Mi palabra

Los acusados están confesando ¿Y ahora qué?

"La conciencia de aquellos

que nada bueno traman secretamente,

suele acusarlos de su crimen antes

de que se les descubra"

Sófocles."

Hasta hace poco, ninguno de los golpistas del 2002 y los guarimberos, aparecidos, después de la elección de Nicolás Maduro, como presidente de Venezuela, daban alguna señal de reconocer las acusaciones con pruebas irrefutables de las muertes de personas inocentes y desastres causados bajo la dirección criminal del imperialismo, con el único objetivo muy bien definido: recuperar el supuesto patio trasero perdido, desde el mismo momento de la llegada del comandante Chávez al poder, con el verbo antiimperialista encendido, capaz de acorralar y atormentar a los que se creían los dueños y amos de la patria de Bolívar.

El "valiente" Antonio Ledezma, hasta hace poco cargaba en la boca, una sola expresión ¡Mi presidente Guaidó! después del fugaz presidente Pedro Carmona Estanga, a quien calló el pueblo venezolano y salió a la carrera a buscar refugio, pero, Toñito, ni corto ni perezoso preparó sus maletas para esperar el momento oportuno para desaparecer y aparecer en España, país, con autoridades muy benévolas y acogedoras para los traidores, como los gobiernos de Estados Unidos, capaces de cualquier cosa con sus títeres desinflados. Pero Toñito, no ha callado, solamente ha tomado las previsiones necesarias, no vaya aparecérsele ni siquiera en sueño en la madre patria, su presidente gritando ¡olé! ¡olé! Antonio.

Por algo, dicen, que el cobarde protegido da muestras de guapo y confiesa en el momento menos esperado, sin importarle lo que se lleva por delante, hasta terminar más enredado y aborrecido por sus mismos compinches. Ahora, por supuesto, ¡A Guaidó ni lo conoce! –ni que fuera bobo y pendejo, como el mismo personaje– ya que, en estos momentos, desde, España, está lanzando gritos de guerra, disparando por mampuesto para dirigirse directamente a su compañera golpista, María Corina, incitándola para ver si regresa a sus viejas andanzas, pero la inhabilitada tiene, que medir los pasos, como si cargara en las manos un teodolito para evitar caer en un hueco, sin retorno. Es decir, Toñito, confesó, como si llevara agarradita de la mano al altar en son de matrimonio a la Corina, ocultando todo lo que carga entre ceja y ceja, pero mandando a otros a ponerse adelante ¡pendejo el señor!

El otro, que parece haber pasado por un confesonario sin mucho apuro, pero sin decir la verdad, es el angelito de Henrique Capriles Radosnki, al expresar abiertamente: "Nosotros no estamos ahí. No estoy de acuerdo y rechazo cualquier otro intento de volver a llevarnos a lo que ya sabemos y a lo que ya vivimos". Lo que no dice, ni siquiera delante del papa, es, que él, fue uno de los cabecillas para incendiar un sector de Caracas, hasta convertir ese espacio en un campo de guerra y por ese motivo está inhabilitado.

Ahí, es precisamente, cuando entra a formar parte en la discusión el conocido axioma jurídico: "a confesión de parte relevo de prueba" es como decir, no hay nada que probar en contra de dos de los pre candidatos a las primarias: Henrique Capriles Radosnki y María Corina Machado. Lo único, que los mantiene con alguna esperanza de participar en unas elecciones presidenciales, es, que se mantienen aferrados a las últimas decisiones del imperialismo, por sus condiciones de fieles y auténticos representantes del gobierno estadounidense en nuestro país, tan es así, que se están engañando y tratan de engañar y de ahí parten para seguir en el juego perverso del gobierno gringo, a pesar del silencio del actual presidente, aunque no dejan de buscar marionetas, así, sean recicladas.



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Narciso Torrealba


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