Las "ingenuidades" en la política

Decía un viejo allegado proveniente del Táchira, muy andino en sus ideas, retardatario hasta el extremo, Gomecista a ultranza, que atribuía al General Juan Vicente Gómez cualidades de gran político y administrador al sacar a Venezuela de la enorme anarquía del siglo XlX; dictador que copó el primer tercio del siglo XX, aun reconociendo los terribles daños causado por esa dictadura que condenó a cientos de venezolanos a lúgubres cárceles, especialmente el Castillo de Puerto Cabello y la temida Rotunda y según su particular opinión, por ambiciones personales asaltar el Poder y sin pensar en el mal que causaban al país y combatieron abiertamente el gobierno instaurado desde el triunfo de la Revolución Restauradora gobierno que Gómez estimaba, debía prolongarse en el tiempo para afianzar lo alcanzado, una vez pacificado el País, y mi interlocutor le atribuía una gran cualidad, que según su opinión "pagaba su deuda con la sociedad y le quedábamos debiendo" y fue el haber pacificado como Vicepresidente de la República el país, otorgándonos ese máximo bien que es la PAZ, luego de 100 años de guerras entre la de la independencia y las intestinas, luchar y vencer a todos aquellos que a la cabeza de una peonada reclutada por la fuerza y o de un ejército formal, se alzaban en armas contra el gobierno de Cipriano Castro, a nombre de cualquier idea que pareciera novedosa y sometían al país a la penuria de las sangrientas montoneras, culminando su trabajo pacificador en la muy bien planificada batalla de Ciudad Bolívar, donde aplastó lo que quedaba de la revolución Libertadora de Manuel Antonio Mato,s al tomar la plaza de manos del General Nicolás Rolando, caudillo oriental, segundo en jerarquía, a quien y ya había vencido en la batalla de El Guapo.

El General Gómez, Vicepresidente de Venezuela y Jefe Victorioso del Ejército, a nombre del gobierno de Cipriano Castro daba por terminada la era de las guerras civiles y las montoneras y se iniciaba una época de paz que con algunas vicisitudes, golpes de fuerza exitosos y alzamientos fallidos incluidos, pero sin que ninguno haya alcanzado el nivel de conflagración civil; había llegado la Paz a Venezuela la cual se mantiene hasta la fecha, Desde 1903 después de la victoria en Ciudad Bolívar y luego de alcanzar el el Poder en 1908, en su condición de Vicepresidente por un abandono presuntamente temporal del General Castro con motivo de una cirugía para la cual marcho a Europa y establece hasta su muerte en diciembre 1935 un gobierno dictatorial omnímodo, con pseudo presidentes a la medida escogidos por el propio Gómez como Márquez Bustillos y Juan Bautista Pérez, con el fin de maquillar de democracia su autoritario gobierno, dándole al Régimen, como lema aquello que pretendió fuera el centro de su accionar político, y de desarrollo: Unión, Paz y Trabajo.

El ladino dictador, siempre acusado de ignorante, dentro de su sistema de gobierno autoritario como cualquier monarquía absolutista, en el manejo de su esquema de gobierno, por ser un Fenómeno Telúrico como lo catalogara el historiador Ramón J. Velásquez, de inteligencia innata, líder crecido y formado en la abandonada frontera con Colombia, en una época en la cual desde adolescente era necesario mantener el tipo con probado valor personal, principal cualidad de los hombres, que alcanzarían éxitos personales y económicos como logró el caudillo de La Mulera, muy respetado hombre de negocios acá y allá de la frontera.

Analizando la simplicidad de su régimen y dentro del contexto de las primeras décadas del siglo XX en las cuales ejerció una férrea dictadura, y sin pretender analizarlo con nuestro avanzado desarrollo cibernético, debemos aceptar que en su prolongado gobierno de 27 años, por no haber dado muestras de debilidad e ingenuidad en la conducción política, nunca su gobierno se vio seriamente amenazado y con ello la estabilidad de la República y su devenir económico dentro de los parámetros aplicables a la época no hubo perjuicios achacables a ingobernabilidad y falta de energía en la conducción del País cosa que no puede decirse de nuestra democracia tanto de la 4ª como de la 5ª República.

