Camino hacia el 23 de Enero 1958-2020 Liquidada la Tiranía Liberada Venezuela

El cónclave, la noche del 19 de enero de 1958 se produjo una reunión clave entre la Junta Patriótica, el Comité Civico-Militar y el Frente Universitario, a la cual asistieron sus presidentes Fabricio Ojeda, Óscar Centeno Lusinchi y H. Rodríguez Bauza, además de una gran cantidad de oficiales comprometidos con el movimiento subversivo. El cónclave es altamente definitorio y, como consecuencia, el 19 se produce la reunión entre el capitán de navío Rodríguez Olivares y el contraalmirante Wolfgang Larrazábal, que acepta definitivamente la dirección del Movimiento Civico-militar. Al concretarse el golpe, se constituirá una Junta presidida por la Larrazábal e integrada por otros civiles.

Mientras estas cosas ocurrían en Venezuela, los líderes más emblemáticos de la oposición estaban exiliados en Nueva York, incluyendo a Caldera, quien logró salir de Venezuela el 19 de enero en horas de la mañana. Esa situación facilitó los acuerdos para efectuar una alianza estratégica que les permitiera vencer al enemigo común.

Betancourt, Villalba, Gonzalo Barrios, Jaime Lusinchi, Valmore Acevedo Amaya, Edilberto Moreno y otros exiliados esperaron a Caldera en el aeropuerto de Idlewild (hoy Kennedy) y de allí se reunieron en el apartamento de Miguel Moreno, antiguo Secretario de la Junta de Gobierno, a cuya reunión se incorporaron Simón Alberto Consalví, Enrique Tejera (padre e hijo), Tomás Enrique Carrillo Batalla, Manuel López Rivas, Ignacio Luis Arcaya, Eugenio Mendoza y Lorenzo Fernández, con quienes analizaron la situación existente en Venezuela y las alternativas a seguir. Allí comenzó a fraguarse lo que más tarde se conocería como el Pacto de Punto Fijo.

En Caracas, el clima político seguía complicándose. El 20 de enero las diferentes redacciones de los diarios fueron allanadas por la Seguridad Nacional. A Pedro Estrada le había llegado la información de que al día siguiente habría una huelga de prensa, pero cuando llegaron ya el personal se había marchado y, por supuesto el día 21 no hubo periódicos. Al medio día comenzaron a sonar incansablemente las cornetas de los automóviles y las campanas de las Iglesias. La policía actuaba en forma desesperada, casi perdiendo el control por falta de comando, hasta el punto de que algunos gendarmes dispararon contra un grupo de manifestantes que se habían refugiado en la iglesia Santa Teresa, lo que generó una reacción aún más negativa en la población civil. Los hospitales se comenzaron a llenar de heridos y muertos. Se declaró la huelga General.

El miércoles 22 había una gran expectativa, pues circulaba el rumor de que ese día sería el golpe. No obstante, la jornada transcurría con las mismas noticias de siempre: manifestaciones, noticias sin confirmar, enfrentamientos entre los grupos descontentos y la policía, francotiradores. Miraflores respondía al fuego que le estaban haciendo desde Pagüitas, Agua Salud y El Calvario. Al comenzar la noche, los destructores Zulia y Aragua comenzaron a lanzar humo por sus chimeneas, lo que indujo que Pérez Jiménez llamara a su esposa, el Presidente tomó contacto con Larrazábal para preguntarle la razón de que los buques estuvieran echando humo y éste le respondió que él había dado para tenerlos listos en caso de alguna emergencia.

Apenas un mes atrás el Comandante de la Armada no se hubiera atrevido a hacer algo así sin la autorización del Ministro de la Defensa. Era obvio que ya el poder se había escapado de las manos de Pérez Jiménez. Informado ya de que la Armada también estaba alzada, llamó nuevamente a Larrazábal para invitarlo a conferenciar, pero éste oficial le respondió: "General, yo sólo iré a la Escuela Militar donde está el comando de operaciones de la revolución, a formar la Junta de Gobierno que dirigirá el país cuando usted se marche". En ese momento llamó Medina Sánchez, Comandante del Batallón Bolívar, quien estaba enterado de lo que estaba pasando en la Escuela Militar y le pidió autorización para atacarla. Pérez Jiménez le respondió: "Eso no se puede hacer, no podemos derramar sangre inútilmente. No puedo sostener un régimen sacrificando cadetes, que son los futuros oficiales de las Fuerzas Armadas". Era la única salida militar que tenía el mandatario y al desecharla solo estaba tratando de salvar su imagen ante la historia, pero también era obvio que ya no tenía otra salida que salvar a su familia y escapar del país.

Al amanecer del 23 de enero los venezolanos leyeron la noticia titulada a ocho columnas en la primera página de El Nacional: "Huyó Pérez Jiménez".

En el sumario se dieron los siguientes detalles: Cayó a las doce de la noche una de las más sombrías dictaduras qué padeció Venezuela. Las cornetas de los autos y el grito del pueblo celebraron en la madrugada el derrocamiento de la Tiranía".

Anhelamos nuevamente los venezolanos de bien amantes de la Libertad y la Justicia, la Constitución de una Unidad Superior Cívico-militar con el acompañamiento INTERNACIONAL para que podamos volver a gritar "Gloria al Bravo pueblo"; cayó el Régimen totalitario criminal e inhumano. Liquidada la Tiranía. Viva la Libertad. Dios bendiga al pueblo venezolano. Junto a los pueblos de la América Latina.


(*) Ing. José Contreras Pte del Movimiento de Salvación Nacional MSN-VENEZUELA y MSN-INTERNACIONAL. Humanista y Republicano impulsador del Nuevo liderazgo del coraje y del Pacto Republicano Libertad y Justicia VENEZUELA



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