Mi palabra

Cualquier parecido no es casualidad

"Yo soy la mariposa que nunca paro,

hasta dar en la llama, donde me abraso"

Refrán

Existen personas obnubiladas en seguir el mismo camino de los fracasados, aunque de antemano están alertadas del sitio exacto, donde los están esperando, pero al presentárseles la elección para escoger ¡Si seguir o regresarse!, piensan en no caer en el pozo de los hazmerreir y no hallan para donde agarrar, ya que, el compromiso es tan grande, con el que les facilita las alas para volar, pero no pueden despegar y al final toman la determinación de seguir, pensando que en medio del alboroto levantado por sus despistes muy desequilibrados los pueden ayudar para llegar al destino deseado, cómo el que se mete en la testa tocar el "sueño americano" de los Estados Unidos, sabiendo de los peligros y de paso sin respetar ninguna ley, creyendo en soluciones fantasmagóricas.

Se presenta el momento para presentar, antes DOÑA LEY, quien tranquilamente sin ninguna muestra de nerviosismo, porque para eso la crearon, espera a quien tercamente quiere desafiarla, ridiculizarla y verle la cara, aunque han pasado varios años de haberle leído la cartilla, con todos los desafueros cometidos, con las características de una versión femenina de Hitler en miniatura, pero se ha hecho sentir de manera tan miserable, que sus arrebatos de histeria desbordadas están presenten a lo largo y ancho del país y por eso al confirmarle la decisión anterior –inhabilitarla– se oyen gritos repetidos ¡Salió barata! ¡Salió barata! No es para menos, ya que, en la casa matriz, donde la prepararon, el castigo es severo para los traidores y muchas veces los sientan en una silla y no es para a ver comiquitas.

El poder mediático de la casa, donde la engendraron políticamente no podía faltar, pero, como siempre se han pasado de la raya al no poder contener su frustración; están pegando gritos desesperados, ya que, sin querer, después de gastar tantos dólares en un ensayo de un títere del género masculino y al final no les quedo otra: recibirlo, a pesar de saber, que no les funcionó ni manejado a control remoto por los más sofisticados medios electrónicos y ahora están pensando, que la vieja visitante de la Casa Blanca, mandada y designada para Venezuela, con el trabajo de mercenaria, pero como si fuera una gran "vedette" van a tener, que recibirla con el pañuelo en la mano para que se seque las lágrimas, que por cierto deben ser pocas, sí alguna vez las tuvo. ¿La conoce?



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Narciso Torrealba


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