Aunque pueda parecer grotesco presentar como ejemplo de eficiencia la dictadura que sometió a Venezuela a partir del año 1913, tendremos que aceptar que nunca los que lo rodearon pretendieron traicionarlo y este zamarro personaje, tanto en su vida privada como en el ejercicio de poder tenía normas de conducta personal que respetaba celosamente, por ejemplo nunca se casó porque predicaba que secreto que conocía más de UNO ya no era secreto y que su divulgación podía traer graves consecuencias al País; igualmente sostenía que ningún caballero podía negarse a contestar una pregunta a la dama con la cual amanecía en su lecho de amantes, y como no era ético abandonar el tálamo nupcial al amanecer, mejor era evitar tal situación y mantenerse soltero como amante. Es oportuno en este momento citar una norma que era característica de su conducta y la mantenía en su vida personal pero especialmente en la pública (política), "Quién mucho habla mucho yerra" y era fiel observador del dicho que asentaba: "Hay muchas oportunidades para quedarse callado" y en sus reuniones de gabinete intervenía poco, escuchaba mucho y tenía la última palabra, la decisiva.

No puede decirse lo mismo de la era post dictadura gomecista, plagada de perjudiciales ingenuidades algunas por omisión de parte y parte, Gobierno y Oposición, quizá con la excepción del quinquenio de López Contreras, fiel servidor del Gomecismo, y alumno privilegiado del benemérito en su condición de Ministro de Guerra y Marina, la posición de mayor confianza para el gobierno de J. V. Gómez.

La ingenuidad demostrada hasta la saciedad por el Presidente Medina, asiduo cliente sin escolta del restaurante bar La PenÍnsula, estaba reñida con la administración del poder, y termina derrocado por una conjura cívico militar, sin que se hubiere percatado de lo que se le venía. No cabe duda de que su derrocamiento nos a nueva era de golpes por el poder y su falta de visión condujo al gobierno autoritario de Rómulo Betancourt y a pesar de la presencia por breve tiempo del Presidente Galleagos, la espita de la antidemocracia había sido abierta luego de la Paz Gomera. En la mente de los políticos avezados y exitosos la máxima "piensa mal y acertarás", siempre estuvo presente y obliga al intérprete, a analizar detenidamente sus suspicacias y corazonadas, así como los pequeños detalles que pudieran parecer insignificantes, pero que dan indicios a tomar en cuenta, porque frecuentemente son un aviso inconsciente de que algo puede salir mal.

Qué puede decirse de la lenidad e inconsciente debilidad y falta de formación para la conducción del país que la que diera muestra el Presidente Chávez cuando derrocado, apresado y amenazado de muerte en el golpe de abril del 2002, cuando olvidó la bolivariana admonición referente a una de las causas de la caída de la primera República con la idea de que: …A cada traición sigue un perdón que dará pie una nueva traición… y en lugar de regresar con el "mazo de juez" y castigar a los golpistas, se presenta con un Cristo Pacificador, ingenuidad que ha causado innumerables problemas políticos al País porque los insurrectos no recibieron castigo alguno lo que les hizo pensar y siguen pensanado, que pueden repetir el intento porque convencieron a la comunidad de que: "estaban preñados de buenas intenciones; en cambio el presidente Caldera destituyo sin excusas al General Martín García Villasmil su Ministro de Defensa, a quien redujo en su residencia por la fuerza para evitar cualquier intento final contra el Orden, al detenerlo y luego darlo de baja con autoridad y sin miramientos.

