(In memoriam a Henry José Rojas Revilla, Punto Fijo, Venezuela, 1965-2023)

Yo tuve un hermano …

"Yo tuve un hermano, no nos vimos nunca pero no importaba" … Así comienza un hermoso poema del gran escritor argentino Julio Cortázar (Ixelles, 26 de agosto de 1914-París, 12 de febrero de 1984); dicen que dedicado al Che (Ernesto Guevara, Rosario, Argentina; 14 de junio de 1928​-La Higuera, Bolivia; 9 de octubre de 1967, conocido como el Che Guevara o simplemente el Che, ...).

Con perdón del abuso, como explicaré un poco más adelante y del préstamo de la Wikipedia, de donde provienen las citas anteriores; me permito parafrasear esa estrofa de la creación literaria toda llena de sensibilidad y compromiso de Cortázar en este momento de gran desasosiego para este minicronista. Todo muy personal y, obviamente, contrario a la canción de Soda Estéreo "Nada personal", que suena de fondo en la computadora principal del cyber-café donde pergeño estas notas.

Resulta que, con todas sus letras, yo también tuve un hermano, que no nos veíamos casi nuca, pero no importaba: Henry José Rojas-Revilla (Punto Fijo, estado Falcón, Venezuela, 1965-2023). Últimamente tuve noticias de él por intermedio del comunicador social Lic. Carlos Ibarra Castellanos, otro verdadero hermano que Henry tuviera; quien logró dar con el suscrito a través de la dirección de correo electrónico que aparece en el pie de página de esta página web; entonces nos mandó audio por esos nuevos adminículos tecnológicos con que hoy se cuenta, el WhatsApp e intercambiamos otros mensajes breves.

Lamentablemente, por estos días también nos comunicó Carlos la infausta noticia de la muerte repentina de nuestro hermano común Henry Rojas. Un infarto fulminó una vida útil, la de un ciudadano que llegó a ser un referente importante en esa comunidad falconiana, desarrolló iniciativas económicas, como su destacada actuación en el área de seguros y otras iniciativas sociales y culturales. Creía en la iniciativa privada y compartía los aspectos fundamentales del liberalismo económico y político, pero a pesar de toda la crisis venezolana de los últimos tiempos siempre apostó por Venezuela en el campo de los servicios; por eso decíamos al principio que tal vez no compartiera del todo el resto de los versos de "Yo tuve un hermano", del poeta Julio Cortázar dedicados al Che, neo socialista; aunque sí admiraba de su coterráneo Ali Primera, que cantara la necesidad de la practicar la justicia, la solidaridad y la cooperación; como cristiano compartía más bien las nociones de la revolución del amor proclamada por Cristo Redentor, en particular aquella consigna de la "Civilización del amor", proclamada por el entonces muy querido Papa Juan Pablo II, quien denunció también tanto el colectivismo marxista el capitalismo salvaje; las grandes ideologías del mal, negadoras de la dignidad de la persona humana y responsable de las estructuras inicuas y de pecado social estructural.

En lo personal compartimos en una casa de formación religiosa en la condición de "Aspirantes" e hicimos los dos años de formación interna que incluía historia de la iglesia, de la congregación con su respectivo "Carisma" (sobre la evangelización con los medios de comunicación social y el apostolado del libro); además de la catequesis necesaria con vistas a la "santificación" personal (miren por dónde, como dice don Fernando Savater en su autobiografía razona); en ese sentido la iglesia católica como parte de acción educativa y cultural general forma la personalidad de buenos ciudadanos, aunque no necesariamente lleguen a ser religiosos profesos, sino dignos ciudadanos. En el caso de nuestro querido Henry Rojas lo anterior dicho encaja perfectamente, asiló como tal vez ningún condiscípulo esa formación humana-cristiana, así como la capacidad de desarrollar plenamente el potencial creador de cada quien en el marco de sociedades democráticas.

Egresó en Derecho en la Universidad Santa María, litigó un tiempo en penal o civil y paralelamente se dedicó al ramo de los seguros donde desarrolló una página brillante como asesor, viajó y conoció otras culturas, porque hay que decir que él tuvo una gran inteligencia social, que según una fuente digita García Bullé (25/ 11/2019) l: "… es una capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros de manera empática y asertiva. Esta capacidad parte de conocerse a sí mismo y de tener buena gestión de las emociones, por eso podemos decir que está muy ligada a la inteligencia emocional, pero no son exactamente la misma cosa" (p. 2), que entre sus varias características destaca la capacidad verbal o dominio del lenguaje, asumir las reglas sociales, sensibilidad por el otro; fue literalmente parte de las características de nuestro amigo, y más que amigo, hermano Henry José Rojas Revilla, a quien despedimos con la conocida frase latina en el tiempo de los primero cristianos: Sit tibi terra levis, que la tierra te sea leve, porque albergamos sentimientos de esperanza mediante el credo de la resurrección.

Esta nota, es de apariencia personal en sentido estricto, pero más allá de eso consideramos que ofrecer unos rasgos biográficos de un ciudadano venezolano que ejerció a su modo las virtudes cardinales que uno aprendiera de joven no deja de ser resaltante, virtudes que tiemplan el carácter, hoy tan necesarias y sencillas de leer en la infaltable Wikipedia y practicar en la vida cotidana (1).

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  1. Las virtudes cardinales son cuatro virtudes morales de conducta enunciadas por Platón en el contexto de la tradición filosófica clásica y que ejercieron gran influencia sobre el pensamiento posterior del cristianismo. Sobre ellas gira y descansa toda la moral humana,1​ y son principios de otras virtudes derivadas o en ellas contenidas.2​ Estas son:

  • Templanza (del griego σωφροσύνη, en transliteración sōphrosýnē)

  • Prudencia (del griego φρόνησις, en transliteración phrónēsis)

  • Fortaleza (del griego ανδρεία, en transliteración andreía)

  • Justicia (del griego δικαιοσύνη, en transliteración dikaiosýnē)

Estas virtudes finalmente fueron incorporadas a distintas religiones.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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