Existen tres tipos de políticos de ALTO RANGO en nuestro continente latinoamericano. El primero es el POLÍTICO PRIMITIVO, que nace con condiciones naturales para conocer y penetrar en las intenciones de los demás, que posee una intuición certera para resolver o acabar conflictos ser hacerle ascos que sean de manera cruel e inhumana, con cualidades de zorro para disimular u ocultar sus designios, miras y pretensiones. Sin duda, posee carisma y un indefinido, vago y sutil misterio en su manera de ser, en sus juicios, jamás deja en claro su verdadero parecer en nada. Sabe callar y esperar, y sólo actúa cuando tiene todo a su favor. Artero, traidor y muy taimado, nunca leal a nada. En el fondo, terriblemente vengativo, rencoroso y cobarde. En esta categoría colocamos como representantes a Juan Vicente Gómez, a tipos como Rafael Leonidas Trujillo (Chapita), Augusto Pinochet, Anastasio Somoza, Alfredo Stroessner,… La segunda categoría es la del POLÍTICO SILVESTRE, que puede contener algunas de las condiciones del primero, sencillo y humilde en sus procederes, con un sentido profundo de justicia y de patria en su corazón, valiente, leal, decidido, espontáneo y franco. Nace de las raíces profundas del pueblo, de sus dolores y padecimientos más terribles. Representantes de esta clase, son Ezequiel Zamora y Cipriano Castro, Pancho Villa y Emiliano Zapata, Augusto César Sandino… El tercer tipo, es el POLÍTICO TOTAL, que comprende lo humano positivo de los dos anteriores, pero además una visión universal de la lucha que emprende, un sentido de hermandad entre los pueblos, de justicia global, con una concepción ideológica, histórica y principista de los valores supremos del pueblo. En esta categoría vale incluir principalmente a Simón Bolívar, José Martí, Fidel Castro, Salvador Allende y Hugo Chávez.
