Rasgos de la actual coyuntura. Lo opuesto, el G-4, sólo ofrece y quiere cambio de gobierno

La actual coyuntura venezolana tiene rasgos difíciles de entender. Es por demás complicada, sus causales no se explican, entienden y menos se hallan en lo inmediato.

Ayer, hablando con un importante analista que vive en el exterior, ahora está de visita en Venezuela y vino a visitarme, ya por tercera vez y seguirá viniendo antes de irse, porque aparte de la amistad que nos une desde bastantes años atrás, hablar conmigo y uno cuantos como yo, es parte de su trabajo, le dije, "no es acertado juzgar a Maduro por lo acontecido en lo inmediato, sino que es necesario ir unos cuantos años, décadas, atrás de su ascenso a la presidencia".

Y le dije, "si es necesario y pertinente, asignar responsabilidad por lo que aquí acontece, viendo las cosas desde la perspectiva de un historiador, pensador, intelectual de izquierda, habría que mirar con más amplitud y hasta lejanía".

Es como pretender que "el asunto relativo a la lucha por la multipolaridad, tenga los mismos rasgos, demandas, actitudes y compromisos de todos los hombres del mundo. No puede ser la misma visión sobre ese asunto de un norteamericano, asiático, africano o latinoamericano. Hay muchos elementos concretos de por medio que imponen percepciones y actitudes diferentes".

Esto implica, algo que suelo decir, aquí hay que revisar muchas cosas para entender a cabalidad lo que acontece. La situación económica que padecemos los venezolanos, no se explica sólo en los lineamientos sobre el tema aplicados por Maduro mientras ha gobernado. Hay que ir más atrás y tomarle el pulso al movimiento inercial. Como también revisar las concepciones de país, el diagnóstico de la coyuntura internacional y local de la cual partimos, como también las concepciones que hemos manejado en todo el ámbito nacional acerca del Estado y los derechos de cada quien. Y, por supuesto, revisar las concepciones que han prevalecido acerca de nuestro rol en la economía mundial. Y esto incluye las ofertas que ahora mismo se hacen desde distintos espacios.

Voy a mencionar un asunto específico que sirve de ejemplo para entender que los problemas no se explican en lo inmediato y menos en simplismos. Por ejemplo, al revisar la lista de países que componen Caricom y Petrocaribe, organización esta mediante la cual Venezuela bastante ayudó a sus integrantes en momentos cruciales, uno observa que, salvo rara excepción, son los mismos. No obstante, en el Caricom se han aliado, sin justificación histórica, legal, en favor de Guyana contra Venezuela, Ni siquiera, por razones de distinta índole, como el respeto a la historia y la verdad, se han eximido de fijar posición y hasta Cuba le ha servido de escenario. En ellos han prevalecido intereses más específicos y hasta pragmáticos, pasando por alto que, en cierta medida, se han pronunciado en favor de la Exxon Mobil..

En nuestra constitución, abordando un asunto muy específico, están estampados los derechos a participar y hasta protagonizar del pueblo venezolano. Y esto tiene connotación e implica obligatoriedad para todos los partidos. Entonces en estas circunstancias, yo me preguntaría, ¿esos derechos constitucionales operan? ¿Los partidos, todos los partidos, cumplen con esa disposición constitucional? Más cuando esas disposiciones hacen ilegales las prácticas autoritarias, decisiones grupales, por demás frecuentes en los gobiernos y los partidos.

Pero no se puede ocultar en el archivo que, este país, más o menos desde 1918, ha sido un importante productor de petróleo, lo que significa que, ese recurso da dado origen a incalculables ingresos, mal manejados por los gobiernos todos y estos, han sido cómplices de una clase dominante a lo interno, calificada hasta por AD de parasitaria, que no fue competente para construir una economía que nos liberase del tutelaje extranjero e imperialista. Además de mantenernos como surtidor de petróleo al mercado internacional, nos mantuvieron como altos consumidores de las mercancías extranjeras o centro de inversión de ese mismo capital, para producir aquí sus mercancías para nuestro consumo, aprovechándose además de nuestro mercado y capacidad de compra, de una mano de obra eficiente y barata. Y sería un simplismo, intentar descalificar este juicio, sólo por intentar juzgar a alguien en particular de todo ese proceso, por motivos políticos inmediatos y no mostrarse dispuesto a revisar y hasta corregir,

