Endeudamiento Público vs. E. Privado

Modernamente, los verdaderos inversionistas son los financistas, los
banqueros nacionales e internacionales. Estos *industriales* son los
propietarios económicos de la mayoría de las empresas, a diferencia de los
empresarios prestatarios quienes son propietarios jurídicos de aquellas
empresas.

Contradictoriamente, tales propietarios económicos sólo tienen propiedad
jurídica sobre su cartera. Esta la alimentan con su clientela de ahorristas,
quienes final y paralelamente son los propietarios económicos originales.

Por su parte, las entidades públicas fungen de gestores y ejecutores de
obras cuyo financiamiento lógicamente corre a cargo de los contribuyentes
(eufemismo de trabajadores).

Esas entidades públicas contraen empréstitos con entidades privadas nacionales y
extranjeras. Estas transacciones financieras no son desaprobables per se
cuando los empréstitos son destinados a obras de utilidad pública de notoria
eficiencia.

El problema político del endeudamiento público se presenta cuando este se
convierte en mandatos jurídicos constitucionalmente incrustados.

En la Constitución Bolivariana Venezolana actual este endeudamiento responde
a una clara política de opresión financiera internacional que se perfecciona
a partir del año 1944 (Fondo Monetario Internacional) y de 1946 (Banco
Mundial). Estos entes representan lo más acabado de la banca burguesa de los
capitalistas vencedores en la Segunda Guerra Mundial.

Una clara corroboración de esta opresión imperialista practicada por el
tándem triunfador en la citada confrontación bélica mundial, la hallamos por
ahora con una Administración Pública que a pesar de disponer de fondos en
exceso sigue contratando créditos que comprometen a los contribuyentes de
ahora y los de futuros ejercicios fiscales.

Esta viciosa y opresora práctica del capitalismo mundial queda
ideológicamente reafirmada en los pensa de los más connotados centros
académicos y universitarios del mundo. En estos se teoriza sobre la bondad,
conveniencia y mejor rentabilidad de esos préstamos inclusive cuando las
entidades prestatarias dispongan de recursos financieros propios. Porque
sencillamente es a través de esos endeudamientos anuales como el Imperio
garantiza estabilidad y equilibrio para sus rentas.

Es inferible que, así como la banca privada nacional vive del préstamo
concedido al empresario productor, y este lo hace de la explotación que
practica sobre sus trabajadores, la banca mundial y la alta burguesía viven
del Erario Público que también se nutre finalmente de los trabajadores con su
carga tributaria.

osmarcastillo@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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