En noviembre de 2010 fui invitado a conocer a un científico alemán, quien recientemente se había establecido en las afueras de la ciudad de Mérida, cerca del pueblito de Jají. Se trataba de un hecho sobrecogedor, muy grave, terriblemente peligroso que se iba a cernir de manera ya indetenible sobre el país, algo que yo debía conocer y de ser posible transmitir al Comandante Chávez. Así con todas esas alarmas, me fue referido lo que este personaje tenía que decirme, ¿y por qué yo, el escogido para recibir tan tétrica y mortal REVELACIÓN? El punto crítico de esta hecatombe ya la sabían algunos OFICIALES, desde hacía cuatro años, altos mandos militares, digo, cuando todavía podía evitarse tan devastadora tragedia… y lo clave fue que ¡NO SE ALERTÓ AL COMANDANTE!, no se le dio la importancia debida, se asumió que el tal personaje que lo advertía no era sino otro charlatán más, un brujo, un adivino. Los mandos militares del círculo hermético del Comandante (Casa Militar), que recibieron docenas de cartas del referido e insólito personaje se concertaron para evitar aquel clave encuentro entre este científico y Chávez, quizá también en la creencia de con ello lo protegían, le daban mayor seguridad. Sea lo que fuere, en estos documentos y hechos fílmicos, aparece como uno de los más decididos a impedir este encuentro fue el hoy fugado a EE UU y evidente agente encubierto de la CIA, el general Manuel Cristopher Figuera.

Efectivamente, por distintas fuentes, luego se vino a saber que Chávez estuvo interesado en encontrarse con el extraño científico que se encontraba en Mérida con el único propósito de desvelarle al Presidente, el peligroso atolladero cosmogónico en que se encontraba. Cuando yo vine finalmente a enterarme, repito, de esta fenomenal PREDICCIÓN, que precisaba el final del máximo líder bolivariano, resulta QUE YA TODO ERA INEVITABLE, QUE YA ERA IMPOSIBLE REVERTIR LOS HECHOS MARCADOS POR LAS REFERIDAS LEYES COSMOGÓNICAS INELUCTABLES.

En el documental que presentaremos en Mérida, en Casa Bosset, podrá apreciarse el momento crucial cuando yo totalmente preocupado le pregunto a este científico: "-¿Pero usted cree que todavía no estemos a tiempo de alertar al Presidente?", y la respuesta fue tajante: "-¡IMPOSIBLE, LA DECISIÓN DE LO QUE VENDRÁ YA ESTÁ CONSUMADA!"

Debido a ocupaciones personales fui retrasando este encuentro, hasta que el 12 de diciembre de 2010 pude, junto con mi amigo E. M. (exitoso empresario, quien luego también habría de huir del país, despavorido ante las revelaciones de ese día) conocer a este singular investigador, de nombre Werner Altmann, físico, biólogo, matemático, experto en programación, además de astrólogo y conocedor del "I Ching" y las relaciones de éste con el ADN. Hoy día se saben diversos trabajos de investigación científica en los cuales se ve una estrecha relación entre los conocidos hexagramas del I Ching y los del ADN. El lector está invitado a verlos en la red. Como fui informado de la tarea nada común que iba a enfrentar, me busqué a todo un equipo técnico de filmación dirigido por el experto Benjamín…

Lo que más que me llamaba la atención del personaje que iba a conocer, además de su brillante currículo, fue su experiencia en el asunto de la programación, pues había trabajado durante varios años en Alemania para la empresa IBM, y asesoraba con sus trabajos científicos y astrológicos a varios bancos (corredores de la bolsa) y entes financieros en Europa y Estados Unidos. De ahí los medios de fortuna que manejaba, porque sus estudios sobre coordenadas marcadas por sus estudios matemáticos sobre el cosmos resultaban vitales para las decisiones de estos banqueros en sus negocios e inversiones. Yo me decía "-¡Caramba, si a este hombre le tenían fe los banqueros, unos bandidos que no creen ni en sus madres!..."

El lugar a donde fui llevado para encontrarme con el señor Werner Altmann me pareció algo sorprendente, otro mundo, otra dimensión. Soy profundamente escéptico en cuanto a predicciones, vaticinios, profecías, visiones, apariciones, augurios o algo parecido. Había frente a la casa donde llegamos una pequeña laguna, bosques, caminerías, se veía al fondo el Pico Bolívar, y parte de un poblado que podía ser Ejido o Mesa Bolívar. Todos los alrededores de esta casa eran misteriosos por no decir mágicos. El señor Werner había inspeccionado previamente este lugar antes de adquirirlo, aplicando sus métodos y estudios esotéricos y así hizo la negociación, que debió ser harto onerosa, aunque por lo que pude comprobar, después de todo, nada difícil le era para él honrar ese y cualquier otro pago.

Una vez desembarcados todos los equipos de filmación que llevábamos, nos ubicamos en el amplio corredor de aquella mansión, siendo recibidos muy amablemente por la esposa del científico Werner (también alemana) con toda clase de atenciones. Esta pareja, podemos decir de ancianos, frisaba los ochenta años o más. Recientemente, producto de una caída, el señor Werner había sufrido un ACV, requiriendo ser hospitalizado en la clínica Mérida.

Habíamos llegado como a las nueve de la mañana, y nos pusimos manos a la obra, para tratar de entender, aunque fuese someramente, toda la compleja teoría sobre el gran caos y la inmensa tragedia que se cerniría sobre Venezuela. El señor Werner fue tajante al asegurar que tales horribles hechos se darían entre en 2012 y el 2014 de manera ya inevitable, por lo que ya estaba empaquetando sus pertenencias porque dejarían el país. Todo eso está filmado, y como digo, lo expondremos en una conferencia en la Casa Bosset, de Mérida. Al principio nos instalamos en el corredor para desplegar enormes mapas, hexagramas de I CHING, diversos trazados cosmogónicos, astrológicos, con elementos matemáticos. En uno de los mapas, Werner nos mostró una franja que en 2006 favorecía especialmente a Venezuela, recalcando a la vez, que en ese momento era imperativo que Venezuela moviese su capital al oriente, colocándose más o menos en Monagas. Habló que en ese momento estábamos en la era de piscis, el símbolo de este signo son dos peces contrapuestos que significan el caos y grandes perturbaciones. Que ese era uno de los puntos vitales que quería tratar con el presidente Chávez en 2006, pero en aquel instante ya todo estaba en marcha, indetenible. Luego pasamos a la sala, en la que continuaron más explicaciones sobre una serie de hexagramas y mapas desplegados en las paredes, refiriendo de la manera más explícita y contundente el caos que nos sobrevendría.

Debo confesar que, con todo mi descreimiento sobre estas cosas esotéricas, astrológicas…, producto de mi ignorancia, sin embargo, sentí una gran preocupación por el destino del país. Cuando en la noche tarde llegué a casa, se lo confesé a mi esposa: "-Algo terrible para nosotros, anuncia este señor alemán en sus vaticinios, y lo peor es que ya, según él, no se puede hacer nada. Todo está escrito y determinado en el cosmos…".

A estas alturas de tan horribles hechos, que comprenden no sólo el magnicidio y los espantosos acontecimientos posteriores de las guarimbas, cabría preguntarse, y además debe investigarse, el papel del general Manuel Cristopher Figuera, así como otros altos funcionarios, que en tal época, estuvieron cerca del Comandante, aislándolo y bloqueándole tanta información crucial que entonces trataba de llegarle, para protegerlo, para alertarlo…