¿Habra algo de raro en la colisión del buque portugués?

Una parca declaración del Ministro de Defensa General Vladimir Padrino López, referente a la extraña colisión entra el mercante de bandera portuguesa Resolute y la pequeña embarcación para control costero de la Armada Venezolana, Naiguatá GR-23 en aguas territoriales venezolanas al Noroeste de la isla Tortuga, frente a las costas de Miranda y Anzoátegui, porque tiene visos que a mi juicio deben ser analizados cuidadosamente por sorprendentes, porque si no entendí mal, Padrino López cuando menos insinuó, que el patrullero venezolano escoltaba al mercante portugués hacia puerto en Margarita, por lo que asumí de manera personal, que tal desplazamiento a territorio insular, obedecía a evitar un posible contagio de Coronavirus por tripulantes y pasajeros que posiblemente estuvieran positivos a Covit-19 y que su control mediante barrera cuarentenaria sería más fácil en la isla de Margarita por su condición de aislamiento que esto implica, además de que ya había anunciado casos positivos en Nueva Esparta.

Según se desprende de informaciones posteriores la colisión no fue accidental sino aparentemente intencional al embestir la pequeña embarcación de la Armada Nacional, y por la configuración de la proa muy alargada e inclinada, no sólo dañó gravemente la embarcación sino que lo alargado de la parte superior como puede notarse en las gráficas tomadas en el puerto de Curazao, necesariamente tuvo que impulsar pesadamente hacia abajo a la más pequeña Naiguatá, apresurando su inmersión y consecuente naufragio al hacer que ingresaran ingentes cantidades de agua en corto período de tiempo.

La percepción de lo intencionado de la acción se desprende del hecho de que luego de propiciar el rápido naufragio, abandonaron prontamente el lugar, dejando a los marineros en el agua, contraviniendo lo dispuesto y el uso y costumbre de la obligación ineludible de recoger náufragos; prueba de esta obligación es que aun en acciones de guerra naval, cuando un navío es hundido en acción bélica, los navíos triunfadores envían lanchas a recoger tripulantes de la nave siniestrada y los conducen a puerto en calidad de prisioneros de guerra, no los abandonan a su suerte como hicieron los tripulantes del Resolute con el personal del Naiguatá GC-23.

Ahora bien, esta extraña actitud, mucho más viniendo de un país con un grandioso pasado de Marina Mercante, el cual se remonta desde las primeras décadas del siglo XIV con Enrique el Navegante y sus expediciones hacia el Sur de África y cruzando el Cabo de Buena Esperanza con Bartolomé Díaz, y sorpresivamente un representante de esa tradición marinera, escapa de una inspección mediante un acto agresivo que pudo terminar en la muerte de 44 marineros del Naiguatá, como quien tiene algo grande y grave que esconder, abandonando a su suerte y probable muerte por ahogamiento un importante número con la clásica expresión de atención inmediata de "hombres al agua", yendo a refugiarse en el puerto de Willemstad en la Isla de Curazao, donde por añadidura a su conducta sospechosa de acto ilegal, agrega la negativa a una inspección de las autoridades portuarias curazoleñas.

Para el Gobierno Venezolano y nuestra fuerza Armada Nacional deben surgir varias interrogantes que deben tratar de contestarse tan pronto como se pueda:

1.-¿Cómo un buque de más de 8.000 toneladas de desplazamiento y 110 m de eslora, pudo colarse a pocas millas de tierra firme y menos del territorio insular de Tortuga aparentemente sin ser detectado y sin haber tenido ninguna comunicación con autoridades venezolanas?

2.- ¿Por qué un navío que marchaba según parece pacíficamente hacia Margarita resuelve embestir con intención de hundir a la pequeña nave escolta?

3.- ¿Traficaba armas para un movimiento insurreccional contra el Gobierno Bolivariano y si así fuere quién era el destinatario?

4.- ¿sería que transportaba un importantísimo alijo multimillonarios de drogas y que perdieron el rumbo y vinieron a recalar a nuestras costas?

5.- ¿Transportaría el Resolute un contingente de terroristas mercenarios, que pretendían ingresar a Venezuela por las costas de Oriente?

6.- ¿Recibió el Capitán del buque portugués orden de atacar al patrullero venezolano y huir a Curazao, país más próximo, con lo que evadiría cualquier acción de la marina de guerra venezolana y la inspección que pusiera al descubierto una acción terrorista contra el gobierno revolucionario? ¿Quién daría esa orden?

La oferta de la Cancillería Portuguesa, según propia declaración de mantener el impasse como "privado" por decisión del Capitán del Resolute o de la naviera, con intención de mantener las buenas relaciones entre los dos países parece acertada, no obstante si el buque traía una carga ilegal de mercenarios y armas para desestabilizar a Venezuela, resulta poco creíble que las autoridades portuguesas hubieran sido engañadas en cuanto a la carga y se hubieran podido embarcar en puerto de Portugal un contrabando de esa calaña hombres y armas sin anuencia culpable de personal portuario a la orden del gobierno portugués. De existir la irregularidad asomada pudiera ser que el ingreso del contingente se produjera en algún otro país fuera de Portugal o sus islas Madeiras y Azores

Aunque soy profundamente partidario de mantener las buenas relaciones internacionales aun a costa de algún sacrificio, no podemos perder de vista o quizá por ello, para tratar de conseguir por convencimiento que nos devuelvan los l.700 millones de dólares que nos tienen congelados por orden de Trump y que de paso han privado a niños con leucemia del tratamiento mediante trasplantes de "Médula Osea" a realizarse en Italia, que debería ser cancelado con antelación y por la medida ordenada desde la Casa Blanca y sumisamente acatada por Portugal, no se han podido utilizar los fondos depositados en un banco Portugués.

No obstante las magníficas labores de rescate del personal de la embarcación hundida, ponderadas por el ministro Padrino López, resulta preocupante que salvo que hubiera una grave duda sobre el motivo del choque, aunque el abandono de los marineros en el mar debió despertar grave sospecha a las autoridades venezolanas, que pudieron y debieron interceptar al buque agresor al pasar frente a la base naval de Puerto Cabello cuando viajaba hacia Curazao, para clarificar suficientemente el extraño acontecimiento, que a primera vista asoma graves indicios de tratarse del preludio de acciones terrorista desestabilizadoras, porque sería una muy mala señal y precedente, que con una nave mercante se pudiera vulnerar la seguridad de nuestras costas e ingresar un contingente equipado con armas de guerra según pareciera, que eventualmente pudiera ser un contingente bien organizado y entrenado de mercenarios procedente de campos de entrenamiento diferentes a los desarticulados de la Guajira, compuestos por individuos reclutados entre los desertores venezolanos, paramilitares y veteranos del ejército regular con experiencia en guerra de guerrillas por haber combatido a las FARC y el ELN y la tesis alternativa del posible contrabando de estupefacientes no parece probable en vista de, que ingresar un importante alijo de drogas a Venezuela, que venga en una embarcación como el Resolute, no sería un negocio muy rentable para los narcotraficantes.

Cualquiera que sea el resultado de las investigaciones y que por fortuna resulten una simple falsa alarma, respecto este extraño incidente, seguramente será un alerta a la Fuerza Armada Bolivariana, especialmente a nuestra Marina, que con seguridad pondrá más vigilancia en naves con apariencia, inofensivas porque puede ser una apreciación equivocada.

 

edgarvalerodiaz@gmail.com



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