Cada vez más evidente: el cerebro es un tumor, lo confirma y desvela el avance de las tecnologías…

  1. Fue el escritor aragonés, Ramón J. Sender quien dijo que el cerebro es un tumor. Es el tumor que acaba creando las bombas inteligentes, las bombas nucleares, las guerras interminables, el terrorismo mundial y las ingeniosas torturas que los humanos nos infligimos los unos a otros. La moderna tecnología está siendo dominada por monstruos que nadie sabrá a qué clase de extinción de lo poco humano que nos queda.
  2. La mayoría de los intelectuales y políticos de principios del siglo veinte, aspiraban a positivarlo ("civilizarlo") todo, incluido secar los ríos, talar bosques, quemar la selva, exterminar sin compasión la fauna propia de nuestra región: cunaguaros, culebras, dantas, monos, pájaros, cocodrilos y babas, morrocoyes, venados, conejos…, hasta el punto, que usted hoy puede recorrer cientos de kilómetros en nuestras sierras y llano, y no ver uno sólo de estos animales…
  3. Aspiraban también la mayoría de nuestros intelectuales y políticos de partido de esa época, que para civilizarnos, había que meter a las hordas bullangueras y montoneras en los cultos moldes europeos, por medio de una dirección superior inteligente que sin duda ameritaba un mando como el que ejercía, por ejemplo, un monstruo como Juan Vicente Gómez. Para principios del siglo XX, Venezuela apenas si contamos con 500 maestros para 450.000 niños en edad escolar, y muy pocas escuelas.
  4. En 1912, aquel eximio escritor nuetro llamado Rómulo Gallegos viene a ser uno de los representantes intelectuales de la nueva moda positivista: viaja a Europa y el impacto que recibe en su formación humana es tan tremenda, tanto como la que sufre Domingo Faustino Sarmiento cuando visita Europa y Estados Unidos, y se asombra ante sus industrias, caminos de hierro, "orden", trabajo, cultura y "progreso".
  5. Don Rómulo Gallegos se preguntará: ¿Por qué a nuestro país le cuesta tanto civilizarse? ¿Cuándo llegará la civilización a nosotros?, ¿cuál será la vía para que lograr de manera expedita los cambios para civilizarnos?, ¿en dónde se concentran nuestras peores adversidades esas que impiden el progreso? Todas éstas, serán preguntas que martillarán en su mente durante años.
  6. Ni por asomo que a Rómulo Gallegos se le cruza por la mente que Europa y Estados Unidos más bien están haciendo lo imposible para que nosotros jamás salgamos de abajo. Que si nos llegáramos a desarrollar como él aspira, tal suceso implicaría para estas potencias un serio obstáculo para su propia supervivencia.
  7. Los intelectuales criollos con los que Gallegos logra comunicarse en Europa, lo que hacen es sacar en claro que el dictador Juan Vicente Gómez es necesario para la paz, para la integridad y la estabilidad política de Venezuela. Para esta vía el autor de Doña Bárbara llega a coincidir con las teorías contenidas en el libro "Cesarismo Democrático" de don Laureano Vallenilla Lanz.
  8. No se encontrará Gallegos en Caracas, ese año de 1912, cuando ese peregrino genial y bolivariano llamado Manuel Ugarte llega para homenajear al Libertador. Este pensador argentino será el hombre más importante que visite a Caracas, desde que José Martí lo hiciera en 1881. Al igual que Martí lo primero que hace Ugarte es dirigirse al Panteón para depositar unas flores sobre la tumba del padre de nuestras nacionalidades. Dirá Manuel Ugarte1:

…sentí como una iluminación interior. Porque para un americano de habla española que siente la atracción de los orígenes, que alimenta el orgullo de los laureles continentales y que, atraído por los múltiples lazos que nos unen, ve en la América Latina su Patria Grande su nacionalidad total, nada puede ser más emocionante que evocar en esta república la enorme cabalgata de victorias que surgió al conjuro del héroe del cual nos enorgullecemos todos.

  1. Había llegado Manuel Ugarte a Venezuela para hablarle a la juventud, a ese contingente de fuego purificador, que debe estar a la vanguardia de los cambios, porque está poseído por la audacia, el desinterés y el idealismo. Manuel no está embelesado por la civilización a la que aspiraba don Domingo Faustino Sarmiento y que mantiene ensimismada a la mayoría de los intelectuales de aquella hora. Por el contrario, él entiende que el marasmo en el que nos encontramos es producto de no haber comprendido la visión gloriosa del Libertador cuando llamó a toda la América Latina a conformar la Patria Grande. América Latina para Ugarte no sufría en modo alguno de dominación bárbara sino de desintegración moral y política, y esas palabras que debió escuchar Gallegos, y que quizá le habrían hecho entender mejor nuestra tragedia, no encontraron el eco esperado entre nosotros. La gran tragedia que significaba para nuestro país la gestación del imperio norteamericano, y que no se comprendía en aquel momento derivaba del hecho de que la nación norteamericana se estaba erigiendo con base a la más pura reafirmación de lo peor de Europa. Era la Europa conformada por los tecnócratas, por los más cretinos potentados, por los más abominables fascistas y colonizadores, por los mayores explotadores del planeta.
  2. Estados Unidos era una sociedad surgida de las mafias y del crimen, del despojo y decidida a invadir y destruir pueblos. Su "democracia" carecía de raíces nobles y justas. Comenzaba una carrera para imponerse en el mundo por la fuerza de las armas, del terror de sus sanciones, bloqueos y amenazas.
  3. Entonces, la mayoría de los intelectuales de nuestros pueblos se convirtieron en una generación de imitadores. Cada generación más imitadora que la siguiente. Entonces nosotros en América Latina, como decía Ugarte no nos preguntábamos qué debíamos hacer por nuestros propios medios, sino ¿qué pueden hacer los estadounidenses y los europeos por nosotros? Y es así como en pleno siglo XXI venimos a encontrarnos con una Europa totalmente deformada por la tecnocracia estadounidense, sometida a los dicterios guerreristas, abusivos y avasalladores de sus halcones, del sionismo internacional.
  4. Advertía Ugarte a principios del siglo XX2:

Los Estados Unidos continuarán siendo el único y verdadero peligro que amenaza a las repúblicas latinoamericanas. Y a medida que los años pasen iremos sintiendo más y más su realidad y su fatalismo. Dentro de veinte años, ninguna nación europea podrá oponerse al empuje de esa enorme confederación fuerte, emprendedora y brutal que va extendiendo los tentáculos de su industria y apoderándose del estómago universal hasta llegar a ser el exportador único de muchas cosas. . . Entre los peligros que la acechan, el mayor, el que sintetiza a todos los demás, es la extraordinaria fuerza de expansión de la gran República del Norte que como el Minotauro de los tiempos heroicos exige periódicamente un tributo en forma de pequeñas naciones que anexa a su monstruosa vitalidad.

1 Manuel Ugarte, La Nación Latinoamericana, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1987, pág. 22.

2 Citado por Norberto Galasso en el prólogo al libro La Nación Latinoamericana.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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