Revolcatorio por entregas

A estas alturas, cuando se publique este trabajo, ya será un hecho indiscutible que los 38 diputados a quienes el pueblo firmó para que se les revoque el mandato, van a ser revocados en el referéndum que se realizará en marzo o abril de 2004.

Siendo coherentes con lo planteado en la Constitución el pueblo bolivariano, mayoría absoluta de la nación, se organizó, a través de los instrumentos políticos y de masas, para ir masivamente a firmar contra todos esos diputados cuestionados por su conducta política contraria a la voluntad popular, que traicionaron no a Chávez sino al pueblo que les dio un mandato para que en su nombre impulsaran el programa de cambios bolivarianos desde la trinchera del parlamento. Pero un grupo, los elegidos en las planchas chavistas, traicionaron a sus electores y la forma ideada por el constituyente del 1999, fue introducir el revocatorio como instrumento político para subsanar la desviación o la traición.

Igualmente se firmó para revocarle el mandato a un grupo de parlamentarios que demuestran un profundo desprecio por la entidad para la que fueron elegidos, la asamblea nacional, pero no sólo eso, sino que participaron abiertamente en un golpe de Estado una de cuyas medidas fue disolver ese parlamento. Si tuvieran un ápice de dignidad y honradez, después de derrotado el golpe han debido declinar el estar allí, han debido abandonar esos cargos. Pero no, se quedaron allí para continuar conspirando, entrabando, obstaculizando y haciéndole mal al país, porquen prácticamente año y medio tiene paralizado el parlamento.

El otro hecho fue la movilización popular. De nuevo la soberanía, como aquel 13 de abril heroico, residió en el pueblo quien la ejerció, a través de la firma, de manera directa.

Debemos señalar, sin embargo, nuestra crítica al CNE por quitarnos la posibilidad y el derecho de revocarle el mandato a un bandolero como Alfredo Peña y a gobernadores como Mendoza, Rosales, Lapi, o a alcaldes como Jaime Barrios y otros de la misma estirpe de traidores.

Fue un error del CNE porque si les pareció que estaban muy juntos los dos procesos, el revocatorio y las elecciones, no ha debido aceptar el revocatorio desde un principio. Pero a la dirección revolucionaria le faltó contundencia para defender ese derecho. Fue muy fácil como se nos negó un derecho constitucional y le hizo el CNE al pueblo una maniobra política que, evidentemente, le restó contundencia a la jornada del 21/24/11. Baste imaginar si en Caracas hubo una importante movilización para firmar contra tres desvergonzados y revocarles su poder, cómo hubiese sido esa movilización si el revocatorio es contra Alfredo Peña.

¿Tiene dignidad Liliana Hernández o los diputados contra los que hemos firmado?

¡Renuncien entonces como lo han debido hacer el 15 de abril de 2002!

No esperen a que se les revoque el mandato en marzo o abril, no pasen por esa vergüenza nacional, salven un poco de esa dignidad o recobren un poquito de la que han perdido, porque ni siquiera se van a volver a lanzar como candidatos a diputados en el 2006, la Constitución Bolivariana no se los permite.

(24-11-03)
(caracola@cantv.net)


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Humberto Gómez García / Trincheras de Ideas

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

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