EE.UU. 7098 clases de manzanas de las cuales 6121, es decir el 80% se han extinguido. Igual con el 88% de clases de peras de los 2683 tipos que existían. Las cifras relativas a hortalizas es mas alarmante aun, un 97% de estas han disminuido en menos de 80%. Lo que esta desapareciendo es la biodiversidad. No solo la gran riqueza de especies sino la multitud de variedades con las que cuenta cada una de ellas.

A principios del siglo XX, en Asia avía más de 100.000 tipos de arroz, de los cuales 30.000 se encontraban solo en la india. En la actualidad el 75% de la producción arrocera de este país comprende solo 10 tipos de arroz. Sri. Lanka poseía en un tiempo 2000 diferentes clases de arroz, actualmente dispone de 5. México la cuna del maíz y de la soberanía alimentaría mundial, cuenta con apenas el 10% de las variedades que disponía en 1930.

La extinción de las plantas alimentarías afecta las cosechas de alimentos de 2 formas: Primero destruyen los parientes silvestres de las especies cultivadas. Con lo que se pierde el potencial de genes para una futura reproducción. Segundo reduciendo el número de variedades dentro de tales especies. Gradualmente se pierde algunos tipos de variedades que desarrollan resistencia a las plagas comunes. Por lo tanto, científicos y ambientalistas como David Suzuki genetista coinciden que son esenciales para la vida en la tierra, tanto las plantas destinadas para alimento como las que crecen silvestres en bosques, selvas y pastizales.

Un reciente articulo de Instituto Worldwatch dice: “un aspecto en particular que indica a la humanidad lo grave de reducir la biodiversidad, a saber, la repercusión de nuestro suministro de alimento”. Pero no es únicamente el alimento que esta siendo afectado. Alrededor del 25% de los medicamentos comerciales se obtienen de la flora mundial, se continúa descubriendo nuevas plantas medicinales especialmente en las selvas tropicales. Estas también se extinguen constantemente, para dar paso a los monos cultivos. Estamos cortando la vida de las cuales nos nutrimos.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales, de las 18.000 especies vegetales y animales investigadas, mas de 11.000 están en peligro de extinción. Lugares como Indonesia, Malasia, Latino América, lugares donde se talan enormes franjas de bosque, los investigadores solo pueden hacer cálculos aproximados del número de especies que están al borde de la desaparición o que ya no existen. El correo de la UNESCO manifiesta que el extermino se esta produciendo a una velocidad inimaginable.

El mono cultivo introducido por la Revolución Verde como “ayuda” con La Alianza para el Progreso en la década de los 50-60, necesita el empleo masivo y continúo de pesticidas, herbicidas, y fungicidas. El mono cultivo va contra la estrategia de súper vivencia, expone a las plantas a plagas que diezman la cosecha de toda una región. Las presiones económicas del capitalismo introducido con la Revolución Verde, persuadieron a los agricultores a reemplazar sus variedades por plantaciones uniformes muy productivas, particularmente de arroz y trigo.

Esos granos “milagrosos al triple de valor” se acogieron como solución al hambre mundial. Fue la cabeza de playa para introducir la solución genética como solución alimentaría global. La doctora Mae Wan Ho del departamento de biología de la Open University del Reino Unido manifestó: es un hecho indiscutible que los monos cultivos introducidos con la revolución verde perjudicaron la biodiversidad y la seguridad alimentaria en toda la tierra. No es de extrañar que allá sido un propósito para dar luz verde a la biotecnología. La FAO asegura que el 75% de la diversidad genética de las especies naturales cultivadas hace un siglo se han perdido a consecuencia de la industrialización agrícola.

A fines de los 90 el capitalismo de los Estados Unidos patento una nueva industria lucrativa la biotecnología en la que se manipula la vida a un nivel primario el gen. En el libro Genetic Engineering, Food and Our Enbironment indica: en la naturaleza la diversidad genética tiene límites. Podemos cruzar una rosa con otra variedad de rosa, pero jamás con una papa. En cambio la industria biotecnológica insiste en tomar genes de una especie e introducirlos en cualquier otro a fin de introducir la característica deseada. Ejemplo sacar del pez de ártico un gen que estimule la producción de alguna sustancia anticongelante para luego introducirla en un tomate o en el trigo a fin de que resistan las heladas.

Los hacen con genes de bacterias, virus, insectos, mamíferos, e incluso con seres humanos para modificar ciertas plantas. Pero la clave de la biotecnología es que la manipulación biológica es una mina de oro aun sin explotar. Por lo tanto el negocio del capital dice presente sin importar los principios héticos alterados en esta industria y sin impórtales las consecuencias cola telares en todos los seres vivos.

En Inglaterra, los” reales” jardines botánicos de Kew se han embarcado en lo que ha sido llamado como uno de los mas grandes proyectos de conservación jamás acometido. El banco de semillas del milenio. Reunir para el año 2010 el 10% de todas las plantas de semillas del mundo, 24 mil especies, y todas las semillas autóctonas del Reino Unido. En otros países también se han creado bancos de semillas o bancos genéticos que parecería es el propósito.

El biólogo John Tuxill señala, que al menos 90% de los millones de semillas almacenadas en estos bancos corresponden a plantas destinadas a la alimentación como: trigo, arroz, maíz, sorgo, papas, cebollas, ajo, cañas de azúcar, frijoles, soja, por mencionar algunas. Ahora bien, las semillas son organismos vivos que solo permanecen así, mientras duran sus reservas internas de energía. Por ello ¿Qué confianza merecen estos bancos? El costo de manutención de estos bancos supera los 300 millones de dólares anuales, se requieren de silos especiales para un almacenaje a largo plazo dado que las semillas que no estén bien conservadas no duran mucho, a no ser que estén alteradas genéticamente, lo cual parece ser el propósito.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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