"La mejor defensa es un ataque"
Sun Tzu
No me pierdo ninguno de los artículos de Oscar Heck; apenas los veo no puedo pasarlos por alto, ya que, me despiertan el motivo para detenerme, aún, cuando prácticamente me sé de memoria todo lo que ha venido repitiendo en contra del proceso bolivariano y todo aquel, que se atreva a refutarle sus necedades y majaderías, pero además no salgo del asombro, porque todavía no he visto ninguna persona tan invulnerable, faltándole poco por parecerse a cualquiera de esos personajes creados en la enfermiza imaginación del aparato cinematográfico de Hollywood: Batman, Superman, la mujer maravilla y King Kon entre la extensa variedad, porque le faltó poco para utilizar Guaidó y me da la ligera impresión, que nunca han oído hablar de Oscar Heck o no está para esos trotes, a pesar de la gran creatividad al mejor estilo gringo.
Digo esto, ya que, no he visto a una persona con un corazón de hierro, como el del personaje en referencia, porque perdí la cuenta de la cantidad de infartos, que ha soportado en medio de los continuos apagones, el cual le producen incontrolables arrecheras, porque le han dañado su laptop y me imagino, que la miserable pensión le hace imposible comprar otra; aparte de las condiciones inhumanas en las cuales el régimen del presidente Nicolás Maduro, lo han llevado a vivir, porque eso es lo que trasmite ¡Lastimas! lo que motivó un gesto de solidaridad del buen amigo Juan Veroes, quien buscó todas las alternativas posibles para ayudarlo, pero lejos de agradecerle las recibió, como si le estaba deseando la muerte.
El Heck, viene haciendo un extenso libreto digno de los mejores culebrones del pasado, porque, como dice el refrán ¡a falta de pan, buenas son tortas! Con solamente ver el título de los artículos se pueden imaginar el cargamento de odio del más ponzoñoso y a medida, que no ve los resultados esperados la frustración es mayor y por eso los va recargando, corriendo el riesgo de los continuos infartos, ya que, los apagones los tiene seguro, a pesar que han venido amainando, porque las amenazas, las medidas coercitivas, las sanciones para frenar cualquier avance por parte de los gringos no pueden ser eternas, del cual el Oscarcito nunca hace referencia, ni siquiera en pesadillas, pero los que defienden a Maduro, lo atacan sin razón.
En días pasados le hice la sugerencia al amigo Juan Veroes, que lo dejara quieto, como en la cedula y de esta manera evitarle uno nuevo infarto, porque se le nota en los escritos, que este leído articulista las arrecheras se les están desbordando por culpa de Nicolás Maduro, aunque todo parece, que es una enfermedad incontrolable, porque el que incita a matar –pruebas hay suficientes– no puede estar en su mejor momento mental y menos, cuando centella odio, el mismo que han regado por todo el mundo, cuanto gobierno se instala en la Casa Blanca, por medio de sus mercenarios bien armados y cuando no les da resultado, apelan a la estrategia de utilizar piezas al estilo Guaidó.
En una oportunidad, cuando lo acuse de incitar a matar a través de un artículo publicado en varios periódicos y páginas web –Domingo, 17/02/2019, La linchadera ocurrirá, es inevitable–* no tardó mucho de amenazarme, hasta de tribunales, sin embargo, todo llegó hasta las palabras y de que manera. De aquel momento, hasta nuestros días, cuando se han producido importantes cambios y el chaparrón que nos venía del norte ha cesado un poco, por la valiente y decidida acción del presidente Nicolás Maduro y el bravo pueblo venezolano de no dar un paso atrás en defensa de nuestra soberanía, el escribiente Oscar Heck, en cada artículo derrama toda su vileza y no sabemos si eso le produce los repetidos infartos. ¡Vaya usted a saber!
*https://www.aporrea.org/actualidad/a276032.html
