Conozca otra histórica Cumbre de hijos de p…, cuando Pérez Jiménez abofeteó a los gringos

  1. Hubo otras CUMBRES en América Latina, regentadas como siempre por Estados Unidos, en las básicamente asistían dictaduras. Entonces esas CUMBRES se llamaban "Conferencias Interamericanas". A la novena de esas conferencias realizada en Bogotá asistió Rómulo Betancourt, prácticamente como representante de una dictadura que emergía del golpe a Isaías Medina Angarita. Eran y son tan pavosas esas cumbres, que en medio de la realización de la Novena matan a Gaitán. Y más pavosa aún, porque es en la Novena cuando se decide pasar de las CUMBRES INTERAMERICANAS, siempre nariceadas por EE UU, a la creación de la OEA, también nariceada por EE UU.

  2. La X Conferencia Interamericana llevada a cabo en 1954, su sede fue en Caracas, en la recién inaugurada Universidad Central de Venezuela. Casi todos los países asistentes estaban bajo el mando de dictaduras y se organizaba en una nación gobernada por el dictador Marcos Pérez Jiménez, quien junto con Rómulo Betancourt habían dado un golpe de estado al demócrata Medina Angarita. Esta Conferencia se realizó para organizar el derrocamiento del otro demócrata, el guatemalteco Jacobo Árbenz. Esta Conferencia estuvo bajo la dirección del canciller gringo John Foster Dulles quien dijo en esa CUMBRE: "El gobierno de Arbenz es incompatible con la concepción de la libertad americana". Por eso el hijo de puta Pedrito Castillo, de Perú, como perfecto energúmeno grito: "América para los americanos".

  3. La X Conferencia Interamericana no pasó a la historia por lo que rutinariamente resolvió o dejó de resolver sobre sus anquilosados temas, sino por aquello que decidió sobre un punto impuesto de manera arrogante por el gran cerdo gringo Mr. John Foster Dulles. El secretario de Estado norteamericano obligó a la Conferencia a discutir, como punto primero y principal, un proyecto de resolución de su propia factura: «Intervención del comunismo internacional en las repúblicas americanas», para luego así proceder a la invasión de Guatemala.

  4. Los títeres manejados por el Tío Sam, desde esa mampara llamada Panamericanismo, desempeñaron un papel realmente repugnante. Ya para esa época de la X Conferencia, la intervención de Guatemala estaba lista, y Allen Dulles sólo iba a darse un paseo por Caracas para decirles a los asistentes, señores aprueben nuestro negocio, y el que vacile que ponga sus barbas en remojo. La campaña mediática contra Guatemala era intensísima en el continente, además de feroz y tergiversadora del proceso de transformación que allí se llevaba a cabo. La prensa publicaba cuanta bazofia le ordenaba la CIA, y un papel de primer orden jugaba en esta guerra de desinformación el «Congreso por la Libertad Cultural» dirigido por el agente encubierto José Figueres, financiado por la Rockefeller Fundation (del que era presidente John Foster Dulles, y que entre sus fundadores se encontraba también don Salvador de Madariaga). El Departamento de Estado estaba totalmente controlado por una poderosa mafia al servicio del imperio bananero: secretario de Estado, Foster Dulles; subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, John Moor Cabot; y el embajador en las Naciones Unidas, Henry Cabot Lodge. Los Cabot y los Dulles eran los magnates más poderosos de Boston y de los sectores más reaccionarios del Partido Republicano, con influencia ilimitada en el FBI y en la Central Intelligence Service.

  5. En 1956, se hizo otra gran CUMBRE de hijos de puta, esta vez en PANAMÁ. El presidente Dwight Eisenhower, propuso la celebración de esta Cumbre para reiterar los compromisos de la unidad continental, mantener la paz, la libertad y la cooperación económica y militar. El gobierno de Pérez Jiménez se enteró con antelación que los fines eran otros: plantear la necesidad de una base estratégica de misiles con cabezas atómicas, en la península de Paraguaná. Este proyecto estaba dentro de los planes de seguridad continental emprendidos por la Casa Blanca y Eisenhower contaba con que los mandatarios presentes no le presentarían ninguna clase de objeciones. Lo insólito fue que Pérez Jiménez lo rechazó de plano por considerarlo lesivo a la soberanía nacional y, por tanto, inaceptable para las Fuerzas Armadas Nacionales. Esto causó mucha irritación entre los asistentes, ciegamente plegados a los mandatos de Washington, sobre todo la oligarquía criolla, que se estaba beneficiando de los contratos con el gobierno.