Nicolás Maduro se ha movido con los mismos problemas de ingenuidad y perjudicial falta de perspicacia política con varios traidores en puestos de confianza; sólo citaré el caso del oficial, Cristopher Figuera jefe del servicio secreto de información de la Presidencia que escapó a Estados Unidos, después de detentar por años cargos de inteligencia y absoluta confianza, aterrizó en el SEBÍN, máxima instancia de la inteligencia y seguridad nacional, que reportaba directamente al Presidente, sin que nadie detectara su ambigua conducta, cuando según propia declaración tuvo el tupé y el descaro entre otras críticas al Gobierno, de solicitar al Presidente que disolviera la Asamblea Constituyente, baluarte y estandarte de la Administración Maduro y no se captó quien era el tipo y qué traía en mente, engañando a todo el Ejecutivo Nacional y cargó con mucha información confidencial, responsabilidad del Ejecutivo que no detectaron con antelación a un traidor de alta factura, seguramente sobornado, que resolvió entregar toda la información que manejaba, a un gobierno enemigo de Venezuela como el de Donald Trump con todas las consecuencias negativas para la seguridad del País que este acto conlleva y convirtiéndose en militar reo de Alta Traición, así pretenda ahora ganarse los dólares con acusaciones, que si las creía ciertas las debió llevar ante la Fiscalía General de la República y acusar públicamente, porque de otra manera aunque pretenda escurrir el bulto, estuvo convalidando durante su servicios las supuestas graves irregularidades que ahora denuncia y parece que pretendiera lavarse la cara por la Alta Traición que enfrenta, con excusas inadmisibles a un oficial de alto rango.

También en dirigentes de oposición se han dado claras muestras de perjudicial ingenuidad, es el caso del diputado designado para recibir una cuantiosa suma en dólares del gobierno estadounidense para financiar movimientos políticos y hasta si fuera el caso desestabilizaciones, que alcanzaría los 32 millones de dólares, de los que se apropió, desbancando a la Oposición, especialmente a su propia facción partidista y ahora que es un, nuevo multimillonario, comienza a pasar agachado y trata de desvanecerse en el humo de la política, luego de ser expulsado de su organización, despreciado y acusado de pillo y ladrón por colegas asambleístas.

Cuanta perjudicial y estúpida ingenuidad de la Oposición venezolana si es que en realidad fue tal, se necesitó para designar Presidente de la Asamblea a un diputado suplente, sin bagaje intelectual ni trayectoria política, Juan Guaidó, siniestro personaje que ha causado el mayor descalabro económico-financiero a algún país en la historia Latinoamericana, por un monto de cerca de 40.000 millones de dólares entre Citgo y Monómeros, dinero birlado a la Nación por el autoproclamado presidente, en contubernio con los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, además de apropiarse del dinero que invierte el gobierno estadounidense para financiar a los asambleístas, que deberían garantizar la reelección de Guaidó para que siga detentando, 2 cargos oficiales, incompatibles entre sí: Presidente de la Asamblea Nacional en Desacato y por carambola y disposición del gobierno Norteamericano nada más y nada menos que Presidente de Venezuela. Es de notar que un nutrido grupo de asambleístas han demostrado abierto rechazo y oposición a la conducta pesetera del diputado, mientras algunos anuncian retaliatoria acción.

También tiene aspecto de perjudicial e ignorante ingenuidad, el pretender que quienes niegan el derecho a la Asamblea Nacional Constituyente electa sin lugar a dudas conforme todos los extremos establecidos en los artículos: 347, 348 y 349, especialmente esta último que le asigna carácter plenipotenciario, de la vigente Constitución del año 1999, pretendan mediante una resolución de una Asamblea en desacato por mayoría simple y cuestionado quorum, reformar el artículo 233 párrafo segundo, pretendiendo prolongar por un período mayora a 30 días el interinato del Presidente de la Asamblea, mientras que el citado artículo establece que bajo las circunstancias y en mi opinión el supuesto negado de que Maduro no hubiera ganado la elección del 18/05/18 debió realizarse una nueva Elección convocada al efecto en el perentorio plazo de 30 días, (sólo 30 días) establecido en dicho artículo durante los cuales ejercería la Presidencia Provisional de la República, el Presidente de la Asamblea, razón por la cual, quien si es usurpador es Juan Guaidó en su pretendida Presidencia de Venezuela por un año y que pareciera querer prorrogar.

 



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Edgar Valero Díaz

Ingeniero Agrónomo.

 edgarvalerodiaz@gmail.com

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