A manera de ejemplo, al momento de buscar explicaciones o las causas por las cuales estamos hundidos en este hoyo, no se puede olvidar la gestión económica de Betancourt y su plan de sustitución de importaciones, mediante el cual se aseguró el respaldo incondicional del gobierno, capital de Estados Unidos y de la clase dominante a lo interno que no fue capaz de diseñar y abordar un modelo alterno; se conformó con participar en el festival a cambio no precisamente de las "migajas"·

Pero tampoco habría que dejar a un lado, como si eso no hubiese acontecido, los festivales de derroche de gobiernos como los de CAP Y Chávez, en los cuales se impuso igualmente aquello de "ta`barato, dame dos" y la repartición irracional y hasta festiva del ingreso, como una manera de pagar la deuda social. Concepto que incluyó a los grupos económicos a los cuales se les compró empresas obsoletas, quebradas para terminar cerrándolas.

Es decir, la situación de hoy de Venezuela, que si bien es cierto está aplastada por las sanciones, no se explica en lo inmediato, sino en un proceso largo de desaciertos y hasta traiciones al interés nacional. No es Venezuela el único país del mundo sujeto a sanciones por Estados Unidos, pero sí es, uno de los pocos, que pudo, antes de eso, dado sus inmensos recursos e ingresos malbaratados, haber construido un modelo económico, en buena medida invulnerable a esas sanciones. Y, como ya dije, este estado de indefensión, no se explica en lo inmediato.

Al decir todo lo anterior, hemos dejado de un lado, el alto grado de corrupción habido en Venezuela que, en los últimos 20 años, como resultado de la bonanza y dentro del plan de destruir nuestra economía, para cobrar unos gestos un tanto incoherentes y por demás formales de soberanía e independencia. ¿Cómo entender que en el seno del partido qué se propuso en el discurso y hasta de buena fe cambiar el país, se hayan incubado quienes se encargaron de destruir todos esos sueños, robándose sin discreción alguna, ni límite moral, los recursos de la nación? ¿Cómo entender hayan proliferado dentro del partido y la vanguardia que lideró Chávez más corruptos que en todos los gobiernos de la IV república juntos? ¿Cómo comprender que antes de dar por finalizada de verdad-verdad la era del rentismo petrolero, dentro del gobierno iniciado por Chávez y el partido creado por él, se generaron factores y personas que, aunados a las sanciones de EEUU, determinaron prácticamente la destrucción de nuestra industria petrolera? Eso no se explica con simples admoniciones, fatalismos y sentencias destinadas a evadir al asunto de fondo.

Dentro del partido y grupos que soñaron y hasta hablaron de cambiar a partir del siglo XXI el rumbo de Venezuela en un mejor sentido, hacia la independencia y la soberanía, se acumularon quienes se encargaron de ejecutar los planes, por acción u omisión para acabar con la industria petrolera, pues eso no ha sido resultado sólo de las sanciones y además de robarse la renta nacional de manera vergonzosa.

¿Cómo pudo haber sucedido ese fenómeno? ¿Por qué nadie hasta ahora ha intentado explicarlo? ¿No están las respuestas en la concepción verdadera, la de la práctica, no la de las definiciones constitucionales y planes, programas y hasta estatutos de partido? ¿No está la respuesta en definirse de una manera y actuar de otra?

¿No está la respuesta a este asunto en el deseo de rodearse de incondicionales, sin importar su cultura, no quiero hablar de ideología, para asegurarse apoyos incondicionales y poner lejos y fuera a quienes pudieran ser críticos y hasta estorbos a quienes estaban ganados por el egocentrismo, personalismo y hasta autoritarismo, imbuidos de la idea que habían atrapado al mundo, al movimiento y en ellos estaban todas las respuestas? ¿No prevaleció un espíritu de sobrevaluación y creencia que en ellos, los dirigentes resultantes de un proceso contingente, que les llevó a creerse con las respuestas y sólo la necesidad de un universo de hombres, alineados como alfa y beta, al estilo del "Proceso Civilizatorio", de Aldous Huxlley, sólo necesarios para llevar a cabo los planes sin poner inconveniente, traba o duda alguna de por medio?