  6. El general Pérez Jiménez había advertido que si Eisenhower planteaba el tema de los misiles, él airadamente se retiraría de la cumbre. Este mensaje se le hizo llegar al presidente anfitrión Arnulfo Arias, quien seguidamente lo comunicó al presidente de Estados Unidos, de modo que éste no sufriera un desaire, y para que retirara a tiempo la propuesta. Pérez Jiménez, considerando que había hecho respetar a Venezuela, y que podía llegar un poco más lejos en ese enfrentamiento con el monstruoso imperio, se arriesgó a proponer en esta cumbre un fondo económico para el desarrollo de los países de la región, cuyo capital provendría de los aportes de las naciones participantes, representados en un diez por ciento del presupuesto de cada una. Eisenhower consideró que esto constituía no sólo una imprudencia temeraria sino una bofetada a la majestad de su mando, y llamó a varios de sus asesores para que le hicieran saber a Pérez Jiménez que él no estaba siendo apoyado por Norteamérica para que cometiese desquicios y perturbaciones en la región. Que esa no era su función, que las cuestiones de tipo económico en el hemisferio eran de su total y exclusiva incumbencia, así como los tratados bilaterales entre las naciones. La gringa Frances Grant (experta tutora de Betancourt) se frotó las manos, pues esta molestia de Eisenhower podría significar el fin del gobierno de Pérez Jiménez y el comienzo de un Estado «democrático» en Venezuela, bajo la certera y seria orientación de un estadista ejemplar como Rómulo Betancourt.

  7. En esa conferencia en Panamá, Pérez Jiménez habló sólo cinco minutos, y entre otras cosas dijo: «Ya no es época de liberaciones políticas. Los pueblos son dueños de sus destinos. Pero sí tenemos que hacer mucho en el campo económico, para lograr nuestra soberanía en ese campo». Fue cuando propuso crear un fondo común para la realización de importantes obras en Latinoamérica, y Venezuela comenzaría aportando cien millones de dólares, «que para los norteamericanos hubieran repercutido en unos 3.000 millones de dólares, y el fondo se habría situado en 4.000 millones». Los norteamericanos lo rechazaron de plano. Lo más cercano a una ayuda económica que Estados Unidos hará para Latinoamérica en toda la historia del Siglo XX será lo que aportó en la Alianza para el Progreso, que apenas si alcanzó la miserable cifra de 200 millones de dólares; y en este caso su fin era recuperar ese dinero con creces, mediante la incorporación de grandes empresas estadounidenses que monopolizarían casi todas nuestras industrias básicas. Además, el país que solicitara un préstamo dentro del proyecto de esta alianza, tenía que prescindir de su soberanía, lo que realmente era una dádiva humillante.

  8. Betancourt, quien junto con Figueres habría de ser de los principales artífices en el lanzamiento de la Alianza para el Progreso, se estremeció de indignación ante la propuesta de Pérez Jiménez en esa conferencia de Panamá, e inmediatamente dirigió a todos los presidentes asistentes a ella una irritada Declaración, en la que expresa: "La sugerencia del presidente Eisenhower de crear un organismo que estudie los medios para mejorar el nivel de vida de los pueblos latinoamericanos es merecedora de atención. Parece que se admite cómo es de serio el problema de extrema pobreza en que viven millones de gente en América Latina. Ese malestar es tan agudo en vastas zonas del continente que puede desembocar en motines y sacudimientos de masas, hambreadas, según acaba de opinar ante un organismo de la ONU el economista Prebisch. Pero cabe observar que esta situación no se resolverá con gestos demagógicos y exhibicionistas, como el del dictador de mi país, al ofrecer 33 millones de dólares", para una especie de caja de beneficencia colectiva. Más que desplantes de esa naturaleza y discursos en un nuevo organismo, reunión económica interamericana de Río de Janeiro y las adoptadas en las numerosas reuniones del Consejo Económico y Social de la OEA. La estabilización de precios y mercados para los productos latinoamericanos de fondos bancarios, públicos, provenientes del Banco Mundial y del Exibank; y aun la creación de un organismo dedicado exclusivamente al fomento económico interamericano, son arbitrios ya suficientemente discutidos, sobre cuyas ventajas hay generalizado consenso.

  9. De aplicarse sin tardanza le permitiría a los pueblos de más debajo de Río Grande alcanzar un mayor desarrollo económico, derrotar la pobreza generalizada y convertirse en mayores consumidores de mercancías esenciales compradas a Estados Unidos y a otras naciones industrializadas.

  10. Dice Leonardo Altuve Carrillo que con este discurso Pérez Jiménez signó su destino y provocó su caída: "Los Estados Unidos acostumbrados a que las grandes iniciativas de carácter económico y social para América Latina, partieran de ellos, se sorprendieron desagradablemente de la iniciativa del general Pérez Jiménez para solucionar los problemas económicos de los pueblos menos favorecidos. Colaboración igualitaria y fraternal, de iguales a iguales, no dádiva generosa a pueblos subdesarrollados". Pérez Jiménez trataba de zafarse del tiránico monstruo del norte y claro, sirviéndole como un peón se sentía miserable y traidor a su patria. ¡Cómo reconocería ahora que por no haberse puesto Medina Angarita de rodillas ante ese imperio fue por lo que lo echaron del poder! Y ahora él se las iba a ver feas por pretender ser un poco soberano e independiente en sus decisiones. En un principio, Pérez Jiménez se había obstinado en no asistir a Panamá, alegando que se estaba abusando del nombre del Libertador para negar el mensaje y la misión de éste y ponerlo al servicio de los Estados Unidos.


 



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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