Renacer bolivariano

El presidente Maduro nos plantea el relanzamiento del proyecto bolivariano-socialista venezolano aplicando lo que él llama las 3R: Resistencia, Renacimiento y Revolución de todo lo que haya que revolucionar. En pocas palabras nos llama a emprender sin dogmas la construcción de nuestro socialismo pero aferrados a lo fundamental del socialismo chavista. Como es de esperarse, las reacciones se hacen presentes, pero no hablaremos de ellas, si hablaremos de la descomunal tarea que confrontamos y esperamos en algo contribuir a la batalla de ideas que nos haga ver con claridad el horizonte. Uno de los peores males de la izquierda es desubicarse del contexto donde se mueve, no hablo de toda la izquierda, pero ha existido como una especie de tendencia a repetir dogmáticamente muchas cosas y cuando algo no nos gusta, por la razón que sea, recurrimos al inexistente librito de cómo se construye el socialismo, a pesar que líderes socialistas de la talla de Fidel Castro se autocritica el hecho de haber ingenuamente pensado alguna vez que alguien sabía cómo se construía el socialismo. El mismísimo Marx nos advertía que estaba creando una teoría revolucionaria para la acción revolucionaria y alertaba con una frase la esencia del marxismo... "yo solo sé que no soy marxista". Pero las interpretaciones van y vienen y cada cual le coloca su toque personal, pero también hay que estar alerta de quienes drenan sus odios y frustraciones echando mano del librito.

No vale la pena desviarnos de lo esencial del tema pero nunca está de más una advertencia. El presidente Chávez con su verbo diáfano nos habló del "Lázaro colectivo", para graficar el renacer de un pueblo. Parabolicamente se puede entender así: el socialismo es un renacimiento y para que así lo sea, ese renacimiento tiene que ser del colectivo nacional. El renacer bolivariano sólo es posible con la construcción de una sociedad socialista, pero ya no se trata solo del renacer de la conciencia bolivariana y socialista, se trata de construir y crear el socialismo venezolano en nuestro entorno y contexto. De allí la importancia del planteamiento chavista del socialismo territorial en el espacio tiempo y con los actores que, obviamente, no llegan de la estratósfera, sino que están allí, con sus virtudes y sus defectos. Lamentablemente hay quienes a veces pecan de "exceso de pureza", y todo lo ven en el sentido extremo de la perfección; otros, ante una actividad casi divina, se hacen los tontos y solo dejan hacer y dejan pasar; otros más avispados montan su cuchitril de beneficio individual y concluyen en el fondo de sus conciencias: "el socialismo es imposible en Venezuela"... Pero oportunistamente disfrutan de las mieles del poder y allí permanecen atentos a la marcha de "sus buenos negocios" y "sus excelentes habilidades para hacer billetes"; pero no porque trabajen en el banco central, sino el hacer billete para sí y para su grupo.

El PSUV, que cumple la nada fácil tarea de ser el partido de la revolución, a veces se ve desbordado por los "exitosos emprendedores" que de la noche a la mañana pasan de ser martilladores de oficio a "solventes señores de la política". Los que tienen alguna claridad sobre la meta que se persigue se convierten en fastidiosos estorbos, y el pueblo llano, que observa todo desde la barrera, indignado se aísla en un mutismo tal que lo margina porque el señor o la señora de la estructura que corresponda ejerce sin contemplación la dedocracia más extrema.

Poco o nada se le da importancia al estudio, al debate, a la confrontación de ideas; "si no va gente a la reunión, mejor". Así viene dando tumbos, Consejos Comunales, UBCHs, Colectivos y en fin, distintas estructuras que se han ideado para el despliegue de la idea socialista y que es la base fundamental del renacer. A veces somos demasiados veleidosos y toda la culpa se la echamos al bloqueo, por eso es bueno que Maduro, como jefe máximo en vida de esta revolución, nos hable del doble bloqueo. El daño del bloqueo imperial es fuerte y evidente, pero el daño del bloqueo ideológico de nuestro funcionariado es terrible y lo más grave es que se mimetiza de tal forma que cuesta verlo. En las computadoras y los correos y fotos: todo chévere, very good; todo ok, ¡"eso está listo jefe"! Pero en la realidad, lamentablemente, la descomposición avanza "a paso de vencedores"...

El partido anunció hace algún tiempo la escuela de cuadros, no se si funciona y donde; creo que la base se merece conocer la labor de esa escuela. Una escuela de cuadros socialistas debe ser, a mí entender, es una escuela para el sacrificio individual y colectivo que cada uno o cada colectivo socialista decide "meterse a quijote", es decir, y por favor, no me malinterpreten, un socialista debe ser un hombre o mujer dispuesto y dispuesta al sacrificio extremo por el logro de un objetivo y la concreción de una idea. ¡Ah, pero si las cosas las hacemos colectivamente todo es más fácil!, muy cierto, lo que ocurre es que una idea de esa naturaleza choca contra quien le encanta secuestrar el poder y que no es socialista un carrizo aunque se tiña de rojo rojito.

Yo observé la decisión del PSUV de rasparse el 60% de los alcaldes en funciones y a varios gobernadores como algo clave para avanzar en el renacimiento, de hecho lo es, sin embargo, esto no solo puede quedarse allí, en los cargos de elección popular, debe extenderse a todas las instancias de gobierno: ministerios, fundaciones, institutos autónomos, etc, donde los jefes se convierten en dueños del conuco, levantan la pared y electrocutan la puerta para que nadie pase.

Hablar de la democratización del poder y del poder popular consolidado en los tiempos que vivimos es difícil, ese es el objetivo estratégico, pero la hora táctica nos obliga a lanzar una vanguardia a todos los niveles y si esa vanguardia no está clara del objetivo estratégico, lo lógico es que el grupalismo, la burocracia y la corrupción nos trague. El pueblo está en una enorme batalla de resistencia que la estamos ganando y que consolidaremos la victoria al lograr el renacimiento de la felicidad y el socialismo. Cualquier análisis, por simple que sea, nos lleva a una conclusión: hay que revolucionar todo.

Y hay herramientas extraordinarias para revolucionar muchas cosas; las herramientas técnicas por ejemplo, el carnet de la patria y la red tecnológica desplegada allí. El gobierno digital, lanzado por Maduro también que facilite la información y se pueda hacer llegar la inversión social de forma directa. Soy de la idea que las cajas CLAP deben ir desapareciendo gradualmente y a la par ir creando una estructura productiva y distributiva de alimentos y servicios que mantenga a raya la especulación, pero que sean autosustentables. Ideas hay para lograr cosas milagrosas, siguiendo en la categoría en donde hemos ubicado los renacimientos históricamente.

Una acotación final: para los que han criticado tanto a Maduro, que diciendo ser socialistas alegran el ego capitalista, Maduro está proponiendo el futuro de la revolución y de la patria, lanzando ideas coherentes con el momento histórico, en consonancia con el espíritu chavista, porque el chavismo jamás puede ser dogmático, porque deja de serlo; el chavismo es creatividad, es marxismo esencial, es bolivarianismo fundamental, y también es cristianismo originario. Chávez unió todo eso en una propuesta grandiosa para la patria. Ahora, dejemos la flojera y en medio de la acción discutamos, como hermanos y marchemos al ritmo que nos exige la historia.



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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