¿No fue esta concepción, sobrevaloración, la que llevó a marginar, excluir a mucha gente de experiencia y con mucho que aportar?

Recuerdo que recién salido Héctor Navarro del gobierno, muerto Chávez, en una larga conversación que tuvimos, él me preguntó, ¿por qué te jubilaste cuándo tenías mucho que aportar y darnos ayuda?

Le respondí, "Yo no me jubilé, me jubilaste tú. La resolución me llegó sin haberla pedido y firmada por ti. Claro, bien sé cómo opera la burocracia. Tú nunca supiste a quién habías jubilado, esta determinación la tomaron en otro espacio, donde estaban interesados en salir de mí, porque sabían era uno de esos tantos estorbos, empeñados siempre en buscarle las 4 patas al gato".

Pero la respuesta a lo que ha sucedido también hay que buscarla, con el mismo interés, en una oposición que, como tal, hablando en abstracto e idílicamente, estaba obligada a impedir que todo esto sucediese.

La oposición venezolana, no sólo la que hoy compone el G.4, sino aquella más amplia que en los tiempos de abril del 2002, para tomar es fecha como referencia, se empeñó hasta no hace mucho en asumir como tarea pertinente tumbar al gobierno, para asegurarse unas excelentes relaciones con Estados Unidos y seguir beneficiándose, como lo venían haciendo por lo menos desde 1958, de los recursos petroleros, como la clase capitalista interna, sin planes ni proyectos distintos a beneficiase, tiene mucha responsabilidad en lo que ahora acontece.

Esa oposición, que sólo le interesaba "¡Chávez vete ya!, "La salida", guarimbas, terrorismo, desconocimiento absoluto de los preceptos constitucionales, sin ofrecer nada sustancial a cambio para preservar los intereses nacionales y menos diseñar un plan económico alterno con los mismos fines, también es responsable.

Esa oposición, hoy concentrada en unas elecciones primarias, destinadas a sacar una candidatura para enfrentarse electoralmente al gobierno, sigue siendo responsable sustancial en todo esto.

Prunero, nunca ha propuesto un plan económico alterno para salvar la economía nacional, no sólo de los errores que hayan podido cometer quienes gobiernan desde 1999, sino también de los peligros vivos, latentes de las apetencias imperialistas y más bien, al contrario, se muestra sumisa a eso.

Es muy raro que factores de la oposición, hagan críticas a las políticas económicas del gobierno de los últimos años, más cuando estos, en buena medida, gozan del respaldo de Fedecámaras dado que este organismo y las sanciones tienen mucho que ver con ellos.

Estamos frente a una realidad donde los culpables se confunden y las explicaciones se vuelven confusas.

La oposición, liderada desde Estados Unidos, que nos quiere de rodillas, clama y exige unas elecciones libres, sin dar explicaciones sustentables y entendibles de lo que eso significa, más si tomamos en cuenta todo lo acontecido en los últimos 50 años. ¿Qué significa eso? ¿Qué el gobierno les entregue el control absoluto del CNE y volvamos a aquello de "acta mata voto"? ¿Qué se perdonen todos los pecados sin que los pecadores hagan acto de contrición? ¿Qué se le dé valor legal y moral a todo lo cometido en contra de la población, en favor del capital externo y de la simple moral?

¿Podrían ser libres unas elecciones donde se mantengan vigente las sanciones de Estados Unidos contra los venezolanos y que, sin duda opera en favor del bando opositor, en buena medida promotor de ellas?

La oposición, esa que se define o agrupa alrededor del G-4, sólo está interesada en cambio de gobierno, en un "quítate tú, para ponerme yo", pues lo otro, la economía, el modelo viene funcionando en conformidad con sus ideales, sólo habría que hacer retoques para ofrecerse como original y diferente.

Por cierto, el destacado experto petrolero Einstein Millán Arcia, hablando de las enormes posibilidades de recuperar PDVSA, sentencia "No hay duda alguna que privatizar PDVSA es la idea que surge de los mismos centros de conspiración de donde surgió el sabotaje terrorista de 2002 y las sanciones que hoy tienen en vilo a Citgo".

https://www.aporrea.org/energia/a324845.html

Y esto, lo contenido en este juicio de quien conoce a fondo el negocio petrolero, hay que tomarlo en cuenta al diagnosticar y narrar la coyuntura venezolana de ahora.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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