Que tiene su
asidero, como asunto primordial, en los acuerdos y coincidencias de
criterio, sujetos a los principios revolucionarios marxistas-leninistas,
que se mantienen en el tiempo a pesar de los miquilenas y los petkoff
quienes, entre otros, trataron de destruir al Partido Comunista de Venezuela
(PCV), vanguardia de la unidad de los revolucionarios en la lucha contra
el imperialismo yanqui.
Luego entonces,
si es el PCV el que durante más de siete décadas ha venido enarbolando
la bandera de la unidad del pueblo venezolano contra los explotadores
de aquí y de más allá de la frontera, sería incomprensible ver parte
de su militancia involucrada en la dañina política del regateo burocrático,
que tanto contratiempo le ha ocasionado a la unidad de los revolucionarios
y al pueblo en general.
Debemos contribuir
a la orientación, sí, pero jamás caer en la tentación de meter cuña
para quedarnos sólo con la astilla. Que lo hagan otros. No los miembros
del Partido de los trabajadores de las ciudades, del campo y del mar.
Son estos los que nos deben ordenar, con su voto, hasta dónde llegar
por ahora. De lo que, sin pedírselo en ésta favorable coyuntura, estamos
contestes en indicar que será hasta los cuerpos deliberantes y gestionarios
más cercanos y de continuo contacto con sus problemas a resolver, que
no a los colegiados de poltrona metalizados, todavía campantes y con
la misma indiferencia adecopeyana de la vieja burocracia, aún enquistada
en el aparato del Estado.
No estamos
enterados, hasta ésta tarde del martes 29, cuando escribimos, de los
resultados del encuentro de los “Aliados rojitos se ven las caras
hoy”. Somos optimistas cuando esperamos que no surja, de nuevo, la
argumentación de “…la falta de respeto”. Es más, esperamos que
vuelva la escurridiza armonía sin la suspicacia. La franqueza de este
planteo no debe quedar exento de la coincidencia con el tratado por
los “aliados rojitos…”, después de la enfatización por parte
de los camaradas del PCV, en cuanto a que “…nunca han (hemos) abandonado
los espacios de la coalición y si…evaluado a los abanderados en función
de sus cualidades revolucionarias, por lo tanto no pueden (podemos)
respaldar a “…quienes se alinearon con la oposición y fuertes grupos
económicos”, de lo que éste viejo comunista no se atreve a poner
en duda en cuanto a que el líder de la revolución Hugo Rafael Chávez
Frías, se dará por enterado para su consideración que no quiere decir
cuota para la parte denunciante.
No podemos
quedarnos con la sola observación a los camaradas del PCV, que en esta
favorable circunstancia política, gracias al pueblo venezolano y a
Hugo Chávez, por fin tiene libertad de acción. Es necesario decir
en aras, de la unidad de los hombres y mujeres revolucionarios, que
tampoco es conveniente el comportamiento de algunos camaradas del PSUV
que utilizan el micrófono y se comportan con la estridencia de un Rómulo
Betancourt contra los aliados.
No se dan cuenta
(¿o si?) que los aspavientosos oposicionistas, a falta de argumentación
valedera, hacen de las bravuconadas un estandarte contra nosotros mismos
y no podemos imaginar al líder aupando un comportamiento que se devuelva
como un boomerang, así sea para uno solo de los miembros del Partido
Socialista Unido de Venezuela que con tanto esfuerzo es organizado por
Hugo Chávez, como la primera fuerza camino al Socialismo.
Patria, Socialismo
o barbarie. Venceremos!!